quien puede parecer el más apático de los omegas está esperando un cachorro y se convierte en una adorable masita al hablar del bebé que crece en su vientre.
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Taehyung por supuesto amaba el hecho de ser padre y le entusiasmaba de manera abrazadora que dentro de unos dos meses tendría a su bebé junto a él y su amado alfa. Pero aún con todos aquellos sentimientos no podía evitar sentirse inseguro debido a todos los cambios que su cuerpo experimento durante el embarazo.
— ¿Estás listo, amor? — Jungkook estaba esperando por su bonito esposo ya que irían a cenar con los padres de este.
El omega mordió su labio con nerviosismo y se dió la vuelta frente al espejo para poder apreciar más la grasita acumulada en su trasero, piernas, cadera y cintura, así como las estrías rositas en algunos de esos lugares.
— Te dije que ya voy, Jungkook.
Sin embargó, el alfa pudo sentir la tristeza a través del lazo. Parecía que a Taehyung se le olvidaba que desde hace algunos años ya no se podían ocultar absolutamente nada.
— ¿Todo bien? Déjame entrar. — se acercó a la puerta pero no pudo escuchar nada. — Kim Taehyung, déjame entrar.
Taehyung volvió a mirarse al espejo aún sintiéndose feo, algo que nunca había experimentado.
El alfa tocó una vez más, pero está vez los golpes y su aroma delataban lo preocupado que estaba.
— No, vete. — respondió finalmente, agradeciendo que su voz no delatara que estaba a punto de llorar.
— Ábreme. — lo que más le molestaba a Taehyung era que Jungkook usará su voz de mando sobre él ( y cualquier otra persona, en realidad ) , pero aún así su lobo lo obligó a doblegarse y tuvo que abrir la puerta. — ¿Qué sucede?
Taehyung se mantuvo callado, haciéndose hasta la esquina del baño en silencio.
— E-Es que, bueno, y-yo... — el alfa se acercó al amor de su vida, acarició su mejilla suavemente, pudiendo notar los ojos ligeramente irritados del omega. — Ahora s-soy feo, y... t-tengo mie-do de que ya no me quieras como antes.
Jungkook frunció el ceño entre confundido y molesto, dejando de acariciar el rostro de su bebé, lo que hizo sentir un poquito peor a Taehyung.
— ¿Quién te lo dijo? ¿Por qué lo dices?
La furia inundó las venas de Jungkook, Taehyung agachó la mirada y soltó un sollozo ahogado. — Nadie, yo lo noté; ahora soy gordito y tengo marcas en la piel.
Una traviesa lágrima resbaló por la mejilla del moreno y Jungkook quiso reír enternecido pero obviamente no era el momento.
— ¿De qué demonios hablas, eh?
— Bueno, m-mis piernas son más anchas y, a t-ti te gustaban mucho mis piernas, seguro ya no te gusto, y si quieres puedes decírmelo, me iré, me llevaré al cachorro conmigo, si ya me odias no tienes porque... — el alfa estampó sus labios en los del omega, dejando a sus manos posarse libremente en la espalda baja de Taehyung.
— Gordito o no, con marcas o sin ellas eres perfecto y te amaré por siempre, amor. A tí y a nuestro bebé, a ambos.
Y le creyó, siempre le creería porque veía y sentía la adoración que Jungkook le tenía. Con esas simples palabras el humor de Tae mejoró notoriamente, entonces lo corrió del baño y continúo arreglándose con gran entusiasmo. ㅤ
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