CUARTO DÍA

60 12 4
                                    

Viernes, 07-12-2018

Desperté con demasiada hambre -probablemente sea por el hecho de que me acosté a dormir sin cenar-, bostecé como acostumbro, abrí los ojos, volteé hacia el lado derecho, tomé el reloj que está sobre la mesa de noche, miro la hora y son las 6:45 am, la verdad es demasiado temprano; sin embargo me siento muy excitado por el peligro y emoción por que me espera el día de hoy, mi sed de aventura se hace cada vez más grande e intensa con el pasar de los días, me emociono a pesar del pavor impresionante que siento...

Fui al baño, me cepillé los dientes, hice mis necesidades y antes de tomar la ducha, me miré al espejo; la verdad estoy impactado... ya no tengo rasguños en el rostro y tampoco queda rastro de todo lo que tenía ayer en la espalda, está como nueva, sin señales de algún daño u agresión.

Un silencio abrumador invade la cabaña, me inquieta un poco eso; procedo a abrir la manilla de la ducha, entro a la ducha, me baño de pies a cabeza mientras tarareo ride (canción de la banda Twenty one pilots) y luego cierro la ducha, me salgo, tomo la toalla, mientras salgo del baño, me seco el cuerpo y al tomar la ropa que me pondré; comienzo a vestirme; me coloco una franela negra, una sudadera negra, un pantalón negro y unos zapatos tipo Vans negros (realmente parecía una persona de luto) y la cadena que me obsequió mi mamá... continúo arreglando mi mochila, bajo para preparar mi desayuno y las provisiones del día de hoy (al menos lo que me faltaba), tengo el presentimiento de que el día de hoy será arduo y largo, espero seguir viviendo para contarlo.

Luego de terminar con éxito mi desayuno, me preparé un sándwich de jamón de pavo (Me gustan muchísimo los sándwiches), como y prosigo guardando mis provisiones, agregando a las ya implementadas 5 sándwiches y un litro de agua... Ya al terminar todos los preparativos, comencé mi excursión y me dirijo al sótano para descubrir un poco más de esta paradoja que se vuelve voluminosa en mi mente con el pasar de las horas; llegando a la entrada del sótano hay una falla de electricidad y por ende los focos dejaron de funcionar, procedo a tomar una barra luminosa, romperle en el medio para encenderla y comienzo a avanzar; al percatarme de que el sótano está sellado con una cadena y asegurado con candado, vienen a mi otra cantidad de dudas e interrogantes que me motivan a querer saber más, sin embargo no es momento para ponerme a pensar; voy hacia la cocina para tomar un hacha que vi mientras he cocinado todos estos días que está colocada como una medalla en la pared de la misma, creo que será suficiente para poder romper la cadena o el candado, al tomarla vuelvo a la puerta del sótano y comienzo a impactar con fuerza el filo del hacha contra la cadena que cede a quebrarse al cuarto intento, aparto la cadena rota y con fuerza comienzo a empujar la puerta que al fin termina cediendo.

Comienzo a bajar las escaleras con mucho temor, el cuerpo se me tensa con cada escalón que bajo, aún quiero continuar, -aquí no me puedo detener-, me dije para tomar valor para continuar, al llegar al sótano observo a mi alrededor y no veo absolutamente nada...

*me tocan la mano*.

-Hermanito- dice Lucy susurrando- no te alarmes, no hagas tanto ruido y sígueme que es por aquí.

Tomándome de la manga de mi sudadera, cedo a seguirla sin muchos rodeos, me suelta, se acuesta y procede a arrastrarse por un pequeño agujero que hay en la esquina derecha de la pared que se nos atraviesa, calculo que mide unos ''80cm x 70cm'' , le paso mi mochila y procedo a entrar de manera voluntaria por dicho agujero con el hacha en la mano derecha, dicho agujero contenía telarañas y una gran cantidad de polvo que me ocasiona comezón en la nariz... al pasar me levanto del todo, tomo la mochila que le entregué a Lucy para poder cruzar y seguimos el rumbo correspondiente, al avanzar unos 44 metros exactamente, al buscar en este lugar por unos 10 minutos encontramos unas cajas las cuales Lucy al verlas se emociona proporcialmente y toma una hoja de dicha caja, se alegra tanto que me cuesta reconocerla un poco, actúa de manera muy imprevisible

Un Invierno en el bosque de GryfinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora