𝓞𝓷𝓮

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Miraba mis uñas mientras esperaba al ascensor. Entré y las puertas automáticas se cerraron atrás mío. Un día productivo para una chica productiva como yo, regresaba de una entrevista de trabajo.

Me miré en el vidrio tipo espejo.

-Estoy horrible- suspiré y acomodé mi cabello en una coleta, dejando caer por mi frente algunos cabellos rebeldes.

Levanté mis hombros y seguí mi camino después de haber llegado a mi piso correspondiente. Evité golpearme la frente, el mismo chico estaba parado al lado del ventanal. Evitarlo y seguir caminar sería una buena opción, pero el odioso es tan terrible que lo único que sabe hacer es.

-Hola preciosa- saludó después de haber soltado un chiflido ¿En serio? ¿A quién se le ocurre chiflar a una chica? No lo hagan nunca.

-Buenas tardes- dije sin más. Quise seguir con mi camino, pero aquel chico no quería quedarse con la palabra en la boca.

-Te he estado esperando ¿Sabes? - me brindó una sonrisa, una asquerosa y fea sonrisa.

-Ah... muchas gracias, pero yo tengo prisa- Aquel chico soltaba un hedor como no tienen idea; yo no me he bañado desde hace dos días, supongo que él no lo hizo desde hace dos semanas. Me aguanté las ganas de decirle lo mucho que apestaba y que me dejara en paz. Solamente le hice una seña con la mano y me aparté de él lo más rápido posible.

Me sentí totalmente agradecida cuando él hizo lo mismo y se dirigió a su apartamento. Pero la vida no quiere que Hanji sea feliz, no, no. Un chico salió de su apartamento, cuando me vio dejó su puerta a medio abrir y me dio una sonrisa, yo solo tuve que fingir una.

-Hola Hanji- dijo algo tímido.

Moblit, mi vecino. Un chico poco interesante, solo habla de pinturas y de pinceles.

-Hola Moblit- saludé.

-Eh... justo iba a ir a comprar algunas cosas, quería saber si tu mamá quisiera que comprara algo por ella- se rascó la nuca nervioso.

-Uhm... ella ha salido al supermercado- mentí -Gracias.

-Ah mira - sacó de su apartamento una pintura, un retrato.

Empezó a hablar de como lo había hecho y que materiales había usado. Yo solo jugaba con mis pulgares mientras lo observaba y asentía cada que me miraba. No entendía nada de lo que decía, solo esperaba a que se despidiera. Guardó aquella pintura y cerró por fin la puerta.

-Eh... yo quería preguntarte si...

Al momento sonó el timbre del elevador, de este salía el chico más guapo que jamás nadie haya visto en la Tierra... Vale, sé que estoy exagerando un poquitín, pero yo lo veía así. Se había mudado hace un par de meses y desde que chocamos no he podido sacarlo de mi cabeza.

Flashback

-Hasta luego mamá- me despedía mientras terminaba de comer un pan.

Estaba en la semana de exámenes y tenía que ir temprano a la facultad.

Salí del apartamento cerrando la puerta atrás mío. Correr en aquel pasillo es algo realmente estúpido, pero quería acortar todo. Tenía veinte minutos para llegar a mi salón de clases, mi universidad está a casi media hora de mi edificio, tendré que hacer milagros para llegar a tiempo.

No le di importancia a las personas que podrían estar en ese pasillo, supuse que nadie caminaba por allí a las 5:35 de la mañana y muy aparte aún tenía los ojos cerrados por ser tan temprano. Cuando empecé a tropecé golpeando a alguien. El sonido de una caja y mi trasero chocando contra el suelo al mismo tiempo fue lo único que se escuchó en el corredor.

El chico del apartamento 512 | LeviHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora