𝓣𝔀𝓸

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-Que hermosa se ve usted hoy- paré en seco al escuchar aquellas palabras. Giré a ver a la persona de quien provenía esa oración. Un hombre con mejillas enrojecidas, de una edad avanzada y sin cabellos que cubran su cabeza.

-¿Disculpe?- le dije.

-Que se ve hermosa el día de hoy- soltó una corta carcajada- yo soy el viejo aquí y usted es quien no escucha bien.

-Gracias señor, buenas tardes- quise seguir con mi camino.

-¿No quieres acompañarme esta tarde?

-¿Qué?

-Puedes buscarme, mi apartamento es el 313 - acercó su mano a mi cintura. En un acto de reflejo tomé su muñeca con mucho enojo.

-Lo siento, - solté su muñeca - pero no estoy interesada en viejos rabos verdes como usted. 

Le di una última mirada y me dirigí al ascensor pudiendo escuchar nuevamente aquella asquerosa risa.

-Que sujeto para más estúpido- musité ingresando a aquella caja de metal.

Una vez las puertas se abrieron miré el pasillo "nadie" me dije a mi misma y con pasos acelerados me dirigí a mi apartamento. Le rogaba al cielo no encontrarme con nadie desagradable en el corto tiempo que me quedaba. A unas dos puertas de la mía me vi obligada a parar al ver a una silueta saliendo de su apartamento. 

La imagen de mis sueños utilizando una camisa de una tonalidad azul con las mangas remangadas y unos pantalones negros

El chico de cabello color ébano me miró. Sus ojos grises y profundos se conectaron con los míos.  Le regalé una sonrisa.

- Hola - fue lo que salió de mis labios.

- Hola- me respondió. Separé los los labios para intentar empezar una conversación con él, sin embargo me quedé callada al verlo arquear una ceja ¿Tenía algo raro? - ¿Por qué te pones la blusa al revés?- cuestionó.

Me quedé con la boca semiabierta ¿Que tenía la blusa al revés? Rápidamente miré mi antebrazo verificando lo que me había dicho y efectivamente, me la había puesto mal. Quería que la tierra me tragara en este mismo instante "¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?" Solo pude soltar una risa nerviosa.

-Oh vaya - miré hacia el ventanal -No me había dado cuenta- lo volví a ver, él solo ladeo su cabeza sin cambiar de expresión.

-Eres interesante - arqueé una ceja ¿Interesante? ¿Cómo debería tomarme eso? - El día que te conocí me pides que te lleve a tu facultad y ni siquiera me has pagado- cubrió sus labios con el dorso de su mano ¿Estaba ocultando su sonrisa?

Tomé mi cuello soltando otra pequeña risa 

- Ah, lo siento, me olvidé de pagarte.  Cierto- hice un pequeño puchero inclinándome levemente hacía el haciendo que se aleje un par de centimetros - Nunca me dijiste tu nombre- lo miré curiosa.

- ¿En serio?- parpadeó un par de veces. Ah esos ojos con tonos metálicos. 

El chico de mis sueños iba a hablar, pero el tono de llamada de su teléfono evito que soltará palabra alguna, sacando su celular de su bolsillo y llevándolo hacia su oído.

-En seguida bajo- fue lo único que dijo después de contestar - me volvió a ver - Nos vemos luego... cuatro ojos - empezó a caminar hacia el ascensor.

Abrí mis ojos al escucharlo decir eso mientras sentía que mis mejillas se enrojecían. 

-¿Cuatro ojos?- lo dije casi como un susurro y giré a verlo.

El chico del apartamento 512 | LeviHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora