𝓣𝓱𝓻𝓮𝓮

685 106 68
                                    


Había pasado una semana, algo agotada para ser sincera. Empecé a trabajar de tiempo completo en una cafetería no muy lejos de mi edificio. Dar tazas y dar pastelitos a los clientes es divertido, pero lo peor es lavar los platos sucios. En mi primer día rompí un plato, que vergüenza. 

En fin, me he estado adaptando a ese nuevo ritmo, es diferente, solo eso. 

Ah, de seguro preguntarán "Y Levi ¿Dónde quedó?" Sigo pensando en ese pequeño azabache y le sigo escribiendo cartas mas no le he visto en toda esta semana.

Hoy es domingo, es de noche, estoy echada en mi cama con los brazos extendidos, mirando las estrellas pegadas en mi pared, aburrida.

-¿Debería de decirle a ese chico que me gusta?- esa pregunta salió inconscientemente de mi boca.

Rápidamente me incorporé y debajo de mi cama saqué una cajita de madera pintada de amarillo con detalles en dorado, tomé su tapa y la coloqué al lado mío. Dentro de ese cuadro de madera se encontraban todas las cartas que había escrito. Reí, era una loca obsesionada.

La ultima vez que había actuado de manera algo parecida fue en la secundaria, jamás olvidaré a ese alto rubio que se encontraba casi saliendo del colegio. "Estúpido Smith" pensé cuando recordé el día que me rechazó.

Flashback

-¡Espera, Erwin!- corría detrás de aquel chico de cabellera rubia.

-¿Hanji?- giró al escuchar mi voz.

Pare justo frente al él, junté mis manos y jugaba con mis pulgares. Estaba nerviosa por lo que diría, sabía que probablemente no lo volvería a ver después de aquel día así que debía de hacerlo este mismo día.

-Erwin...- cambié mi posición a una más segura, erguí la espalda y lo miré a los ojos - Me gustas- dije sin rodeos.

Su expresión no cambió, solo ladeo su cabeza. Se quedó parado unos cuantos segundos, eran segundos que parecían horas. En los que mordía mis mejillas internas esperando una respuesta rápida.

-Hanji- por fin dijo algo -Agradezco tu sinceridad hacia mi, - oh no, aquí viene - pero no puedo aceptar tus sentimientos.

En esos momentos no sabía como reaccionar, analizando rápidamente todo lo que había dicho. Lo único que hice fue fue soltar una fuerte carcajada, poniendo las manos en mi abdomen. Sus ojos color cielo me dijeron "¿Qué?".

-Era una broma, Erwin- le di la espalda -Eres un idiota si creíste que era verdad-

Seguí caminando alejándome de él.

- Estúpido chico con cejas pobladas- musité muy bajo.

End of flashback

Entre mis manos tenía un sobre color beige, controlaba mis emociones intentando no arrugarlo. Solté un suspiro y me miré en el espejo de mi habitación, até mi cabello en una coleta, me coloqué un suéter color amarillo y entre mis manos estaba ese sobre. 

Me acerqué a la puerta, tomé y giré el pomo, me deshice de mis nervios. Estaba decidida, le diré a ese chico lo que siento. Acomodé mis lentes y con paso firme e dirigí a la salida de mi departamento.

-¿Hanji?- la voz de mi madre me detuvo -¿A donde vas?- me preguntó dándome una cálida mirada.

-Oh mamá... yo solo saldré un momento, ya regreso- le sonreí.

Ella solo asintió, dejándome salir. 

Caminé por ese conocido pasillo, ahora lo miraba muy estrecho. Podía sentir como mi estómago se revolvía cada vez más mientras iba acortando la distancia de mi cuerpo a aquella puerta. 

Mi corazón palpitaba rápidamente, mis manos temblaban; mi ser quería regresar, pero algo más fuerte me decía "Quédate". Mis nudillos tocaron un par de veces aquella hoja de madera, esperando poder escuchar su voz. Ni siquiera  sabía que es lo que iba a decir.

-¿Sí?- escuché una voz femenina preguntando. ¿Qué se supone que debería de pensar? ¿A caso Levi tiene novia? ¿Será su hermana?

Una chica bajita de cabellos rojizos abrió la puerta, ojos verdes. No, no podría ser su hermana. Sentía como mi corazón empezaba a partirse en mil pedazos.

-Hola- me dijo con una sonrisa.

-Hola- respondí intentando ocultar mi desilusión - Disculpa... creo que...

-¿Isabel? ¿Quién es?- se asomó por la puerta el chico rubio que vi en aquella tienda, el chico que se fue con Levi. Sus ojos celestes se posaron en mi, parpadeando un par de veces -¿Tu eres Hanji?- levanté una ceja ante la pregunta ¿Cómo es que sabía mi nombre?

-¿Hanji?- preguntó la pequeña pelirroja mirando al chico rubio para luego volver a posar sus verdes ojos en mí -¿Buscabas a mi hermano?- ¿hermano?

-Ustedes dos ¿Qué están haciendo?- una tercera voz se sumó, era su voz.

Entre ese par, apareció Levi, ese pelinegro que hacía agitar a mi corazón. Su mirada era la misma. Sus ojos recorrían mi rostro, hasta que se dio cuenta de lo que llevaba en las manos.

-Hanji.

-Levi.

Solo dijimos eso. Nuestras miradas seguían cruzadas, no podía formular palabra alguna, me sentía encantada con esos tonos grises.

-Te esperamos en la sala, Levi- soltó el chico más alto tomando a Isabel y desapareciendo de mi campo de visión.

-¿Y bien?- soltó por fin Levi -¿Me pagarás por fin?- dijo refiriéndose a nuestro primer encuentro, intenté reír siendo lo más discreta posible. Luego miré el sobre que llevaba, era hora.

-Yo quiero entregarte esto- se lo extendí, dejando que él lo tomara - Me gustaría que lo leyeras solo- pude sentir como la temperatura de mis mejillas se elevaba.

-Está bien- dijo mientras observaba el sobre.

-Hasta luego- dije conteniendo la respiración, si me quedaba un minuto más, explotaría.

-Hasta luego.

Yo regresaba a mi apartamento mientras él cerraba la puerta del suyo. Mi corazón no dejaba de palpitar a gran velocidad, lo había hecho.

Entrando a mi hogar, me deslicé por la puerta, cayendo sentada al suelo. Puse mis gafas encima de mi cabeza y coloqué mi rostro entre mis manos, no podía creerlo. Solo me quedaba esperar, esperar lo peor, tal vez.

______________________________________________________________

¡Hola chicas y chicos! ¿Cómo se encuentran? Apuesto a que ya vieron el nuevo capítulo, estoy algo triste de que sea uno de los últimos. También que, últimamente Japón ha pasado por pequeños terremotos.

Aquí un nuevo capítulo; algo cortito, lo sé, pero como siempre, esperando a que sea de su agrado. 

En fin, ustedes cuídense mucho, muchísimo. Recuerden que son MUUUY importantes, nos leemos.

Annita

El chico del apartamento 512 | LeviHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora