O1

887 93 222
                                    


Kun se podía considerar un chico afortunado.

Tenía todo lo que necesitaba; después de todo, su vida era tranquila. Sus padres eran una pareja felizmente casada, tenía una hermana que se graduaría de la preparatoria en unos meses, Shuhua; tenía a sus amigos, estabilidad, salud y felicidad, aunque esta última se encontraba interrumpida por la única cosa que no le gustaba hacer: la tarea, o más bien, el estudio en general, aun así, amaba su carrera. La Arquitectura era un tipo de escape para él; la idea de crear cosas imposibles y edificaciones inimaginables fue suficiente para que su corazón decidiera que eso era lo que quería. Eso no quitaba lo complicado de la carrera y el que sus notas estuvieran peligrando aquel semestre.

Al menos compartía la mayoría de sus clases con Lucas... aunque eso podría ser contraproducente.

Su grupo de amigos era peculiar: Jaehyun era un idiota que tenía detrás a media universidad y no se daba cuenta; Yuta era, de todos ellos, el más abierto con sus gustos y acciones, y al que consideraba más cercano, casi como un hermano; Lucas era un poco inocente y bastante supersticioso, era el menor del grupo de amigos y se notaba; y por último, estaba Jungwoo, el más femenino de todos desde su ropa hasta su forma de actuar a veces y, a su vez, era el que intentaba mantener el ánimo del grupo. Amaba a su pequeña familia.

Su vida podía verse aburrida a veces, pero estaba satisfecho; amaba a sus amigos, su hermana, su carrera. No tenía quejas.

Observó fijamente el plano que tenía enfrente y con un fuerte suspiro volvió su atención a la tarea.

Se encontraba inquieto mientras caminaba hacia su casa. Vivía en un vecindario tranquilo que estaba al lado del bosque más extenso de la zona, el cual era tratado como parque nacional y era uno de sus lugares favoritos cuando sentía la necesidad de desconectarse del mundo, un sentimiento que estaba muy alejado de su realidad actual. Evitaba mirar hacia el interior del bosque y su cuerpo se alejaba lo más posible del borde de aquel lugar de manera inconsciente.

Estaba estresado después de un día largo en la universidad, el autobús estaba repleto de personas y le tuvo que tocar venir de pie con todos sus materiales en mano. Suspiró y buscó un lugar donde sentarse; aún quedaba camino por recorrer y siendo sincero estaba exhausto. Tomó su celular, lo encendió e ignoró la hora por el bien de su salud mental. Se estaba haciendo tarde y lo último que quería era un ataque de paranoia en medio de la calle.

Al bajar del autobús guardó el aparato y le permitió a su mente divagar por unos segundos, hasta que una sombra cruzó su visión periférica. Su mirada terminó dando al bosque y una incomodidad se acentuó en su pecho. Se sentía observado y en completo peligro, pero no podía ver nada que estuviera entre los árboles. Si algo había aprendido Kun de las películas de terror era que si no te sientes seguro, no investigues; así que con eso en mente, se aferró a sus cosas como si lo tangible pudiera distraerlo de aquella sensación extraña y emprendió camino hacia su casa nuevamente, intentando ubicar ese presentimiento en el fondo de su mente. Introdujo la llave torpemente en la cerradura, con todas las cosas que cargaba dificultándole la tarea, pero se encontraba en casa al fin. La inquietud no se había ido y tenía la creencia se que no lo iba a dejar por un buen rato. Estaba al borde de la ansiedad y la paranoia; puesto que tenía una maqueta que entregar en 3 días y sinceramente no sentía la cabeza en condiciones para terminarla, aun después de tener casi todo hecho.

Revisó su celular y vio que sus amigos estaban planeando una salida, por lo que se disculpó diciendo que realmente tenía que terminar ese trabajo y de inmediato los planes hicieron un giro de 360 grados. Sonrió de lado al ver como seguían hablando emocionados de lo que harían esa noche, a pesar del repentino cambio de planes, y captó algunos de los tantos mensajes que mandaban (entre ellos uno de Lucas presumiendo su ya finalizada maqueta), empezando a discutir amistosamente con el menor. Entretanto, el tiempo se le fue volando y escuchó el timbre de su casa ser tocado para anunciar a sus amigos.

𝑺𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕 ⁿᶜᵗDonde viven las historias. Descúbrelo ahora