Peeta Mellark.

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Solía correr día tras día después de la escuela ya que aquellos niños siempre me perseguían para golpearme más de una vez llegué a mi casa con la ropa rota manchada de lodo y golpeado mi madre solo me miraba y en su mirada podía ver el mismo desprecio de aquellos y niños y de la gente del distrito 12 todos me llamaban raro, fenómeno etc. Pero yo no tenía la culpa de haber nacido así mi madre me miraba enojada me jalaba del brazo y me regañaba diciendo;

—solo eso me faltaba aparte de fenómeno débil y cobarde—

Yo solo lo miraba con lágrimas en mis ojos por su parte mi padre solo negaba con la cabeza así era casi siempre hasta ese día, recuerdo que estaba corriendo para que esos niños no me alcanzaren cuando me estrelle con alguien solo caí y rápidamente sin siquiera ver a la persona con la que me había estrellado me levante rápido cuando escuché las voces de aquellos niños decir que no huyera tenía miedo mi cuerpo empezó a temblar mire ala persona con la que choqué lo miré y dije entre susurros;

(Peeta)—lo....lo siento—

En ese momento pude ver los ojos más hermosos que haya visto en mi vida eran entre grises y azules eran hermosos el solo me miró los niños llegaron yo solo los miré con miedo uno de ellos se acercó a mi y quiso golpearme pero el chico con el que choqué se le lanzó a golpearle los demás se lanzaron sobre el pero el terminó golpeándolos y quitándoselos de encima los niños salieron corriendo el se sacudió el polvo me miró con una mirada fría y salió sin decirme nada.

Los días siguientes los niños no volvieron a molestarme quise acercarme a él para agradecerle pero siempre que quería acercarme a él este me ignoraba hasta que una noche el entró a la panadería de mis padres miró los panes mi padre estaba ahí solo lo miró y no dijo nada yo llevaba una bandeja con pan lo miré y el me miró para después salir mi padre sonrió yo baje la mirada mi padre se acercó a mi tomó dos piezas de pan me las extendió y dijo;

—Peeta el es el chico que te defendió?

Yo asentí.

—y le has dado las gracias—

Yo negué.

(Peeta)—no lo intente, pero no pude—

El sonrió y me dijo;

—bueno entonces dale esto y agradécele—

Mi padre me dio las dos piezas de pan y antes de salir me guiño un ojo, yo tomé las piezas de pan y salí en busca de aquel castaño no lo encontraba hasta que termine dentro del bosque lo pude ver sentado debajo de un árbol me acerqué lentamente el al verme abrió los ojos de sorpresa yo me acerqué lo miré y le dije;

(Peeta)—ah....bueno....

El chico solo me miraba atento.

(Peeta)—Gra....gracias por ayudarme con aquellos niños—

El no me contestó mordí mi labio tomé el pan y me acerqué a él tomé sus manos y coloqué los panes en sus manos, por primera vez pude ver su rostro sus facciones eran hermosas me acerqué le di un beso en la mejilla y sali corriendo como todo un cobarde al parecer mi madre tenía razón era un cobarde pude escucharlo gritar mi nombre;

—Peeta!!

Pero no me detuve seguí corriendo los días pasaron y aunque nos encontrábamos en las calles del distrito 12 ninguno se acercaba a hablar, yo por mi parte lo miraba de lejos en algunas ocasiones regresaba a ese lugar con algunos panes y los dejaba en aquel lugar hasta que un día encontré una nota que decía;

"Gracias Peeta" - Gale

Yo solo sonreí como un tonto empecé a buscar a gale por el bosque hasta que lo encontré ahí abrazando a una chica mi corazón dolió el porque no se así que salí de aquel lugar y jamás volví a acercarme a él.

Los juegos del hambre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora