Capítulo 5

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Las Nornas o también llamadas "Las hilanderas" son personificaciones del tiempo, seres creados por los dioses, tan antiguas como las raíces del árbol en el que moran, donde entretejen y vislumbran la historia de Landheim. Se manifiestan como tres hermanas Verit, Verandi y Vera, unidas por los inquebrantables hilos del tiempo, atadas literalmente unas a las otras sin poder separarse.

Verit a la izquierda de Verandi, tiene el aspecto de una huesuda anciana, decrépita por el paso del tiempo, con una mirada blanquecina y sin pupila, continuamente echando la vista hacia atrás, dicen que perdida y absorta contemplando los sucesos que ya han pasado. Porta un bastón en el que se apoya al andar y una corona de flores marchitas.

Verandi entre sus hermanas, es una joven de un rostro bello, anclada en su mocedad, mirando al frente. Sus ojos encogerían hasta el más impetuoso corazón. Cuentan que a través de ellos lo ve todo, todo lo que acontece en el momento presente, atravesando tierra, nubes y sombras. Me pregunto si también es capaz de saber lo que pensamos, de indagar en nuestras intenciones y deseos. Está coronada con una tiara de flores moradas de azafrán, manchándola de partículas anaranjadas que caen delicadamente por su piel. Una flor que solo crece aquí.

Mientras que Vera a la derecha gesticula de forma extravagante con las manos, como si mantuviera una conversación que nadie puede escuchar. La sábana de seda blanca cubre por completo su cuerpo, porta un espejo que observa. A veces me dan ganas de acercarme y echar un vistazo. Su corona esta echa de pequeños huesos frágiles.

Las tres salen con sus túnicas, lentamente andando descalzas por la tierra, y el barro. No se parecen a nada humano, elfo oscuro o cualquier raza que haya podido existir. Son más altas que cualquiera, con el cuerpo y el pelo pintado de blanco y runas, una por cada falange de sus dedos coronados por largas uñas negras, y otras tantas más recorriendo sus rostros. Sus manos vendadas gotean sangre, heridas por su sacrificio, siempre hilando, siempre cosiendo el telar de los dioses.

Las tres figuras marcan el paso al unísono hasta sentarse en un asiento triple detrás del altar.

- Hermanos y hermanas sumerjámonos en la oscuridad de la nada- Con una voz fluida, como un suspiro eterno, suave y sedosa Verandi comienza la ceremonia. Mientras, seis sacerdotisas circunspectas están colocadas alrededor de la Gran hoguera aún sin encender, irán prendiendo con sus antorchas la paja seca amontonada en la base que arderá y alimentará el fuego hasta convertirse en una gran llama que iluminará todo, ardiendo hasta que se extinga hasta sus cenizas. Concluyendo así la primera parte de la celebración, por la mañana repartirán sus restos a todos los pueblos, los esparciremos en nuestros campos y en las puertas de las casas. Todo acabará con los líderes dando un último discurso antes del momento de las profecías de las Nornas.

- Aquella que lo ocupaba todo, antes de que la llama del sol calentara este mundo, antes de que las sombras de la luna moviesen los ríos y los mares- continua Verit con su voz áspera y ronca. Alza las siniestras manos agarrando el aire como si intentara alcanzar algo. Recuerdo que ya desde muy pequeña me percaté de que ninguna puede hablar en un tiempo que no le pertenece, cada una habla cuando debe.

- Apagad vuestras luces y recordemos nuestra historia una vez más-concluye Verandi. Los farolillos, las pequeñas fogatas y luces se van extinguiendo poco a poco hasta que solo alcanzo a ver únicamente a las sacerdotisas. El silencio ensordecedor unido a la oscuridad me hace sentir una extraña inquietud. Puedo alcanzar a comprender por qué los dioses nos crearon. No sería capaz de pasarme el resto de mi existencia con la única compañía vacía de la negrura y el silencio al mi alrededor.

La primera sacerdotisa se acerca solemnemente y empieza a prender la hoguera.

- El abismo primigenio era tan profundo y enorme que ni Helara ni Darko se llegaban a encontrar. Helara solitaria cantaba todos los días una triste melodía, que Darko escuchaba como un eco en la lejanía irrumpiendo en su cómodo silencio, eso le producía un gran pesar así que creó el firmamento y las estrellas para ver si eso la contentaba- Verit sumergida en aquellos acontecimientos nos los describe.

Los días más oscuros- Crónicas de LandheimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora