Alison es una joven con mucha personalidad, le gusta jugar al futbol, estar con su familia y amigos.
Es una buena persona, aunque a veces puede ser demasiado orgullosa, vengativa, sarcástica, malhumorada y algo complicada.
Te atreves a entrar en su...
El día del partido llegó, aunque no pude hablar con Alex, las cosas estaban algo extrañas, sin embargo, los nervios y la ansiedad por el partido nos superaban y tenía que concentrarme en ganar.
En el vestuario, los chicos se preparaban las canilleras y acomodaban las medias igual que yo, había un silencio rotundo, mezclado con un poco de nerviosismo, la tensión se podía sentir en el aire. Luego de unas palabras por parte del entrenador, todos salimos del vestuario rumbo a nuestras posiciones en el campo de juego.
A un costado del campo, las porristas bailaban y alentaban a la hinchada mientras coreaban el nombre de nuestro equipo. Los tiburones también se posicionaron en su campo, eran en su mayoría hombres de contextura mediana, ni muy grandes ni muy escuálidos, sin embargo, se notaba que eran un equipo fuerte ya que, al momento de sacar y comenzar el partido, sus toques eran precisos.
Troy, con la dorsal 5, roba la pelota y rápidamente da un pase a Sander, el número 7, quien corre por la banda derecha con la pelota esquivando a dos de los tiburones. Tira un pase al medio del área donde espera Miller con la 10, pero no logra conectar con el balón, pero este me queda justo a mí, que de una doy una fuerte patada cruzada y la pelota logra colarse bajo los tres palos del arco rival, marcando el 1-0 para nuestro equipo.
El estadio enloquece, la hinchada grita y las tribunas están encendidas en cantos de victoria para nuestro equipo, rápidamente corro hacia la parte donde están mis amigos de la hermandad y los señalo, dedicándoles el gol a ellos, ya que se lo merecen tanto como yo por estar siempre para mí. Los chicos tienen escrito en las mejillas un 9 (número de mi camiseta), saltan de alegría y despliegan una bandera a lo largo que dice "ALIGOOL" lo cual hace que me ría y mi corazón lata más fuerte. Mis compañeros de equipo se acercan a mi para festejar, pero rápido, pues el partido no termina ahí.
Se reanuda el juego y los tiburones vuelven a sacar del medio, entre pase y pase Turner el arquero nuestro, con la 1, logra interceptar el ataque de ellos y lanza la pelota hacia el otro lado de la cancha, donde me encuentro yo forcejeando con un jugador del equipo rival para poder quedarnos con el balón. Tras un empujón de su parte, el árbitro marca un tiro libre para nosotros. Acomodo la pelota y levanto la cabeza, miro a Jack con la 8 en su espalda, quien está en el área peleando con el mismo tipo de antes, en otro lado Tyler el 4, que es el más alto del equipo asique está cerca del arco dispuesto a cabecear, sin embargo, sin que nadie lo marque, completamente solo por la izquierda, el número 10, Alex Miller entra en mi campo de visión, solo con mirarnos nos entendimos. El árbitro suena el silbato, la barrera del otro equipo se adelanta, pateo fuerte la pelota hacia la izquierda y esta cae redonda sobre donde está Alex, quien con una acrobacia increíble hace un gol de tijera. El arquero intenta interceptarla, pero no llega. Nuevamente el estadio explota, todos corremos a felicitar a Miller por el golazo que acaba de hacer. Al verme, Alex me toma en brazos y me abraza fuerte por un breve momento, una electricidad corre por mi cuerpo ante su toque.
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