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- Veo que no te sorprende que tu esposo se vea con otras mujeres – comentó el hombre mirando curioso la reacción de la mujer.

- ¿Qué es lo que piensas hacer conmigo? – preguntó Hortensia soltando un gran suspiro.

El desconocido sonrió ante la actitud de la mujer, dispuesta a aceptar cualquier castigo que se le diera aunque ella ni siquiera había sido la culpable, se le notaba cansada pero más que físicamente, mentalmente.

- Acompáñeme por favor – pidió el hombre colocándose al lado de la puerta estirando su brazo con la palma de la mano mirando hacia arriba con una pequeña inclinación.

Hortensia un poco dudosa se levantó de la silla colocándose al lado del hombre que seguía con aquella extraña sonrisa en su rostro, y aunque lograba inquietarla un poco, su mente se encontraba divagada entre su esposo y la infidelidad.

La mujer siguió de cerca al hombre hasta que se detuvo delante de una puerta, dándole el paso a ella una vez la entreabrió para permitirle el acceso.

Las orbes bicolores miraron sorprendida la habitación sintiendo una mezcla de curiosidad con miedo, justo en frente de la puerta había una cama King size con sábanas azules a cada lado de la cama había una pequeña mesita de noche con un par de lámparas del mismo tono que las sabanas sobre ellas, al lado derecho de la habitación una puerta que suponía llevaba a un baño y a la izquierda una gran armario.

- Tranquila no voy a tocarla a menos que usted me lo pida – comentó el extraño justo en el oído de Hortensia haciendo que se sobresaltara llevando su mirada a observar al hombre que se encontraba inclinado para quedar a su altura, el hombre le sacaba por lo menos 30 cm de altura – aquí va a quedarse por un tiempo, no podrá salir pero al menos estará comoda – aseguró el desconocido.

Hortensia se sentía demasiado confundida, ¿Por qué le preocupaba tanto que estuviera comoda? ¿si se tratara de un simple secuestro no era más fácil dejarla en la habitación anterior amarrada a aquella silla? todo era demasiado extraño, pero a pesar de todo estaba tranquila.

- En una hora vendré a traerle algo de comer – comentó el hombre caminando rumbo a la puerta para salir de la habitación, aún había demasiadas cosas que tenía que organizar.

- Gracias ... -respondió Hortensia utilizando un tono de pregunta al no saber cómo dirigirse a su captor.

- Jack – respondió el hombre con su característico tono grueso que lograba causarle escalofríos a cualquiera – puede llamarme Jack –

- Gracias Jack – el secuestrador salió de la habitación con una gran sonrisa, su nombre se escuchaba bien en los labios de ella.


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