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Hortensia sintió como la puerta era abierta de forma brusca haciendo que se sentara inmediatamente al observar a un extraño entrar en la habitación.

- póngase esto – ordenó el hombre aventando un vestido a las manos de la chica mirándola con lo total desagrado dejando a la vez un par de tacones en el suelo al lado de la cama.

La pelirroja se sintió un poco intimidada ante la presencia de ese desconocido, se notaba de lejos que por alguna razón ese hombre la odiaba.

- rápido – ordenó el hombre mediante un grito qué logró sobresaltar a la chica – el jefe la está esperando – mencionó saliendo de la habitación para dejar que se cambiara.

Hortensia tomó el vestido entre sus manos, observando el gran escote en la espalda y la abertura que tenía en la falda del lado derecha de la pierna, el vestido era largo y negro, era demasiado elegante.

Sin perder más tiempo, se desvistió poco a poco para enseguida deslizar las telas del vestido sobre su cuerpo, le quedaba perfecto, como si estuviera hecho justo a su medida.

Los tacones no eran demasiado altos, pero si lo suficiente para lograr que el vestido no se arrastrara por el suelo.

Todavía se encontraba sentada sobre la cama, terminando de abrochar los zapatos de tacón cuando la puerta fue nuevamente abierta por el mismo hombre.

Sin mencionar una sola palabra, el tipo se acercó a Hortensia y sujetándole el brazo con un poco de brusquedad la levantó de un tirón.

La chica soltó un pequeño quejido por la fuerza que el hombre estaba usando para levantarla, pero aún así trato de seguir el ritmo de la caminata que llevaba el hombre, terminando frente a una puerta donde al fin soltó su brazo.

- Pase por favor – pidió el enmascarado con un tono de voz amable, un tono completamente diferente al que utilizaba con ella cuando estaban a solas, al poner un pie dentro de la habitación se percató de la mesa cuadrada que se encontraba en medio del cuarto, con tan solo un par de velas que iluminaban la sala, un ramo de rosas a un lado de la mesa y un par de platos tapados con una charola para guardar el calor de los alimentos, sorprendida observó como Jack se ponía de pie para recibir a la mujer, entendiendo el cambio de tono que el hombre había usado.

- Adelante por favor – pidió Jack recorriendo la silla para permitir que Hortensia se sentara para después acercarla a la mesa – espero le guste el caviar – comentó con una sonrisa el hombre.

- ¿Por qué haces todo esto? – preguntó Hortensia un poco desconcertada por todas las atenciones que recibía del hombre.

- Por que puedo y quiero – respondió el hombre sentándose en la silla de enfrente colocando su mano sobre la mesa con la palma hacia arriba esperando recibir la mano de Hortensia, la pelirroja por puro reflejo tomó su mano, aún no entendía que era lo que pasaba con ese hombre ni por que se sentía tan bien a su lado, quizás era por que desde que estaba ahí había recibido mucha más atención que durante los últimos años con su esposo – y sobre todo porque lo vales – contestó dejando un beso sobre la mano de la chica, que no apartó en ningún instante su mirada de aquellos ojos que la miraban con tanto fervor.

La cena transcurrió plácidamente, entre bromas y coqueteos, que al principio Hortensia ignoraba, pero en cuanto fue avanzando la noche respondía un par de ellos, teniendo una sensación de confianza con Jack, como si lo conociera de toda la vida.

Al terminar la velada, Jack acompaño a la dama hasta su habitación permaneciendo juntos un par de minutos a la puerta de la pieza donde estaba quedándose Hortensia.

- Gracias por la hermosa noche – agradeció Jack dando otro tierno beso sobre su mano, sin retirar sus ojos de los orbes bicolores que parecían tener un brillo único, un brillo que lo llamaba, de forma delicada tomó entre su mano la barbilla de la pelirroja acercándose con parsimonia depositando un pequeño pico entre sus labios.

Hortensia no se movió y casi ni siquiera respiro, sentía un gran nerviosismo por la cercanía del hombre, su corazón comenzó a latir de manera exagerada y sintió como sus piernas temblaban cuando sintió los labios contrarios rozar los suyos.

Sin decir una palabra más la pelirroja entró a la habitación cerrado la puerta tras ella, deshaciéndose de los tacones justo en la puerta para enseguida correr hasta la cama tirándose boca abajo sobre la almohada sujetándola con ambas brazos mientras dejaba salir un grito que era ahogado en aquella superficie.

La chica se sentía como una adolescente de nuevo, llegando de la primer cita con su crush, una extraña pero conocida sensación de mariposas en su estomago revoloteaban todos sus sentidos, creando un gran lío en sus pensamientos.

Jack se mantenía recargado sobre la puerta de la habitación de la chica, sonriendo de par en par al escuchar el pequeño gritó que provenía de adentro de la pieza, las cosas estaban saliendo justo como las tenía planeadas.

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⏰ Última actualización: Feb 21, 2021 ⏰

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