Colors||KnowMin♡

[10]-Amarillo.

Ahora caminar hasta la banca donde Minho y yo solíamos sentarnos siempre era una tortura.

Luego de que el asunto se haya esparcido por todo el instituto, se dedicaban a susurrar cosas, lanzar miradas muy mal disimuladas, y comenzar a crear rumores completamente fuera de la realidad en la que ambos estábamos. Minho hacía oído sordo a aquello, y yo sólo quería mostrarles mi dedo corazón cada vez que se cruzaban conmigo.

Aún recordaba cuando Minho me dijo que habían chicos fuera del baño preguntándole cosas desagradables respecto a nosotros.

 Era increíble cómo habíamos pasado de ser una sombra más aquí, a ser el espectáculo principal.

—Minnie...—Volví a la realidad, hice un pequeño sonido para indicarle a Minho que le estaba escuchando—¿Algún día vendrías a mi casa?

La pregunta dio vueltas en mi cabeza. Tantas hasta llegar a sentarnos por fin en la bancas, fueron tantas que hicieron que mi voz se perdiera, sin saber cuando regresaría. Agradecía la paciencia de Minho en aquel punto de silencio, porque tardé varios minutos en formular una respuesta.

—Uh, bueno... Me gustaría mucho, Honnie—Mis palabras salieron torpes, mientras miraba su pequeña sonrisa.

Me gustaba emocionarlo, me gustaba que las cosas fuesen mutuas.

—Le caerás bien a mis padres—Musitó buscando mi mano, cuando entrelazó nuestros brazos, dejé reposar mi cabeza su hombro— Mi mamá podría hacernos un postre, y podrás escuchar a mi papá hablar mucho sobre cualquier cosa que vio en la academia de baile donde trabaja.

—¿Academia de baile?

—Sí, daba clases de ballet, pero ya está muy anciano. Aún así, sigue ahí, trabajando en una oficina.

—Oh... —Se oía bastante interesante el hogar de Minho, seguro sería bastante acogedor.

—Yo... De pequeño lo hacía, practiqué mucho porque quería ser cómo mi papá. Hasta qué un día comencé a ver negro...

Vi su labio sobresalir un poquito, pronto su posición erguida cambió, supe lo que sucedía y me separé para abrazarlo. Minho podía mostrarse tranquilo la mayoría del tiempo, pero me hago una idea seguramente poco acertada del sufrimiento interno que debe tener diariamente.

—Seguro eras un grandioso bailarín, Min...—Susurré sosteniendo su rostro, notando su labio temblar levemente, se veía tan frágil en aquel instante que incluso quise llorar con él—Y créeme que tu padre está orgulloso de ti, seas o no bailarín.

Se quebró en mis brazos, aferrándose a mi cómo nunca lo había hecho. Pude sentir su dolor en mi pecho también, cómo si fuese mío. Me dediqué a abrazarle de igual modo, que sintiera que había alguien con él, alguien que lo quería y que creía en él.

Las lágrimas bajaban bajo sus lentes oscuros, ellas no planeaban detenerse, querían torturarme al hacerme ver que él estaba vuelto pedacitos, los cuales quería unir. Su llanto se mantuvo varios minutos, mientras yo acariciaba su espalda, luego solo se oían pequeños hipidos, su respiración tranquila contra mi cuello y su cuerpo temblando levemente.

—Minnie...

—Minho, no te apresures... Esta bien llorar.

Él se separó volviendo a quedar frente a mi. Yo suavemente limpié las lágrimas bajo sus lentes, acariciando su mejilla levemente. Volvió a sonreír, pude sentir calma con eso. Su rostro fue acercándose al mío, y al saber lo que sucedía terminé con la distancia, besando sus labios un a vez más.

Él tomó el control de inmediato, siendo este más fuerte que aquellos pequeños roces de labios que teníamos la mayoría del tiempo. Pasó su mano a mi nuca, queriendo más profundidad. De igual forma, se sentía mágico cómo todas las veces que nos uníamos, era simplemente perfecto.

—... ¿Piña?—Murmuró al separarse, aún nuestros labios rozaban, nuestras respiraciones agitadas se mezclaban y se sentía maravilloso.

—Es amarillo...

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Hola sí, ¿sigo en alguna biblioteca?
YO VINE A ACTUALIZAR ESTO, Aprovechando
que estaba bien triste, so, disfruten.
Los amo, chau