El regalo inesperado

75 18 1
                                    


Se llama Patricia. Para algunos, la mujer loca de la casa amarilla, y para otros, cualquier otra escritora (porque así se suponía que debía terminar cualquier escritora, solterona y encerrada)

Para Patricia, sin embargo, lo que pensaran los demás de ella no importaría si al menos una de sus obras hubiera sido un éxito. Algunas de ellas estuvieron muy cerca, ganando algún que otro premio, pero ninguna tuvo lo suficiente para llegar al estrellato.

Cierto día domingo, llegó un paquete a la puerta de Patricia, sin remitente ni destinatario, y al abrir la puerta no había nadie. Lo raro era que Patricia no tenía familia cercana, ni amigos, ni era conocida para recibir regalos de lectores admiradores.

A pesar de ello, Patricia era más curiosa que precavida, y abrió el paquete tan pronto entró a la casa. ¡Pero qué bonito! En un estuche rojo, una máquina de escribir vieja y polvorosa descansaba.

Y como Patricia nunca había usado ninguna, empezó a teclear y manchar hojas, hasta que sabía de memoria la función de cada tecla sin cometer ningún error.

Casi como por arte de magia, Patricia se llenó de una inexplicable inspiración. Y tenía que escribir, casi como respirar era tan necesario para cualquier ser humano. Y llenó hojas, y pasaron días y noches, y ella aún no entendía por qué había escrito tanto de una persona sin ninguna trama ni fin específico.

Relataba la mundana vida de alguien, sus gustos, miedos, pasiones, y poco a poco Patricia le fue tomando aprecio a ese personaje, casi como el que un autor siente por su historia, pero este un poco más platónico, no como si estuviera escribiendo de alguien ficticio.

Era perfecto, (lo había creado a su antojo) pero solo le faltaba una cosa.

"Aunque no pareciera real por su maravillosa forma de ser sacada de novela, él lo era, y cierto día sábado 28 de octubre, el destino lo puso a prueba en una terrible llovizna que hizo que su carro quedara varado, y no le quedara más remedio que buscar ayuda en una bonita casa amarilla, donde abriría una escritora llamada Patricia, y en el primer instante en que él la vio, quedó totalmente enamorado de ella."

Patricia soltó su máquina de escribir y fue por un café caliente para aliviar ese molesto frío que la lluvia había traído consigo.

Cuando tocaron el timbre y abrió la puerta, su sorpresa la hizo derramarse el café caliente sobre su pecho.

La persona que tocó, totalmente emparada, soltó una risa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 21, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cuentos para no dormir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora