🔞Capítulo 6.

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"Mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca. "—Sun Tzu.

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—Por favor, Gis.

Empujo la puerta de mi habitación, antes de sacarme el blazer y dejarlo encima de la silla junto a la puerta del baño—No me llames así.

—Pero...

—No seas persistente, Byron. No voy a ir, estamos en servicio.

—Lo sé, lo sé. Pero no puedes quedarte aquí sola ¿No quieres conocer Madrid?

—No.

Él resopla, pasándose las manos por el pelo. Yo me giro para buscar en la maleta -aún no desempaco- mis pantalones de pijama grises que hacen juego con una vieja camiseta de Taylor Swift que uso para dormir, aflojo el nudo de la corbata mientras saco mi bolso de aseo.

Byron está insistiendo a que los acompañe a él y al pequeño grupo que no hace guarda está noche en él departamento de Arthur, en un bar cercano en dónde sirven bebidas alemanas, él asegura que tiene buenas reseñas y que es totalmente confiable.

Pero nosotros no tenemos nada que hacer allí, al menos yo me niego a acompañarlos después de la incómoda salida de despedida. En esta ocasión no estaría Ascian para robarse la atención, ni Lionel para poner de mal humor a todo el mundo con sus comentarios. Pero los bares no son mi ambiente, la electrónica no es lo mío y no estoy de humor para escuchar lo aburrida que soy.

El interrogatorio que me hizo Arthur Slim hoy en la mañana me dejó irritada durante todo el día, incluso si no salía de su oficina después de que lo llevamos al penthouse.

Eso y que mi teléfono no había dejado de vibrar toda la maldita tarde en el bolsillo de mis pantalones, mensajes de Hunter y de Esther, sin contar los de Aimè y Angelique, pero esos no me molestaban.

—¿Y si te prometo pagar las cervezas?

Me saco los tacones, dejándolos debajo de la silla del escritorio—No bebo, Byron. Ni en servicio, ni nunca.

—De acuerdo, de acuerdo. Ya habías dicho eso.

—¿Entonces cuál es la insistencia? —Agarro mi toalla, el pijama y mi bolsa de aseo, moviéndome hacia el baño—. Ve tu Byron, no voy a morirme por quedarme aquí sola.

—No, somos todos compañeros, joder. Solo quiero incluirte.

En el baño dejo todo sobre el lavamanos, comienzo a desarmar la maraña de trenzas ajustadas, trabajo hasta que tengo todo mi cabello suelto sobre mi espalda, con ayuda del peine lo arreglo para formar un moño que sujeto con gomines para el cabello.

Estoy sacando una toallita desmaquillante cuando Jeremy se acerca a mi puerta, lo escucho hablar con Byron mientras me quito el rimel de las pestañas. Desecho la toalla y agarro otra para limpiar la base.

—Oye Gisela, ¿Y si prometo hacerte el desayuno mañana y levantarme en voluntad propia una hora antes para entrenar?

Elevo una ceja, limpiando la base de mis pómulos mientras me giro para verlo—¿Estás hablando en serio?

Jeremy se encoge de hombros—Obligaré a Byron a hacer lo mismo.

El aludido se toca el pecho con el dedo—¿Disculpa, qué?

Chasqueo la lengua, desechando la toallita—Necesito a Leonel echando la lengua, tal vez se le vayan las ganas de ser tan bocón.

Todos sus comentarios sobre la comunidad queer que había hecho aquel día en el bar aún me sentaban como una mala patada, incluso aunque quería pasar el menor tiempo posible con él, era inevitable.

Tentaciones Peligrosas  (NUEVA EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora