Capitulo 2.

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“Conoce al adversario y sobre todo conócete a ti mismo y serás invencible”—Sun Tzu
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Cien...

Ciento uno...

Ciento dos...

Ciento tres...

Mis brazos tiemblan y producto de eso debo soltarme.

—Nada mal—dice Jeremy al pasar a mi lado.
Le palmeo el hombro y camino hacía el mini refrigerador. Al abrirlo saco una botella de agua mineral y cuando el líquido frío toca mi garganta casi gimo.

Lo necesitaba.

Byron se acerca a mí con una toalla y me la da, la colocó en mi cuello y me siento en uno de los sillones secando el sudor de mi rostro mientras vemos a Jeremy subir y bajar en cada flexión; sus brazos se tensan y sus venas dan presencia, su pecho a la vista comienza a brillar por el sudor, su cara se tensa en una mueca y... aparto la mirada.

Bebo un trago de agua intentando bajarme el calor y… todo el resto.

Estoy sudada, pegajosa y tengo calor.
Intento calmarme observando hacia otro lado en la habitación pero es algo difícil de hacer, mis ojos vuelven a Jeremy todo el tiempo.

—Aún no lo creo—comenta Byron.

—¿Qué?—miro a mi compañero.

—Arthur Slim.

Parpadeo confundida.

—¡Es uno de los tipos más adinerados de la historia!

—Ya estamos acostumbrados a trabajar con adinerados.

—¿Pero en Europa? Es difícil que salgamos de Alemania.

Me encojo de hombros, secando mi cuello y rostro. Al terminar Byron está observando.

—Es guapo.

Ruedo los ojos—No me voy a ponerme a cuestionar eso, por Dios.

—¿Por qué no?

Porque ya lo había hecho, aún que no podía suceder nada entre nosotros, mis ojos no podían evitar fijarse en los detalles y Arthur Slim no era alguien difícil de apreciar. Observo al otro lado, Jeremy sigue haciendo flexiones, va por el número noventa.

—Es un cliente, Byron.

Él lanza una risita—No te digo que lo empujes a su sillón y lo montes... O al menos que no sea el sillón de su oficina.

—Basta.

Jeremy gruñe dejándose caer de las barras con un gruñido, uno que me hace recordar acontecimientos de noches pasadas. Camina hacía el mini refrigerador a nuestras espaldas y yo tengo que hacer un esfuerzo por no seguirlo y mirarle el culo.

—Deja de babear.

Chasqueo la lengua, lanzando la botella—Voy a hacer a preparar el equipaje. Mañana quiero a todo el mundo en el aeródromo a las cuatro y media de la mañana, partimos a primera hora.

Jeremy baja la botella de agua y asiento con la cabeza, pasándose la mano por el cabello húmedo—Le diré a los muchachos en la reunión de esta noche.

Lo observo mientras se pone una camiseta. Adiós abdominales.

—<<¿Reunión de esta noche?>> ¿Qué reunión?

—El equipo irá a tomar un par de cervezas en Brauhaus, ya sabes, para despedirnos.

—Está demás decir que estás invitada también, Ascian viene y seguro Angelique no se pierde una competencia de chupitos por nada del mundo.

Tentaciones Peligrosas  (NUEVA EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora