Capitulo 5.

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"Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas"—Sun Tzu.

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Arthur Slim

Me paso las manos por la mandíbula, haciendo todo lo posible para no arrancarme el vello.

—El precio es una mierda, no pagaremos eso ni en un millón de años. ¿Hay margen de negociar?

La mesa se pone activa, el agente inmobiliario Debrahi mira sus notas con una lentitud que me pone de los nervios—En efecto, el precio por un terreno vacío es disparatado. Enviaremos otra propuesta que igualmente beneficie a las dos partes.

La economista, Sabrina, habla desde su sitio. El codo apoyado en el reposabrazos, mientras hace girar un lápiz con el nombre de la empresa entre sus dedos—En caso de no llegar a un acuerdo, según nuestras estadísticas deberíamos ganar un buen retorno de inversiones al finalizar el proyecto. Si logramos bajarle, mínimo, un veinte por ciento al presupuesto no sentiremos los gastos.

—No es una opción, usaremos el retorno de las inversiones para otra cosa.

Madre deja su copa de agua sobre la mesa—¿Hay algo que necesitemos hacer desde el lado legal?

Aquí es donde entra Mariela y Luca, como abogados especializados en bienes raíces, la mujer es quien apoya los codos en la mesa—Todo en orden por ahora, ya hemos revisado los documentos y no hemos encontrado nada raro.

—Bien.

Erica, ejecutiva de Marketing y ventas, y Mauro, ejecutivo de ingeniería. No sé encuentran presentes hoy, una parte de mi lo agradece porque no tengo ganas de encontrarme con Erica, incluso si estamos en una reunión de negocios ella encontraría la forma de hablar conmigo en privado y arruinarme el buen humor que logré recolectar este fin de semana.

Pasamos las siguientes dos horas discutiendo sobre números y estadísticas. Había viajado a Cuenca para firmar un contrato con otro socio, ya que no podíamos perder el tiempo, pero el terreno en Cuenca no era tan bueno como el de Jack Lawson's y mover a los constructores e inversores era una gran pérdida de dinero.

El tiempo pasa lentamente cuando se tiene este tipo de reuniones, los ejecutivos hablan y observan carpetas. Los asistentes toman nota. Mi madre pasa la diapositiva con imágenes del terreno y yo me dispongo a hablar cuando es necesario.

—Muy bien ejecutivos y asistentes—se gira hacia los presentes con una suave sonrisa—, la reunión se da por terminada, gracias por su tiempo.

Los presentes juntan sus cosas y comienzan a irse a sus debidos cubículos, yo apoyo los codos en el apoyabrazos y veo a todo el mundo, haciéndoles un saludo leve con las manos.

—Esta mañana si que te has retrasado.

Giro la silla hacia la voz de mi madre, usando uno de esos trajes de sastre que tanto le gusta combinar con sus carteras de diseñador.

—Imprevistos matutinos—comento tomando la carpeta que me da.

—¿Imprevistos matutinos o mujeres para echar un polvo?

—Ambas—admito—. ¿Por qué?

—Hay un estatus que mantener, Arthur. — me regaña en voz baja, apretando los dientes—. Ya hablamos sobre esto, no es bueno para ti.

Tenso la mandíbula y me alejo de ella, con una carpeta debajo del brazo camino en dirección a la puerta. La sala de reuniones está vacía y puedo ver a los ejecutivos amontonarse junto al ascensor.

Tentaciones Peligrosas  (NUEVA EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora