EunJi y Seulgi no la decepcionaron con lo que ordenó
— Bien, luego de que caígan después del salto, Hirai caerá con ustedes, deben tratar de acerlo al mismo tiempo — Las chicas asintieron respirando con dificultad ante lo ensayado — Luego harán esto...
De pronto, la tailandesa hizo un movimiento con sus manos hacia su pecho de izquierda a derecha, sus piernas hacían una especie de marcha, luego movió sus caderas paseando sus manos sobre su cuerpo ladeando su cabeza de un lado a otro, cuando terminó, dió las cuatro medias lunas de antes con un salto al final
— Háganlo con rapidez, deben caer junto a su compañera — ordenó al finalizar — Lo que les enseñé ahora es primero
— ¿Maestra? — Kang elevó su mano llamando la atención de Lisa quién se dirigía hacia las tres restantes
— ¿Qué ocurre? — volteó
— ¿El paso de las caderas tiene que ser de manera sensual?
— Obviamente — respondió como si nada, siguió su camino llegado a las demás — ¿Cómo van? — Lisa preguntó al ver a las chicas con una sonrisa
— Lo logramos, maestra — Hwang comentó feliz
— Bien, veamos — las chicas se ordenaron en posición al escucharla — Un, dos, tres, cuatro
Eunbi y Moonbyul tomaron a Momo por los brazos y la elevaron
— Eleven un poco más los brazos, las tres — dirigió — Pues... no está mal
Al escucharlo, ellas se aplaudieron a sí mismas
— Eso fue lo principal, antes de tomarla en brazos necesito que Hirai corra desde ese punto — señaló en medio de la sala — Hasta ustedes, la toman en brazos, impulsan hacia arriba y luego la arrojan hacia delante mientras Hirai cae así...
Lisa dió un salto como si estuviera cayendo se cayó al suelo de rodillas, dió una voltereta con su cabeza haciendo mover su cabello, elevó sus caderas intentando ponerse de pie sensualmente
— Cuándo Hirai cae y hace volteretas con su cabello, ustedes cuatro se mueven de esta manera — hizo un par de pasos más con sus caderas — En lo que Hirai se levanta, quedan detrás de ella, formando un triangulo. Vamos — Lisa las dirigió hasta EunJi y Seul
— Maestra ¿Podemos tomar agua? es hora del almuerzo — comentó una cansada Eunbi
— No — respondió — Ahora repitan lo que les enseñé, desde el inicio
El grupo quiso dicirle unas cuantas cosas, pero por una seña de EunJi, callaron
— Un, dos, tres, cuatro.... ¡Otra vez! — el cansancio no les ayudaba a Eunbi y Moon, debían cargar a alguien y estaban sedientas — ¡One more time!
Así pasó veinte minutos más, sin descansar, ya que el cansancio hacía que las chicas tropezaran al dar las medias lunas en sus respectivas direcciones, Momo ya no elevaba bien sus brazos y Moon caía al suelo al querer levantar a su compañera
— ¡Ella lo sigue arruinando! — gritó enojada señalando a Moon quién estaba de rodillas en el suelo, le estaban haciendo perder el tiempo
— ¿Lisa? — una voz la llamó desde la puerta haciendo detener a todas
— ¿Jennie? — se extrañó al ver a su esposa ahí, nunca la vistaba, pero ahora la castaña estaba en su puerta con el ceño fruncido y entre sus manos llevaba una gran bolsa de comida
— ¿Qué crees que haces? — Jennie, furiosa, se dirigió hasta ellas — ¿Quién te crees para hablarle así? — la castaña extendió una mano ayudando a Moonbyul
— No se preocupe, señorit...
— Es mi trabajo, Jennie — la interrumpió — ¿Qué haces aquí?
— Vine a traerte el almuerzo pensando que estabas cansada, ahora veo que ellas lo necesitan más que tu — Jennie abrió la bolsa y sacó una botella de jugo dándoselo a Moon
— oh no, no se preocupe
— Tómalo, lo necesitas — insistió Jennie dándole una sonrisa — Comparte con tus compañeras
— G-gracias... — terminó aceptando ante la sincera sonrisa de la castaña
— Necesitan aprender a esforzarse y no estas ayudando, Jennie — Lisa veía de reojo como el grupo se desesperaba por aquel líquido compartido
— ¿Qué es lo que te pasa a ti, Lisa? — Jennie elevó su voz llamando la atención de los presentes — Son seres humanos, necesitan un descanso
— Tu no sabes de estas cosas, Jennie — prosiguió —No quiero discutir contigo frente a ellas ¿Puedes retirarte por favor?
— No hasta que las dejes descansar, es hora del almuerzo, Lisa
— No se preocupe, señorita. Nosotras podemos...
— Señora — interrumpió Lisa a EunJi — Señora Manoban, ella es mi esposa — Momo, quién bebía el último líquido de la botella, escupió al escuchar aquella confirmación
— ¿E-esposa?
— Lastimosamente... — Jennie se cruzó de brazos con una mueca al ver la cara de desconcierto de Lisa al escucharla, es como si Lisa fuera otra persona....
Jennie no sabía que esa era la verdadera Lisa, solo con ella era diferente, solo Jennie la cambiaba de humor
— ¿Puedes irte? — habló con desesperación, esto la estaba eatresando — Estoy ocupada... Claro que si ellas quieran poner de su parte y no comportarse como niñas jugando a que saben bailar
— ¡Lisa! ¡No las trates así! — las defendió, el grupo ocultándose detrás de Jennie escuchando la discusión — Estoy segura que si fueras mejor maestra ellas aprenderían
— ¿No soy buena maestra? ¡já! — rió — Tu no sabes nada de estas cosas, Jennie ¡¡No sirves para nada y si lo haces, Solo sirves para dejarme en ridículo frente a estas inútiles!!.. — señaló
Ante aquella confesión, la sala quedó en silencio, el grupo de EunJi moría por romperle la cara a Lisa mientras solamente Momo tenía unas inmensas ganas de llorar
Jennie estaba sorprendida, Lisa nunca le había levantado la voz y peormente hablado de esa manera
Un fuerte sonido de una gran cachetada retumbó en aquella sala dejando sin habla a los restantes
— Te voy a demostrar, que si sirvo para algo — Jennie limpió una lágrima traviesas que bajaba por su mejilla para luego arrojarle la bolsa de comida por los pies, dejando a Lisa con el rostro girado, un cachete rojo y comida regada por el piso inundando la sala de aquel olor — Vamos....
Jennie tomó de la mano a las desconcertadas chicas llevándoselas de aquel lugar, ellas aceptaron sin quejarse puesto que también querían salir de aquel espantoso lugar
Lisa quedó, sola, en aquella posición por un par de minutos procesando lo sucedido
Hasta que de pronto, varias lagrimas empezaron a rodar por las mejillas de Lisa, el dolor de la cachetada era lo de menos, ahora le dolía el corazón al pensar en que perdería a Jennie... A su amada esposa
¿Qué demonios había hecho?
Lisa recordó porque no tenía amigos, todos ellos se alejaban al ver aquel comportamiento, siempre fue así de temperamental, furiosa y engreída, sus padres le dijeron que se quedaría sola si seguía con aquel comportamiento
Quiso cambiar pero nunca funcionó, hasta que conoció a su esposa, aquella castaña perfecta
Nunca supo como fue que conquistó a Jennie, aquella mujer tan dulce y tierna además de amable con cualquier persona desconocida, la que cautivó su corazón con aquella torpe presentación de malabares la primera vez que la vió
Desde entonces, supo que tenía que hacer hasta lo imposible por conseguir a Jennie, por conquistar su corazón
Solo Jennie sacaba su parte buena, Jennie fue la ayuda que necesitaba, Jennie era todo lo que quería a su lado
Pero ahora.... ahora ella la perdió....