Eclipse

The Moon Marcher

"¿Qué se supone que debo hacer?"

Lena podía sentir a Alex echando humo desde la otra línea.

"¡Algo!" gritó, desesperada, "¡Cualquier cosa!"

"No soy ..." Lena se calló, respiró hondo, "No soy tú. No soy James. No soy Winn. Solo soy ..."

Ella vaciló de nuevo.

"Kara y yo, solo hemos compartido algunos almuerzos juntos, solo hemos intercambiado algunas bromas ligeras, solo nos conocemos desde hace unos meses. Agente Danvers, probablemente no signifique mucho para ella. No voy a ser suficiente ".

"Escucha, Luthor, el tiempo no siempre dicta la fuerza de una amistad. Pero sé que Kara, ella se preocupa por ti. Mucho. Así que si no sacas tu puto culo y ayudas, si ella no lo hace. volver a casa, entonces estoy culpando a usted para hacer absolutamente nada mientras todos los demás intentó ".

"Bien bien."

Entonces Lena se desplomó contra su escritorio y finalmente derramó una lágrima, "Lo siento ..."

Su disculpa fue ronca, pero sincera.

Hubo un largo período de silencio.

"No seas cobarde, Lena."

Ella se estremeció ante las palabras.

"Pero en realidad la has salvado antes", susurró solemnemente.

Hubo una pequeña pausa.

"Pero has salvado a toda la población alienígena de la Tierra. Puedes salvar a Kara".

Se escuchó un pitido sordo y plano una vez que Alex colgó.

Y Lena se quedó sola en su oficina.

Suspiró temblorosamente antes de deslizar su teléfono sobre su escritorio, antes de moverse a su gabinete y servirse una taza de bourbon tibio.

Echó hielo al whisky y luego se trasladó a su balcón.

Lena era tres tazas en su licor, sus pensamientos de niebla, cuando ella llegó.

La asustó y saltó, el vaso se le resbaló de la mano; fue tirado por la gravedad, se dirigió hacia el suelo muchos pisos más abajo y aguardando su destino devastador.

Pero Supergirl lo atrapó con su mano todopoderosa.

Lena examinó al kryptoniano que flotaba frente a ella, al otro lado de la barandilla.

Supergirl adornaba las estrellas: el espacio profundo del universo envuelto apropiadamente alrededor de su cuerpo. Su capa era larga, pasaba sus pies descalzos por un metro con un extremo puntiagudo; el rojo de la tela de otro mundo era más profundo, más oscuro que su traje original.

El emblema en su pecho era de un dorado brillante, como si una estrella ardiente y ardiente estuviera encerrada dentro del símbolo: las costuras que se alineaban alrededor de la tela eran igual de radiantes.

Ella era la descendiente del sol.

Ella estaba santificada, pero vacía.

Sus ojos brillaban igualmente, aunque casi en blanco.

Pero Lena desvió la mirada, antes de detenerse y pensar que había una razón para el "casi".

Fue entonces cuando se dio cuenta de que Supergirl estaba quieta, con el brazo estirado para devolver el vaso de bourbon.

Lena lo retiró, se aseguró de evitar con mucho cuidado cualquier contacto físico.

"Gracias, Supergirl."