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- Por qué, sal de una vez - susurro para sí mismo.

"Cuando mamá reaccioné, se molestará por dejar la alfombra y las paredes manchadas"

Era en lo único que pensaba, mientras con una cubeta de agua a su lado trataba de limpiar la gran mancha sobre la alfombra blanca, que le había regalado a la casa con su primer sueldo.

- Hijo... - su voz sonaba temblorosa y algo temerosa.

- Si mamá - dejo estrechar el trapo con agua contra el piso y se sentó sobre sus propias piernas mostrando una mirada atenta sobre su madre.

- Creo... Creo qué... deberías irte, yo terminare de limpiar esto.

Moonbin guardo silenció, tanto interna como externamente, para solo negar con una media sonrisa amable en los labios.

- Ya casi sale, esta es la última - volteo la mirada calmado.

Siguió limpiando toda la sala de su casa por unos quince minutos más, hasta que las paredes y el piso dejaron de tener manchas de rojo vivo sobre ellas; voto el agua de la cubeta y regreso con su madre. Se detuvo frente a su madre y analizó todo el panorama en silencio, siendo sincero, si él no estuviera aquí, nadie podría pensar que algo había pasado.

- Hijo...

- No volverá a lastimarte... - dijo cariñoso - ni siquiera en tus sueños... Lo prometo.

Su madre tomo la mano de su hijo y lo hizo inclinarse hasta estar a su altura, tomo su rostro entre sus manos delgadas y un débil "lo siento" junto con unas lágrimas, fueron lo único de la mujer sentadas sobre el piso, pudo decir.

- Tú no tienes la culpa, fui yo - tomo las manos de su madre alejándolas de su rostro y secando con la llema de sus dedos la culposa lagrima que recorría sus mejillas de su madre - ahora estará mejor.

Su madre se estiró un poco para poder abrazar a su hijo y disculparse con él, unos cientos de veces más.

- Mamá.

- Deberías irte - dijo su madre cuando dejo de llorar.

- No puedo dejarte con él aquí...

- Yo me ocupare, ya veré que hago... Tú tienes que irte.

Moonbin solo poso su mirada en el piso y luego la regreso a su madre, sabía que si decía que no, ella lloraría más de lo que está llorando, así que solo se puso de pie despacio y camino hacia su cuarto, cambio su polera blanca por una negra, limpio sus manos lo más que pudo y alistó una pequeña mochila, con algo de comer un par de botellas de agua y los ahorros que había conseguido con su trabajo.

Camino lentamente por toda la sala de estar hasta su madre, vio detenidamente todo el panorama y pensó en todo lo que dejaba atrás al irse de ese lugar, se inclinó hacia su madre, dándole un cariñoso beso sobre su mejilla y siguió su camino hacia afuera de la vivienda. No sabía a dónde ir, tuvo suerte la última vez al conseguir un trabajo, nadie quiere contratar a un joven de 17 años, ni siquiera en algo tiempo parcial, no sabía que haría, tampoco como se sustentaría su madre a partir de ahora, pero de lo que está seguro es que hizo bien, nadie merecía el trato que recibía ella, él solo la estaba protegiendo.

✨✨✨

El sonido de su alarmar sonó, no era difícil para él levantarse en las mañanas, lo difícil era darle vuelta al huevo sin que la llema se reventase, nunca lo consiguió, ni una sola vez, por más que se concentrarse, no podía lograrlo y esa mañana no fue diferente, al intentarlo el líquido medio naranjoso se espacio por toda la sartén, causando un puchero sobre los labios de Bin.

IF I KILLED SOMEONE FOR YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora