introducción.

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Alex Gaskarth creía tener una vida completa. 

Desde pequeño siempre tomó la brutal decisión de creer únicamente en aquello que podía ver, pues tener el poder comprobar la veracidad de aquello que entraba en su campo auditivo le brindaba seguridad, plenitud, de alguna manera. Solía resguardarse en lo que podía entender, en las respuestas tendidas frente a sus ojos, en encontrar las raíces y construir un todo a partir de allí. Nunca sintió la necesidad de buscar algún misticismo que le explicara su existencia, para él, simplemente era suficiente con tener ambos pies en la tierra. 

Alex creía pertenecerse a sí mismo, ser su propia persona, su propio cerebro y su propia "alma", incluso si para él la vida acababa en la tierra y todo aquello que saliera de sus cinco sentidos era fanfarronería. A ojos ajenos podía parecer triste, cuestionable, o digno de una persona que a lo largo de su vida subsistió de decepciones hasta adaptar un semblante escéptico y vigilante. Pero la verdad del hombre era otra. Alex hacía oídos sordos y ojos ciegos a todo lo que intentaban sus amigos y allegados para sacarlo de la caja donde se había encasillado. Pero no tenía necesidad alguna. Ni siquiera desde joven, la caja había significado un obstáculo para él.

Sin embargo, parecía olvidar que la juventud no es para siempre, que crecer no significa sobresalir o mostrarse como un sabelotodo en cada ocasión. Parecía olvidar que, a pesar de dedicar su vida a ser un reconocido académico, siguen habiendo preguntas no escritas en papel, y, a veces, estas no cuentan con respuesta matemática, o siquiera tangible. 

A veces, la pregunta que cambiaría su definición de "todo" puede nacer de un encuentro inesperado. Su respuesta, de una conexión con un par de ojos cafés, y una mente totalmente opuesta a la suya. 

i don't do fake love (but i'll take some from you) | jalex auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora