setenta.

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Era tan fácil engañar a la gente en tus publicaciones. Podías perfectamente decir que vivías en un arcoíris, cuando en realidad estás bajo una tormenta.

Y los claros ejemplos de esa tormenta pintada de arcoíris, eran ellos, Freddy y Baby. Qué manera de mentir a su forma. 

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freddyfazbear

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♡ 21,203,912 me gustas.
freddyfazbear ♡♡ Se ve tan chiquita en esta foto, es igual a su mami. ♡

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???_??? Son tan bonitos 💕😭 son la familia perfecta, por favor nunca se separen💕😭✨

???_??? Estoy segura que esos niños son los más felices del mundo con esos padres tan geniales que tienen. 💕💕

???_??? si esta pareja se separa dejo de creer en el amo y me mato

???_??? Bonitos <3333333

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instagram ; fnaf

—Freddy, debes de calmarte, es el cumpleaños de tu hijo, todo se solucionará, ¿si?—Chica daba pequeñas palmaditas en la espalda de su mejor amigo, él estaba de rodillas en frente de la cama en donde él y la pelirroja solían dormir juntos, y también darse demasiado cariño, su rostro se ocultaba en las mantas de esa cama, y sus rodillas tocaban el piso.

Sí, ahora, esta vez, Freddy rompió en llanto tras todo, es que era tan feo tener que fingir justo en el cumpleaños de tu niño.

—No creo que divorciarse sea una buena decisión, Freddy, no creo que ella lo tenga en mente.—Habló Bonnie, cruzado de brazos, mirando a su amigo llorar, no quería tampoco ayudarlo fisicamente, no quería incomodarlo.

Bueno, si tan solo supieran.

Se estaban forzando a separarse, cuando ambos no pueden vivir sin el otro.

Si Freddy se hizo ese tatuaje, es por algo.
Y él no iba a perderla, no iba a permitir que el amor de toda su vida tenga que renunciar a amarlo por culpa de la persona que le arruinó su vida.

Él iba a convencerla en abrir sus ojos.
Iban a salir de ahí, cueste lo que cueste.
Lágrimas que se derramen.

No podían estar separados.

El de pelo negro se repuso, se limpió los ojos que menos mal no estaban rojos ni hinchados, para levantarse de la cama y decir:

—No voy a dejarla, no voy a permitir que él arruine su vida, nuestras vidas. Así que, voy ahora mismo, cuiden a los niños.

—¿Uh? ¿Freddy?—La rubia no tuvo tanto tiempo para actuar, al ver a su amigo levantarse de allí, e irse de la habitación.—, ¡Freddy, espera!

—Déjalo, tienen que hablar.—Bonnie le sonrió a su esposa y le dio un besito en su frente, ambos suspirando fuerte. Él conocía desde pequeños a Freddy, sabía que sus palabras eran verdades, él no la iba a dejar ir.—, vamos a controlar a los niños, si Ben llega a comer mucha azúcar...

(...)

Ellos tienen tres hijos.
Próximamente cuatro, pero Freddy no lo sabía aún, ni tampoco Baby tiene pensado contárselo ahora.

El Fazbear buscaba a esa chica de cabellos rojitos por toda la mansión. Los invitados le hacía que se le fuera difícil, pero no imposible.
Cuando llegó a la cocina, la vio, sola, terminando de ordenar los envoltorios de regalo tirados por la gran cocina.

Baby cuando sintió la presencia de él, era una sensación especial cuando lo sentía cerca de ella. Sabía que se trataba de Freddy. Rápidamente cubrió su rostro para que no la viera por la vergüenza. Antes de voltearse vio que el castaño oscuro también se encontraba llorando, o sea, no directamente, pero vio que tenía los ojos raros.

—Te estaba buscando.

Ella no respondió, sólo siguió ordenando.

—Frederick está con tu padre en el patio por si lo estabas buscan-

—No vine a hablar de Frederick, él está bien. Nosotros no.

—¿Cuándo hemos estado bien?

—Siempre, siempre lo hemos estado, no entiendo qué pasó ahora.

—¿Qué sentido tiene seguir juntos si solo discutimos?

—Liz, por favor... hablemos, ¿sí?

Freddy se acercó a ella, Baby se había sentado en una de las sillas de la mesa de la cocina, como él era más alto, puso sus manos en la mesa, mirándola con melancolía, estando de pie.

—Mi princesa... por favor.

Ella se quedó callada.
Hasta al fin hablar.

—Cuando todos se vayan, hablaremos. Tampoco negaré que no quiero que esto nos oc-

—¡Ahí está dada, Fer! La niña se tropezó, y comenzó a llorar por su papá. —Era Fleur, quien tenía a la pequeña, la menor de la familia (por ahora) en sus brazos, efectivamente, ella no dejaba de llorar, y gritaba el apodo de su papá "dada".

—Ven, mi princesita, ¿dónde te lastimaste, mi corazón?

Ya estaba en los brazos del moreno, haciendo como si nada pasó, era hora de curarle el raspón en la rodilla de Ferney.

𝐈𝐍𝐒𝐓𝐀𝐆𝐑𝐀𝐌 𝟑 | FNAFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora