II. Dulce Necesidad

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—Ita-Itadori — jadeo Fushiguro cansado, las brillantes gotas de sudor recorrían la curvatura de su rostro, destacando el sonrojo que le recorría desde las orejas, mejillas y continuaba por el borde de su cuello, incitándole a querer seguir mirando...

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—Ita-Itadori — jadeo Fushiguro cansado, las brillantes gotas de sudor recorrían la curvatura de su rostro, destacando el sonrojo que le recorría desde las orejas, mejillas y continuaba por el borde de su cuello, incitándole a querer seguir mirando, divagando más allá de. Fushiguro lucia agotado, lucia...

"Apetitoso"

No tenía claro si el pensamiento que corrió por su mente era a causa de Sukuna o... de él mismo.

Los sueños se habían acentuado con el correr de las noches y cada vez eran peores, o mejores, ya no sabía que pensar, ni sentir. Pero, lo que no abandonaba su cuerpo, era la sensación de culpa, tan pesada en su consciencia que había intentado evitar a su amigo contadas veces, siendo imposible por la cercanía que tienen sus cuartos. Y la relación que tenían.

Ver su erección en las primeras horas de la mañana lo llenaba de culpabilidad y pesar, por los sueños y emociones que le causaba el pelinegro, pero a esta altura no sabía como frenarlo y, el tan sólo tener que recurrir por ayuda a alguien lo llenaba de vergüenza. No negaba que su primer instinto había sido ir con Satoru, pero... no era la mejor opción.

Escuchó a Fushiguro jadear nuevamente, esta vez más fuerte que la primera, como si supiera los pecaminosos pensamientos de Itadori y quisiera ponerlo a prueba. Megumi estaba tentando a su suerte, tentándolo a él.

No.

A ellos.

Sorprendido, se descubrió a su mismo soltando un sonido ahogado y rápidamente tapo su boca con su antebrazo.

—Joder mierda. — No podía. Se estaba calentando. Volteó la mirada hacía el pelinegro y su boca se secó de golpe al verlo elongar, tocando con la punta de sus dedos sus pies, dejando a plena vista alzado redondo trasero. Como si lo llamara, sólo a él. En la postura perfecta para caminar hacia él, asecharlo, para deslizar sus manos en la estrecha cintura de Megumi y jalarlo hacía él, en un abrazo. Mostrarle lo que provocaba, que se hiciera responsable de la erección en sus pantalones. Quería llevarlo al límite del placer, que perdiera la cordura, como lo hacía él mismo cada noche, quería... Mierda.

Lo necesitaba.

Necesitaba a Fushiguro Megumi de una forma tan intensa que le dolía.

"Duele, pero en tus pantalones" Jodido Sukuna, podía jurar que todo esto era su culpa.

Pero no podía, tenía que contenerse, tenía que eliminar esos deseos y evitar, no, deshacerse de todos los sueños que tenía con el pelinegro, ahora eran una familia. Debían verse como hermanos, amigos, nakamas, pero no más allá. No podía cruzar ese tentador borde que esta autoimponiendo.

—¡Yuuji! —Levantó la vista hacía los zafiros que le miraban con molestia frente a él. Había dicho su nombre. Su corazón se saltó unos latidos de la emoción. Fushiguro lo había nombrado.

De nuevo.

Quería escucharlo de nuevo.

"Sonaría mejor debajo de nosotros" Tentó Sukuna en su mente, creando una nueva imagen mental del moreno bajo suyo, con el cuerpo sudado como ahora, mirándole con esas perlas azulinas dilatadas de placer, llamándole, pidiendo... rogándole por más. Y él, cumpliría todas y cada una de sus peticiones.

—No puedo. ¡Me voy! —Y regalándole una sonrisa nerviosa, se alejó corriendo de Fushiguro, tratando de ocultar su erección lo mejor posible, mientras Megumi se quedaba atrás, cada vez más confundido.

⤛ •

Le había costado relajarse para bajar su erección sin tocarse. No lo haría nunca, ese era su límite para no ensuciar la imagen de su compañero y no faltarle el respeto, pero cada vez le era más difícil. Cuando los sueños, los primeros, se trataban de leves contactos que lo dejaban dudoso en las mañanas era fácil, incluso se podían considerar gratos, pues eran cálidos y llenos de afecto. También cuando en estos eran expresivos y salían en citas imaginarias, con abrazos y tomadas de manos que le hacían despertar con la suave sensación de su amigo en sus palmas, entre sus dedos, siendo complicado para él olvidar los efímeros, pero profundos contactos que tenían, durante el día. ¡Incluso cuando se besaban en ellos! Claro, era vergonzoso, pero últimamente... cada noche era una tortura sexual onírica.

"Ya quiero que llegue la noche"

Bueno, al menos la cínica maldición lo disfrutaba, pero eso es lo que era. Una maldición, no podía esperar decencia de Sukuna. En realidad, no podía esperar nada.

"Tu también lo disfrutas carazanahoria, no te hagas"

—Respira Itadori. Respira. —murmuró para él, tratando de ignorar al otro ser que vive en su cuerpo, cuando lo que vio frente a él, activó todas sus alarmas.

"Hasta la de abajo"

En el pasillo se hallaba Fushiguro, comiendo un helado de palito, inocentemente, se encontraba lamiendo sus dedos, limpiando las gotas que se deslizaban derretidas del dulce, hasta que su mirada se juntó con la intensa de Itadori, el pelinegro no pudo evitar sonrojarse por la imagen infantil que estaba exponiendo y bajó su vista al suelo, tímido.

Este gesto del ojos zafiro, fue el detonante para sus pensamientos, no sólo 'porque podía lamerle otra cosa, si no que sus ojos, la timidez que nunca había visto, su sonrojo, él podía... Él...

—Necesito una ducha.

Y volviendo por donde vino, se encerró en su cuarto. 

⤛✉⤜

¡Heeey! 

Acá les traigo el segundo capítulo de esta cosa(? Lo iba a subir ayer, pero cambie la portada, aunque aun no me termina de convencer, quizás para la próxima traeré opciones para que me ayuden a elegir 

¡Muchas gracias por el apoyo, las lecturas, votos y por supuesto los comentarios que le están dejando al Fic! Me hacen re feliz c: 

Sin más que añadir, nos leemos en el otro cap~ 

Se me cuidan, 

Xx. 

Delirio | ItaFushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora