~Julio, 16, 2017.
Domingo, día de estar con mi padre, a pesar de ser domingo mi padre trabaja, solo que menos horas, yo lo acompaño ya que dice que aún soy "pequeña para estar sola", pero la verdad no me quejó, muy pocas veces vengo aquí, y es agradable, muchas pinturas, diseños y ese tipo de cosas, el es diseñador
de interiores, su jefe lo ha llamado para que decore las habitaciones de sus "gemelos", veo tantas revistas con diseños increíbles y me imagino a mí algún día decorando las habitaciones de mis futuros hijos.Por el rabillo de mi ojo izquierdo veo 2 siluetas, paradas en la puerta de la habitación, identifico iguales a mi parecer, solo por una diferencia, sus cabellos, uno rubio y el otro castaño oscuro, con músculos aunque no tantos, altos, con ojos marrones ambos, piel clara, y con algunos tatuajes pero solo el de castaño.
—¡Hey!— dijo el rubio que se veía mucho más agradable que el castaño.
—Hola chicos— Les respondió mi padre. Se dieron la vuelta y se fueron, llevaban uniforme de algún equipo de fútbol, así que supongo iban al jugar, supongo iban rápido.
Luego de bromear con mi padre sobre lo guapos y apuestos que son los "gemelos" mi padre me dijo que no me hiciera iluciones ya que uno de ellos es gay y el otro tiene novia, yo de igual manera no pensaba hacermelas ¿O sí?
~Diciembre, 6, 2017.
Me dirigía a ayudar a mi madre a limpiar una casa, íbamos charlando, ella me decía que cosas haría yo, y cuáles haría ella.
Al terminar mi madre me presenta a su jefe, es el mismo que el de mi padre, el Sr. Antonio Presotto, lo que me hizo pensar en los gemelos, que de casualidad uno iba pasando por ahi, el castaño, que se veía menos agradable que su hermano.
—Antoni, ven aquí— lo llama su padre y el se dirige hacía nosotros.
—¡Hola!— dice el castaño, cabizbajo. Su padre nos presenta, y el parece ser mas alegre de lo que se ve.
—Soy Antoni— pronuncia, por sus perfectos labios, son rojos pero no tan intenso el color, es muy leve, pero se alcanza a notar, va con una camisa color verde mate, un jeans común, pero se ve de una marca fina, unos zapatos color negro, que quedan muy bien, en su brazo derecho un reloj casio, lleva aún más tatuajes del que ví la otra vez, extiende su mano hacia mí.
—Maddie— digo torpemente, y un poco confusa por si decirle que mi nombre es Madelaine, pero todos me dice Maddie... Tomo su mano si dejar de mirarlo, se ve tan perfecto, como salido de una de esas series de Netflix.
—Bien, te veo luego— dice soltando mi mano y sonriente, se aleja, al igual que yo con mi madre.
Y ahí fue mi primer flechazo con Antoni Presotto.
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Se siente como el Infierno. (+18)
Ficção Adolescente"A las 16, no sueles recordar los flechazos de algunos chicos cuando tenías 13, pero cuando mis ojos giraron en dirección hacia la puerta de cristal abrirse, y vieron sus hermosos y carnosos labios... Supieron que sería mi perdición... Que se sentir...