Habían pasado meses desde que le gané a Antoni y a su primo, me he estado dedicando a la escuela, estoy próxima a graduarme y no me quiero perderme de nada, la tienda de los Presotto ya está lista, ha mamá le dieron un cargo ahí, no se muy bien de lo que es, pero sé que es algo bueno, el Sr. Antonio ha sido muy bueno con nosotras y papá, de verdad espero que este negocio que acaba de montar le prospere mucho.Hoy es el primer día de mamá y me ha dicho que la acompañe para que la ayude en algunas cosas, la verdad estoy algo nerviosa ya que posiblemente vea a Antoni, ¿Qué nervios no?. He decidido que me voy a poner un short alto de jean, con una camisa roja acanalada y unos tenias blancos, me aproximo a peinar mi cabello corto, le hago unas ondas en las puntas con mis dedos y crema para peinar, por ultimo me echo perfume y salgo del cuarto para acompañar a mamá.
Al llegar fue como esperaba el, esta aquí.
—Mariam, ¡te ves genial hoy! muy guapa— dice el Sr. Antonio a mi madre al vernos llegar.— Maddie, un gusto verte por aquí— me dice extendiendo su mano la cual estrecho.
—Igualmente Sr. Antonio.
—¿Sr. Antonio? ¡por favor! dime Antonio, no me hagas sentir como un viejo— dije carcajeando y dándome un abrazo el cual siento muy agradable y para nada incomodo como pensé que seria.
—Oh, bueno, de acuerdo... Antonio— digo sonriendo.
—Así es— menciona alzando lo brazos en carcajadas.
El día avanza genial, mi madre acomoda el precio de los artículos, mientras yo estoy en la caja cobrando, a pesar de que es el primer día mucha gente ha llegado, pero me da la impresión que es porque el primo de Antoni, George, está en la puerta repartiendo galletas, sin camiseta!!! unos shorts, unos zapatos Nike retro 1, de color negro con rojo, y unos calcetines blancos, se ve realmente ardiente, así que sí, supongo que por eso es que están llegando tantas clientas.
Las personas arrasaron con las galletas, se acabaron las cajas que Antonio compró como bienvenida a los clientes.
Ya casi es hora de cerrar, y estamos entre todos echando broma, hace un rato llegó la mamá de Antoni, se lleva muy bien con mi mamá por lo que veo, ya que la trata de "tu" y no de usted, yo estoy un poco apartada pero igual riéndome de las ocurrencias de todos aquí. Después de unos minutos George se sienta a mi lado.
—Hola— dice con una sonrisa.
—Hola— menciono devolviéndole el saludo, pero con algo de nerviosismo.—¿Como te llamas?— pregunta de golpe.
—Maddie, o Madelaine, como prefieras— le digo cabizbaja pero con tono alegre.
—¿Y cuantos años tienes?— pregunta de nuevo, no es que me moleste ni nada, pero ¿Qué clase de interrogatorio es este?.
—16— digo y suelto una carcajada.
—¿Que pasa?— pregunta, sorprendido por mi carcajada repentina.
—Nada, recordé un meme— ¿de verdad? no había otra excusa? santo cielo Maddie, ¿Dónde tienes la cabeza?.
—Dame tu mano— menciona George de pronto, miro hacia los lados a ver si será conmigo el asunto aunque no lo logro entender porque me dijo eso.
—No te la dará a ti, olvídalo ¿de acuerdo?, ella me la dará a mi— ¿Qué? acaso estoy en un mundo paralelo, ¿Abré escuchado correctamente? Antoni a dicho que le de mi mano, ¿Pero quien se cree? no tengo porque dársela.
—No, olvídalo, tampoco te la daré a ti— y salgo de ahí como alma que lleva el diablo, quien lo diria ¿no? meses queriendo tener cerca a Antoni y ahora huyo como una cobarde.
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Se siente como el Infierno. (+18)
Ficção Adolescente"A las 16, no sueles recordar los flechazos de algunos chicos cuando tenías 13, pero cuando mis ojos giraron en dirección hacia la puerta de cristal abrirse, y vieron sus hermosos y carnosos labios... Supieron que sería mi perdición... Que se sentir...