Capítulo 11

675 27 3
                                    

Llegamos a la casa después de ver al doctor, aún no me la creía, gemelas, dos pequeñas niñas creciendo dentro de mí. Era increíble pensar que en cinco meses tendría aquí a mis pequeñas.

“Amor, te me fuiste, si oíste?”

“Perdón chaparro, no puedo dejar de pensar en las niñas.”

“Lo sé yo tampoco, muero por ver que la pancita te empiece a crecer.”

“No amor que así sigan haha luego el vestido no me va a cerrar.”

“¿Amor es enserio que eso es lo que te preocupa?”

“Hahaha amor es broma por mí me caso en pijama con tal de que mis niñas estén bien.”

“Lo se chaparra pero ven vamos a decirles a Fer y a mi madre que yo creo que aquellas dos si se nos mueren de emoción ahorita que les digamos.”

“Hahaha ni me digas.”

En cuanto me paré de la cama me sentí mareada y unas ganas increíbles de vomitar, corrí al baño y atrás de mi venía Axel. Eso de que no sintiera nada hasta ahorita estuvo bien, me sentí mal por las niñas habían pasado varias cosas en esos cuatro meses y no me había cuidado para nada.

“Mm amor no me siento bien, ¿les podemos decir mañana?”

“Si chaparra, ¿quieres agua o algo?”

“No, no te preocupes amor solo quiero dormir un rato a ver si se me pasa.”

“Si amor, ven te abrazo.”

Gemelas, mi mujer me iba a dar gemelas. No me la creía, si antes ella me hacía el más feliz de todos ahora más, venía la boda, empezábamos nuestra familia, todo se veía bien para nosotros. Antes de que me diera cuenta los dos nos quedamos dormidos.

Desperté y el seguía dormido, me salí de la cama, baje a la cocina por agua y ahí estaba Brenda.

“¿Qué haces aquí?”

“Vine a ver a mi niño.”

“Brenda ¿Que parte de que estamos comprometidos no entiendes?”

“Fue mio primero y lo sabes, pero bueno tengo algo para ti.”

“¿Qué?”

“Llego esto en el correo para ti…”

Estúpida, me caía tan mal, pero ya no podía enojarme tanto por mis niñas, me calmé y fui por la carta que tenía en sus manos. Cuando la abrí me di cuenta de que era de mi mamá, hace mucho que no hablaba con ella, pero creo que no quería esa noticia ahorita, mi papá estaba en el hospital y muy grave, me solté llorando.

“¿Qué carajos te pasa?”

“Cállate.”

Subí al cuarto, le deje una nota a Axel y salí corriendo al aeropuerto. Iba de camino para allá cuando me di cuenta de que tenía una camioneta atrás de mí, no me di cuenta si me venían siguiendo desde la casa, no le presté mucha atención. Salí del coche y fui al mostrador, me dieron mi boleto y en lo que iba caminando para abordar lo vi. Tantas cosas se me vinieron a la mente, el asco que sentí al sentir sus manos en mi cuerpo, el miedo que viví el tiempo que estuve con él, mierda era lo último que necesitaba. Me di la media vuelta para evitarlo y salir corriendo pero ahí estaba el otro imbécil que trabajaba con él, estaba rodeada de sus trabajadores, no tuve más opción que seguir caminando hacia él. Entre más me acercaba más miedo sentía, puse mis manos en mi vientre, mis niñas, que culpa tienen ellas, maldito imbécil.

“Hola preciosa.”

“¿Qué quieres imbécil?”

“Uy ¿tanto amor me tienes?”

Enamorada del narcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora