cinco

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jaemin nunca creyó que la gloria pudiera ser saboreada

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jaemin nunca creyó que la gloria pudiera ser saboreada.

eso hasta que besó a renjun. joder.

los labios del pelinegro eran levemente delgados, tan suaves como la seda y tenían un sabor a cereza. la puta gloria.

mientras que renjun estaba en una especie de trance. no podía moverse, no sabía qué hacer, estaba siendo besado por el capitán de fútbol y el chico mas codiciado de la escuela.

sus ojos estaban fuertemente cerrados, tenía sujeta la sudadera de jaemin entre sus dedos con mucha fuerza, el corazón le palpitaba en la garganta y el cuerpo entero le temblaba preso de miles de sensaciones imposibles de describir.

jaemin se sentía flotar entre las nubes. los labios de renjun eran esponjosos, encajaban perfectamente entre los del castaño, y eso le jodía en el mejor de los sentidos.

acariciarlos con los propios, era como pasar el pétalo de una rosa delicadamente sobre estos. tenía la sospecha de que besar a renjun se volvería su adicción favorita. su lengua cosquilleaba dentro de su boca, queriendo invadir la cavidad ajena. su corazón estaba errático entre sus costillas, todo su ser hacía una fiesta al notar que renjun le devolvía el beso.

no era solo que no se alejara, sino que movía sus labios en una misma danza, al compás de los de jaemin, gustaba de succionar el inferior del castaño entre los suyos, y morder ligeramente, casi imperceptiblemente el mismo.

besar a renjun era como tocar el cielo y pisar el infierno al mismo tiempo, una mezcla entre pureza y tentación, inocencia y pecado.

renjun es el primero en separarse, los pulmones le queman por la falta de aire. Su respiración es agitada, igual que la de jaemin. ambos sienten sus labios punzantes. están rojizos y brillosos por la saliva ajena, hinchados por las succiones.

el rostro de renjun se pinta de un precioso carmín y jaemin ríe por ello.

— y-yo... yo... — renjun no sabe que decir.

— interpretaré este beso como que aceptas tener esa cita conmigo. — el pelinegro, cohibído, sonrojado, queriendo enterrar su cabeza en la tierra cual avestruz, pasea su mirada por todas partes, evitando la mirada de jaemin, pero asiente con una pequeña y apenas perceptible sonrisa en su rostro, sus brazos rodeando, de alguna manera y en algún momento que no notó durante el beso, el cuello de jaemin, su mirada, cohibída y tímida, mirando el pecho del castaño, evitando mirarlo a los ojos. — genial. te veré después.

y como si no estuviera ya lo suficientemente avergonzado, jaemin decide besar la punta de su nariz.

el castaño se pierde de vista, y renjun siente que desfallecerá en cualquier segundo.

¡se ha besado con na jaemin! ¡y no sólo eso; na jaemin fue quien le besó primero, fue él quien inició el beso, quien rompió la distancia entre ellos!

¡¿quién puede sobrevivir a eso, con un demonio!?

el timbre escolar suena, anunciando el inicio de la jornada escolar. renjun toma sus cosas y corre hasta su salón de clases. el maestro le mira con mala cara cuando le interrumpe, pero le deja pasar.

todos le miran. ¿y cómo no? si puede pasar desapercibido en un cultivo de tomates.

mark alza la ceja en su dirección, interrogante, el chisme sobre el beso había corrido muy rápido por la escuela, y le da una sonrisa burlona.

— no digas nada. — le susurra renjun antes de tomar asiento.

quiere prestar atención a la clase, de verdad lo quiere, pero na jaemin le dificulta mucho la tarea.

el celular vibra en su bolsillo, y cuidando que el maestro no le vea, mira la pantalla comprobando que tiene un nuevo mensaje.

hablando del diablo, pensó renjun.

na jaemin:
tus labios saben a cereza.
¿cómo es eso posible?

justo cuando apenas comenzaba a apaciguar el carmín de su rostro.

bálsamo labial.

na jaemin:
me gusta. deberías ponértelo
para nuestra cita

¿estás insinuando que
nos volveremos a besar?

na jaemin:
no...

espera.

na jaemin:
¿?

ya. estaba sacándome
el sarcasmo que lograste
salpicar hasta acá.

na jaemin:
ja-ja- eres tan gracioso,
cariño.

😐

na jaemin:
¿qué?

no me llames "cariño"

na jaemin:
¿y por qué no? estoy
imaginándote todo de
carmín ahora mismo y joder,
eres tan hermoso

el maestro creyó que tenía
fiebre y me ha mandado
a enfermería. gracias.

na jaemin:
ahora quién es el que
salpica sarcasmo, hm..

ugh, cierra la boca.

na jaemin:
bueno, querrás decir que deje
de escribir, no estamos hablando
oralmente

ugh. déjame

na jaemin:
entonces...

¿qué?

na jaemin:
el maestro te sacó del salón,
¿no?

sí, te lo dije.

na jaemin:
¿a dónde te diriges ahora mismo?

bueno, claramente no ire
a la enfermería, despues de
todo no tengo nada.

na jaemin:
hm.. el gimnasio..

me da miedo tu manera
de escribir ahora. jaemin.
¿jaemin? ¡jaemin!, joder.

bueno, nada bueno iba a resultar de eso, renjun estaba seguro de ello.

bueno, nada bueno iba a resultar de eso, renjun estaba seguro de ello

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Carmín ღ JaemRenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora