Carmín ღ JaemRen

ocho

— así que... — dice la señora huang. — tú eres el que casi le rompe la nariz a mi bebé de un balonazo. 

— mamá. — bufó renjun rodando los ojos. jaemin se sonroja y hace una reverencia apenado. 

— no era mi intención golpearle, señora huang. le juro que fue un accidente. 

— claro, eso dicen todos. — escupe la mujer frunciendo el ceño. — ¿qué planes tienes para mí bebé hoy? 

— oh, uhm, en realidad esperaba que fuera una sorpresa para él. 

— sexo.  — jaemin y renjun casi se tragan la lengua. 

— ¿di-disculpe? 

— quieres tener sexo con mi bebé. 

— ¡mamá! — bueno, renjun estaba tan rojo como la lava. — ¿por qué acaricias ese cojín? 

— no tenemos gato, y mi revólver se lo llevó tu abuelo para limpiarlo. 

— ¿tiene un revólver? 

— por supuesto. 

bueno, jaemin sentía que se haría pipí en cualquier momento. ¡pero era ridículo! ¡la mujer era minúscula, con un demonio! tenía puesto un jeans algo disparejo a los pies, una polera blanca junto a una chaqueta verde oscuro y unas zapatillas planas de color azul.   

— puede estar segura de que mis intenciones con renjun son las mejores, señora huang. 

— hm.. — la mujer se pone de pie y comienza a caminar alrededor del par de jóvenes. 

jaemin aprieta sus manos en puños para que no note que están temblando. entonces ella comienza a reír fuerte. 

— mamá, ¿que rayos? 

— ¡debieron ver sus caras! — grita aún riéndose. 

— ¡¿todo este tiempo fingías?! — pregunta renjun.

la mujer sigue riéndose, sin responder nada. minutos después logra recuperar el aire y calmarse, tomando asiento en su lugar. 

— como madre soltera es mi deber darle un susto a tu pretendiente, cariño. ya que no hay una figura paterna que lo haga, cómo debería ser. 

— tú realmente eres- 

— una gran actriz. lo sé. — dice mirando sus uñas. — pero hablando en serio, — mira fijamente a jaemin. — ese chico a tu lado es todo para mí, el hombre de mi vida, jaemin. si él sufre, tu sufres, ¿okay? una lágrima, un semblante triste por causa tuya y considérate chico muerto. 

— mamá- 

— por el contrario, — continúa ella. — si veo que mi hijo es feliz a tu lado, puedes comenzar a llamarme yuqi. pero eso sí — le apunta. — si vas en serio con él necesito que formalicen la relación. porque eso de besarse sin ser nada es de muy mal gusto, en mi opinión. 

— puede estar segura de eso, señora huang. 

— bueno, creo que he cumplido con mis papeles aquí. — dice poniéndose de pie. — no llegues muy tarde, y si se les pasa el tiempo avísame por mensaje. vayan con cuidado y nada de sexo. 

— sí, ma- ¡yuqi! — le reclama renjun mientras el carmín sube a sus mejillas. 

— nos vemos después, señora huang. fue un gusto conocerla. — dice jaemin tomando la mano de renjun mientras se alejan de la sala, camino a la puerta principal. 

— lo mismo, jaemin. — la mujer le guiña un ojo divertida y cómplice antes de que ambos jóvenes salgan de la casa. 

el viaje es silencioso, pero no incómodo. 

renjun mira por la ventana mientras jaemin conduce. había tenido que rogarle a sus padres para que le prestaran el auto, pero ellos habían aceptado finalmente, con la condición de que lo regresará intacto.

el viaje es largo, y cuando finalmente llegan, el atardecer comienza a hacer su espectacular aparición. 

jaemin comienza a maniobrar el manubrio hasta que se estaciona de reversa, lo que provoca confusión en renjun. 

— hemos llegado. — informa jaemin desabrochándose el cinturón. jaemin imita su acción. 

— ¿dónde estamos? — pregunta al notar la nada a su alrededor.

— bueno, en un cine. 

— ¿ah? 

— sí. te mostraré. ambos bajan del auto, y jaemin guía hacía la parte trasera del auto al pelinegro, mostrándole una enorme ¿sábana? 

— jaemin, ¿qué es eso? 

— ya te lo dije, un cine. 

— ¿cómo demo- 

— la película será transmitida a través de un proyector a esa enorme sábana. — dice apuntando a la misma. — es como un cine al aire libre, sin personas, ni bullicio, sólo nosotros dos. estaremos cómodos aquí. — señala la cajuela del auto mientras abre la puerta. 

la respiración de renjun se corta abruptamente.   

— jaemin... — susurra. — es un gesto muy lindo de tu parte. 

— mi plan era que disfrutaras, supuse que exponerte a las multitudes y bullicio no sería muy agradable para ti en lo absoluto, y luego se me ocurrió esto. — explicó — lamento que sea tan lejos de la sociedad, pero aquí podemos subir el volumen y estar toda la noche sin temor a que manden a la policía. además, es muy seguro. 

— me encanta. — voltea a verlo, con una sonrisa en sus labios y un precioso carmín en las mejillas que alborota los latidos de jaemin. — gracias. 

y por primera vez, es renjun quien rompe la distancia entre ambos y une sus labios en un beso. 

la cita apenas daba inicio y el pelinegro ya sospechaba que sería la mejor noche de su vida.