Día 5 - Realeza

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Quirless. Ambientado en la actualidad, en un mundo ficticio. En esta historia ambos son príncipes, viven en distintos países, hablan el mismo idioma y tienen la misma edad, entre 20 y 30 años.

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Ser un miembro de la realeza no era como se veía en las revistas de chimentos. Ser un miembro de la realeza era tal como se veía en la película Valiente, debías aprender un montón de modales, protocolos absurdos que te hacían parecer un robot, pararte como una estatua con la espalda muy derecha, ¿qué tanto? Lo suficiente para terminar con una contractura por una semana. Ser un miembro de la realeza era una mierda. ¿Y todo para qué? ¡Si vivían en democracia! No le encontraba el sentido.
Tenía el deseo muy grande de renunciar a la Corona y vivir la vida con su novio Eijiro. Pero había muchos puntos que debía tener en cuenta.

Primero que nada, su novio también era un príncipe, por lo que él también debía estar de acuerdo con renunciar a la Corona. Nunca habían hablado del tema, y siendo sincero, tenía miedo de que Eiji se niegue.

Segundo, ese tipo de decisiones siempre afectaba la economía del país, en este caso serían dos países afectados. Él no entendía muy bien cómo, pero siempre era así. Estúpido sistema capitalista.

Tercero, su novio era el mejor novio del mundo. Sin exagerar. Todo el mundo amaba a Eijiro Kirishima. Estaba seguro de que hasta las plantas lo amaban. Es que su chico era un sol. Siempre estaba dispuesto a escuchar a los demás, siempre tenía una sonrisa en los labios, siempre estaba de buen humor. Además, era hermoso y sexy hasta la médula. ¿Cómo no amarlo? Quería gritarle al mundo que era suyo y de nadie más. De solo pensar en él se sentía feliz y su necesidad de estar juntos aumentaba. Si Eiji dejaba la Corona, su estatus como figura pública se iba en caída libre, si le sumaba el hecho de ser gay, estaba seguro de que iban a destrozarlo. Malditos homofóbicos.

Por otro lado, estaban los beneficios de pertenecer a la realeza. El poder que les otorgaba su estatus era muy tentador. Tenían a mucha gente que trabajaba para ellos protegiendo su intimidad, ellos decidían qué información se filtraba y qué no. Llevaban dos años de relación y las únicas personas que lo sabían eran sus amigas Ochako y Mina. Además, podían hacer y deshacer como querían, tenían sus aviones privados, sus departamentos. Podían ir y venir de un país a otro sin que nadie en el mundo se entere. Pero él no quería nada de eso, quería vivir con el amor de su vida en paz, sembrando papas al sol. Quería adoptar gatos, perros y niños. Lo quería a Eijiro, no necesitaba nada más. En realidad, sí necesitaba más cosas, pero cada cosa a su tiempo primero debía hablar con su novio.

 En realidad, sí necesitaba más cosas, pero cada cosa a su tiempo primero debía hablar con su novio

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Había tomado una decisión, iba hacer la propuesta de su vida. Llamó a su mejor amiga para que le dé ánimos a la distancia.

–Hola Denki ¿Todo bien?
–Mina necesito que me apoyes en algo. Ochako también. ¿Está ahí? Poné el altavoz.
–Sí, está acá –hizo una pausa mientras ponía el altavoz y buscaba a su novia– ya está. ¿Qué pasó? Te noto raro.
–Hola Denki –saludó alegre Ochako.
–Chicas, esto es importante. Necesito que me apoyen.
–Hablá, ¡me estás poniendo nerviosa!
–Mañana voy a hacerle la propuesta a Eiji
–¡Oh Denki! Eso es genial, por supuesto que te apoyamos –Ochako se escuchaba feliz como siempre.
–Sos un idiota, pensé que habías hecho una estupidez.
–Esto es serio Mina –se quejó el rubio. Se escuchó un sonido de fastidio.
–Sí, te apoyamos y te deseamos mucho éxito. Va a salir todo bien. Después contanos cómo te fue. Vamos a estar esperando.

KiriKami AU Week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora