Apple Bite - Drarry/Harco. CANCELADA

04

Su cabeza sufría de un dolor agudo, sus ojos ardían y podía sentir el sudor correr por todo su cuerpo. Harry no estaba muy seguro de la situación así que cuando sus párpados revolotearon la confusión fue incluso más grande al encontrarse en su habitación que el creía que había dejado hacía rato; también sintió un montón de trapos mojados en su cuerpo. Desorientado, intentó recordar que lo había llevado a ese momento pero las últimas imágenes que cruzaban por su cabeza eran las de él esperando a que Ron saliera de su dormitorio puesto que tenía varias sospechas de él y  Hermione tramando algo. Por eso, cuando los ubicó a cada uno cambiando los lienzos de agua fría no pudo mostrase nada menos que enfadado.

—¿Qué mierda está sucediendo?— La voz tuvo un tono grave y rasposo, parecía que no hubiera tomado agua o hablado en semanas.

Observó a su amiga fruncir el ceño y un par de segundos después le golpeó el pecho repetidamente con un trapo. —¡Eso me pregunto yo! ¡¿Crees que es bonito encontrar a tu mejor amigo tirado al lado de su cama con una fiebre infernal?! ¡NO LO ES!

—Hermione... Yo... Necesito...— Su voz seguía mal al igual que su garganta así que tomó un gran trago a la bebida que casualmente Ron sostenía cerca de él y terminó —: a Draco.

Esa mañana todo Hogwarts pudo escuchar el grito más agudo y femenino que Ronald Weasley daría en toda su vida.

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Los Malfoy eran bien conocidos por su carácter y Draco no era la excepción. Ese día había despertado con un humor de perros, y era de esperarse ya que empezaban las clases y por lo tanto su castigo junto a Potter. El simple recordarlo le hacía bufar. Su intención jamás fue asistir a aquel castigo, incluso pensó en pedirle ayuda a su padrino. Su plan se vino completamente abajo cuando Blaise le recordó que le había prometido a su madre cambiar su modo de vida. Maldito orgullo Slytherin y su palabra.

Después de arreglarse esperó a sus amigos en el sillón de la sala común como siempre lo había hecho. Pero ese día era muy diferente, ya que se dio cuenta muy tarde que sus amigos se habían ido sin él desde muchos antes que despertara. Observó la hora que marcaba el antiguo reloj y su enojo incrementó en demasía. No solo se había perdido el desayuno sino también la primera clase de pociones. Salió enfurruñado de las mazmorras y subió las escaleras dirigiéndose al Gran salón rogando porque aún quedara algo de comida. En su camino chocó con se ex Astoria y podría contribuirlo a estar demasiado distraído y hambriento pero era bastante obvio que ella lo hizo a propósito. La chica siempre actuaba con un propósito después de todo.

—¡Oh! Draco, querido, lo siento tanto. Estaba demasiado distraída peleando conmigo misma— Se rio incómoda, bueno, fue incómodo para Draco que estaba conteniendo el rugido de su estómago. —¿Sabías que dejaron a Hagrid poner el menú hoy? De haberlo sabido antes no hubiera ido— Lo que le faltaba, las orugas medievales quedarían entre sus dientes por años. 

—Está bien, Astoria, al menos tú sí pudiste comer algo— La chica le dio una mirada tan inocente que hasta Umbridge se la hubiera creído.

—¿No has desayunado? ¡Pero si es lo más importante del día! Además, ¡mírate! Estás muy delgado.— Malfoy alzó una ceja ofendido y antes de que pudiera hablar Astoria le hizo una seña para que esperara mientras sacaba algo de su capa. 

—Si vas a sacar un giratiempos de ahí y me llevarás a él día que dieron la mejor comida no me quejaré.— Su ex novia soltó una risita y negó.

—No tienes tanta suerte Dray, ten— Extendió su mano con una manzana verde tan reluciente que casi podía ver su reflejo —. La tengo por si me da hambre entre clases pero creo que tú la necesitas más que yo —Draco fue amable y tomó la fruta, aunque no pasó por alto el comportamiento de Greengrass. Y todo fue incluso más sospechoso cuando el brazalete de la chica comenzó a vibrar, avisándole de algo. —¡MIERDA! Me tengo que ir Draquito. ¡Nos vemos!

Astoria bajó a las mazmorras y cuando ya no la pudo distinguir en su campo de visión Draco destruyó con un simple hechizo la manzana que le había dado. Él no era estúpido, podía distinguir la amortentia a kilómetros. Lo que no tenía sentido era porqué la chica hizo eso. Ella fue la que decidió terminar su relación por falta de interés. Además eran muy buenos amigos.

Todo cobró sentido cuando minutos más tarde Potter llegó lanzándose a sus brazos y le juró amor eterno.

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Cortito pero con amor. Nos leemos pronto~