CANCELADA
🍏Draco y Harry empiezan su último año como siempre: odiándose. Sus amigos y enemigos hartos de sus peleas sin sentido deciden hechizarlos con la esperanza de que mínimo acepten la presencia del otro en la misma sala. 🍏
🍃 Harco (Harry;to...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al volver, Draco notó que el ambiente en la habitación era más ligero, y en su experiencia con el trío de oro, "Entre más tranquilo esté, más peligroso es". O al menos eso solían decir él y Blaise.
De todas formas, no tenía ganas de indagar en ello, se limitó a sentarse en su cama mientras conjuraba un hechizo ya común para él. Casi al instante un sobre entró por debajo de la gran puerta cayendo en las manos del rubio. No era nuevo encontrar que la lechuza confundiera destinatarios, ya era vieja y algo floja, lo que sí era nuevo era encontrarse con el sobre torpemente abierto y el pergamino levemente maltratado.
Inhaló profundamente para después dirigirse al par con la voz más controlada que pudo.
—¿Quién de ustedes, duo de imbéciles, abrió MI correspondencia?— En aquel momento Harry recordó aquella carta que curiosamente abrió y olvidó en la habitación de Lupin.
—Uhm, fui yo— Harry notó la furia en los ojos de Draco —¡Es que cayó en mi cabeza y pensé que era para mí!
El rubio bufó ante la excusa de Potter pero decidió dejar el tema por ese momento, sabía del escaso conocimiento del francés que este tenía, por lo que claramente no pudo leer el contenido.
—Voy a fingir que te creo porque no quiero desperdiciar mi preciado tiempo en esta estupidez.
—¿No le vas a gritar e insultar?— Dijo Ron sorprendido.
—Tú cállate Weasley, no metas tu fea nariz en asuntos de otros— Respondió con un sospechoso tono diferente del que había usado con Harry.
Ron lo seguía mirando con verdadero asombro y tal vez una pizca de escrutinio, más no agregó algo más.
La tensión seguía siendo tan palpable que se podía sentir asfixiando a los tres chicos. El día siguió su transcurso. Visitaron un restaurante demasiado lujoso para el gusto de Harry, aunque no podía quejarse, la comida era sumamente deliciosa, estuvieron turisteando hasta el anochecer donde a regañadientes tuvieron que regresar a la "Gran Habitación".
Harry había notado que Draco había estado distante y pensativo después de leer la carta que le había llegado, pensó que tal vez le habían dado malas noticias y a la primera oportunidad que tuvo, donde Ron se fue a duchar, decidió acercarse al rubio quien se veía ocupado en su escritorio.
—Draco...— caminó lentamente hasta llegar a la cama de este y se sentó.
—¿Qué quieres?— Murmuró.
—¿Te pasa algo? Has estado extraño estas últimas horas.
Malfoy volteó su cabeza analizándolo —¿Y eso a ti en qué te afecta?— Contrario a lo que creyó Harry no se molestó, o al menos no tanto, solo puso los ojos en blanco y volvió a preguntar.
—¿Pasó algo malo?
—No realmente...— al ver que el otro no decía nada tuvo que continuar — La carta es de un viejo amigo, me dio un consejo que me dejó pensando, es todo.
