Capítulo 3

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Narra Leah.

ー ¡Despierta de una vez!

La luz entró por la fina línea que se abría en mis ojos, de forma lenta, tranquila, pero solo duró unos segundos hasta recibir una ola de agua congelada encima de mi cabeza. Parpadeo un par de veces e intenté secarme los ojos con las manos, pero no tardé en descubrir que estaban atadas en alto sobre mi cabeza.

ー ¿Hola?

Observé de dónde procedía aquella voz. Era un hombre joven, pero a la vez no tanto, quizás debería tener un par más que yo.

ー ¿Te ha mordido la lengua el gato? ーSe inclinó hacia delante para mirarme fijamente.

No me di cuenta de lo sola que estaba hasta que tenía en ese justo momento a alguien delante de mí, mirándome, hablándome, vivo... Casi tan impactante como aquellas noticias que te dan mezcladas con felicidad, pero a la vez con una sensación de incredulidad. Algo parecido a conocer un familiar que nunca creías que había existido, o ganar una cantidad indescriptible en la lotería. Nunca me había pasado ninguna de esas dos cosas, pero sí, se debe de sentir algo así.

ー Estás vivo... ー Dije observando cada detalle de su rostro, desde su liso cabello negro azavache que le caía sobre sus ojos verdes oliva, hasta sus carnosos labios rosados.

Él frunció el ceño.

ー Hum... ーSe cruzó de brazos. ーTus ojos... ーEl joven se volvió a incorporar y sonrío. ー Esto es nuevo en ellos.

Seguí admirando su belleza, hasta que recordé que alguien me había atacado y que ahora estaba en esa situación. Observé a mí alrededor, era un cuarto iluminado por una luz blanca led, las paredes eran blancas, delante había una puerta metálica y cerca de la salida una mesa con una sábana blanca encima.

ー ¿Te has dado cuenta ahora que estás metida en un lío no?

Volví a mirarle.

Realmente no tenía buena pinta aquella situación, pero en un mundo a pedazos, en un lugar donde no pensé que quedara vida, se me olvidó que seguíamos siendo humanos, y la maldad era algo que estuvo entre las personas desde siempre.

ー Dejémonos de tonterías... ー Se peinó con las manos echando su cabello cortado en un estilo eboy, pero de nuca rapada y patillas perfiladas. ー¿Por qué has venido sola y no con ellos?

ー ¿Ellos? ー Pregunté mientras sentía que sonaba como una broma de mal gusto.

¿A qué se refería con ellos? Todos habían muerto y no quedaba nadie más arriba.

ー Responde escoria... Me acabo de duchar, no me quiero manchar ahora.

ー ¿De qué hablas? ー Dije al fin.

Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios del joven, pero aquello no parecía hacerle especial gracia.

ー Supongo que deben haberte entrenado para esto... Vamos a empezar por algo fácil. ¿Cómo te llamas?

En otra situación hubiera respondido, y aunque mi nombre no era importante, si no más bien insignificante hubo algo de mí que no quiso responderle.

El chasqueo con la lengua.

ー ¿Sabes qué? ー Volvió a acercar su rostro al mío. ー Me importa una mierda quien seas... Yo soy Levy y hoy vas a morir.

Él se incorporó, debía ser alto, medir un metro noventa. No solía ser muy buena para las edades, pero debería tener 28 años, parecía una persona seria, pues las veces que me sonreía parecía que lo hiciera de forma forzada. Se acercó a la mesa y estiró de la sábana blanca haciendo ver todo tipo de cuchillos que seguramente pretendía usarlos contra mí.

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⏰ Última actualización: Apr 04 ⏰

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