LOVE LIES | Cuando Dena Wilson se ve casi obligada a ser la cuidadora de el Niño Araña en la Guerra Civil jamás imaginó que aquel trabajo designado por el filantropo millonario terminara creando entre ambos un lazo del cual podrán difícilmente escap...
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Era una bonita mañana, el clima en NY la abrazaba cálidamente y el café de Starbuck siempre era bienvenido a su paladar. Ese era el día, debían recoger al chico, ir al avión, arribar en Berlín, prepararlo para la pelea y ganar, eso, según los ideales del Stark y realmente esperaba que todo saliera como lo planeado para no verse obligada a intervenir; había sido usada durante años como un arma secreta de S.H.I.E.L.D., iba de allá para acá atrapando las posibles amenazas que surgieran, ese era un sentimiento que no le gustaba pero estaba consciente que no siempre podía tener lo que quería así que no había otra opción más que prestar sus servicios a la agencia que la había albergado en vez de haberla entregado con las autoridades para que hicieran de ella un experimento más.
Aquella era el principal motivo del que su apoyo se encontrara en el equipo de Rogers, le parecía excesivo el control que querían ejercer sobre los alterados, los súper héroes, cualquier persona con algún don que saliera de lo común, sobre todo si en su mayoría eran ellos quienes defendían al planeta de cualquier amenaza, además, confiaba ciegamente en que el rubio no estaba revelándose solo porque sí, él simplemente defendía sus ideales y a su mejor amigo así que claro que lo entendía. Bueno, eso y el hecho de que le parecía el más atractivo de todos Los Vengadores la ponían de su lado pero aquel era un dato que no iba a decirle a nadie.
Subió la vista al percatarse de la voz de alguien que parecía grabar un videoblog, Peter apareció al instante con una vieja cámara entre manos y tropezando con sus propios pies al ver a la pelinegra sonriéndole fuera del lujoso automóvil. Vestía un bonito abrigo rosa y la impaciencia que siempre estaba dibujada en su rostro, el muchacho no podía evitar sentirse nervioso, es decir, Dena era universitaria, inteligente, trabajaba con Tony Stark y por si fuera poco tenía un atractivo inusual, eso era demasiado con lo que lidiar para alguien como él.
—Veo que estás listo—apuntó a su enorme maleta oscura, una sonrisa dibujándose en la Wilson. —Solo estaremos fuera un par de días, no tenías que llevar todo tu closet.
—Yo...eh...sí—farfulló, las yemas de la chica se iluminaron al mismo tiempo que la cajuela del auto se abría. Peter parpadeó un par de veces antes de guardar su pesado equipaje. —Pero no sabía si un par de días en realidad significaba eso o estábamos hablando en clave—se excusó.
—Peter—habló, un gesto divertido dibujándose en su rostro mientras subían al auto. —No estamos en ninguna organización secreta para hablar en clave entre nosotros.
—¿Entonces Alemania realmente quiere decir Alemania?—sonaba sorprendido, como si apenas estuviera asimilando todo, Happy, quien iba al frente soltó una carcajada.
—Sí.
—¿Y de verdad pelearemos contra el Capitán América que acaba de volverse loco?
—Pelearás, sí—corrigió. —Y no se volvió loco, solo está...acorralado.
