Traveler. [One Shots | Genshin Impact]

Aventura 4: Kaeya.

El rocío de la mañana humectaba las plantas de la plaza central de Mondstadt, las tiendas empezaban a abrir al público general y con ello todos comenzaban a salir de sus casas para iniciar una nueva jornada. Dentro de ese grupo te encontrabas tú, caminando hacia la sede de los caballeros de favonius, ya que Jean te había pedido estar a primera hora para darte otro recado especial.

—¿Crees que nos vuelvan a mandar a Liyue? —preguntó Paimon mientras caminaban hasta la entrada de la sede.

—Tal vez, o puede ser otra cosa. Será mejor esperar a ver qué dice.

Cuando llegaste a la entrada de la sede, uno de los caballeros de favonius te comentó que podías esperar a la Gran maestra dentro de su despacho. Asentiste y entraste con Paimon en el gran edificio.

—¿Se encontrará Lisa en la biblioteca? ¡podríamos ir a visitarla!

—Podemos pasar después de hablar con Jean, seguro que se alegra por vernos.

Abriste la puerta del despacho para esperar a Jean adentro, pero no pensaste que habría alguien más ahí.

—Viajera, que encantador verte por acá.

Apoyado en el gran escritorio mirando directamente hacia ti se encontraba Kaeya, Capitán de los caballeros de favonius.

—¿Kaeya? —habló Paimon— ¿Jean también llamó por ti?

El nombrado dejó de arrimarse en el mueble principal para posicionarse erguido en medio del salón.

—Tenía algunos papeles que la Gran maestra debía supervisar, pero me encontré con que nadie estaba aquí —respondió el chico mientras llevaba sus manos a su cintura.

—Nosotros vinimos a hablar con Jean, pero nos dijeron que la esperáramos acá mientras llega. —Asentiste a lo que dijo Paimon.

—Ya veo —susurró dándote la espalda y caminando hacia el sillón del escritorio—. Bueno, mientras esperamos podemos conversar de como te ha tratado Mondstadt —dijo mientras se sentaba.

Lo miraste incrédula.

—¿Kaeya preocupándose? Esto es muy extraño —Te susurró Paimon, aunque no fue para nada discreta.

—También me preocupa que la viajera se esté adaptando a nuestras costumbres, no sería un caballero si no me preocupo de nuestra honorable visitante.

—Sigue siendo extraño viniendo de ti —Ahora comentaste parándote frente al escritorio.

—Nos conocemos muy poco, pero ya tienes una idea de mí. —Apoyó su cabeza en su mano, mirándote con una sonrisa indescifrable—. Pero veo que te has adaptado muy bien.

—Todos en Mondstadt son muy buenas personas, en especial los caballeros de favonius, como Amber; o los aventureros, como Bennett.

—Es un halago saber que los caballeros le estamos dando una cálida hospitalidad —dijo con esa sonrisa característica suya—, pero ya debes tener a alguien que sea simplemente único, ¿no?

Miraste desentendida al de pelo azulado, para ti todos eran únicos.

—¿A qué te refieres?

—Me refiero a alguien especial, a alguien que haga que tu corazón revolotee —comentó mientras se levantaba del sillón y rodeaba el escritorio para acercarse a ti—. ¿Hay alguien dentro del corazón de la viajera?

Todo el tiempo lo seguiste con la mirada, hasta que llegó a tu lado. Te quedaste pensando en su pregunta.

—No tengo tiempo para esas cosas.

Kaeya mantuvo una sonrisa indescifrable, ¿estaba feliz o triste?

—Tenemos muchos viajes que hacer como para que se preocupe de eso —habló ahora Paimon. Kaeya le dio una mirada rápida antes de volver a ti.

—Si algunos de los habitantes de Mondstadt escuchara esto, ya habría unos corazones rotos por ahí —susurró más para sí mismo que para ti—. Bueno, viajera, aunque lo creas o no, en la ciudad hay personas que añorarían tu corazón.

Esas palabras hicieron que tu corazón diera un salto de asombro. Frunciste el ceño confundida, no pensabas que alguien podría pensar de ti de forma no amistosa.

—¿Esta es otra de tus bromas?

Este rió por tu postura defensiva.

—Te puedo asegurar que allá afuera, hay personas pensando en ti más allá que solo una amistad —susurró mientras se acercaba peligrosamente a ti. La mano del chico se posó en tu hombro con cuidado—, y no solo allá afuera.

Paimon iba a separarlo de ti, pero este se alejó, volviendo a su postura erguida. Sonrió y volvió a tomar unos papeles del escritorio.

—Tu cara ahora es un poema —rió.

—Kaeya siempre molestándonos —dijo Paimon haciendo una rabieta.

—No puedo contenerme de hacer una broma cuando se trata de la viajera. —Empezó a caminar hasta la salida del despacho, pero antes de que se fuera, volteó a verte—. O talvez nunca fue una broma —sonrió.

Después de esa última frase la puerta se cerró por completo, dejando a una Paimon refunfuñando por los comentarios de Kaeya y a ti con una duda interna que crecía más y más.

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Después de terminar de hablar con Jean, salieron del despacho de la gran maestra y decidieron por darle una visita rápida a Lisa.

—¡Buenos días! —gritó Paimon cuando entraron a la biblioteca, haciendo que varios adentro de esta voltearan y le indicaran silencio—. Ups, Paimon lo lamenta.

Negaste con la cabeza por el comportamiento de tu compañera flotante. Ambas fueron directamente donde se encontraba Lisa.

—Buenos días, cariño —saludó la bibliotecaria—. ¿Qué te trae por acá?

—Jean llamó a la viajera para un encargo especial, y Paimon pensó que después podríamos pasar a saludar. —Cruzaste los brazos mientras le dabas una mirada inquisidora por ese comentario—. Bueno, ambas.

Lisa rió ante su escena y dejó de lado el libro que tenía entre sus manos.

—Jean había salido a la catedral en la mañana, ¿esperaron mucho por ella?

Negaste ante su respuesta.

—Kaeya nos hizo compañía, o algo así. —Paimon te miró y tú levantaste los hombros en son de confusión. La charla con el dominante cryo te había dejado en duda de muchas cosas.

—¿Kaeya estaba en el despacho de Jean? —Asintieron a la pregunta de Lisa. Esta se quedó pensando, hasta que dejó mostrar una sonrisa cómplice—. No pensé que estaría ahí cuando le dije que irías.

—¿No tenía que dejar unos papeles para Jean? —preguntó Paimon.

—¿Eso les dijo? —sonrió—. Seguro eso fue a hacer, no se preocupen.

Con tu acompañante se miraron entre sí, pero más estabas extrañada tú. ¿Acaso lo que había dicho antes Kaeya no fue una broma?