"UN SUSPIRO NO DESEADO"

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DICIEMBRE
Ya han pasado casi un mes desde que el que decía ser mi padre me corrió de mi casa, después de que me rechazaran y me excluyeran de la que consideraba mi familia, mi esposa y yo vivimos gratos momentos de alegría pues estábamos en espera de nuestro cuarto hijo, fue la sorpresa más bella que me pudo dar.
-Sabi mi amor te juro que les daré lo mejor y la cuidare con mucho amor como a mis otros hijos (dije con lágrimas a punto de salir por mis ojos)
La abracé con todo el amor del mundo, en esos momentos pude olvidar todo lo malo que había pasado en el mes anterior, cuando le contamos lo sucedido a la familia de mi esposa, compartieron el mismo sentimiento y gozamos de esos momentos.

FEBRERO
Mi esposa comenzó a sentir pequeños dolores, que me preocuparon así que decidí llevarla al hospital, lo que yo pensaba que sería un chequeo se convirtió en una estadía, las horas y los minutos pasaban de manera lenta y dolorosa.
Unas horas después el doctor me dijo que el corazón del bebe dejo de latir, mi corazón se hizo pedazos tal cual lo haría un vidrio al ser golpeado por una piedra y si yo me sentí así no quería imaginar lo que mi esposa sentí, cuando llego la hora de la visita, al verla recostada no dije nada me limite a abrazarla, no dijimos nada solo era un silencio que lo decía todo, después de un largo suspiro comencé a llorar.
Aunque no lo conocía ya la amaba y moría por sentir su respiración y sus pequeñas manitas en mi pecho, después de dos días que parecían mil años, pude traerla a casa, ella se mostró fuerte y valiente ante la pérdida, para nuestra suerte su familia nos recibieron con los brazos abiertos y decidimos quedarnos con su mamá y sus hermanas, así mientras yo trabajaba ellas la cuidarían.
Todo parecía volver a la normalidad y cobrar de nuevo alegría, pasmos la cuarentena de mi esposa con su madre y eso me ayudo a llevar las cosas.

ABRIL
Los días trascurrían con naturalidad hasta que mi madre me llamo
- ¿Bueno?

Bueno Carlos -

- ¿Si quien habla?

-Soy yo tu mamá, hijo necesito tu ayuda tu papá se a puesto enfermo, sé que no hemos pasado los mejores momentos, pero necesitamos tu ayuda, ¿puedes venir?

-En unos minutos estoy ahí, adiós.

Muchas gracias hijo mío, está bien yo te espero

Después de eso, no me lo pensé dos veces, corrí a ponerme los zapatos, tomé las llaves de mi auto y me dirigí a la casa de mi madre.
En cuanto entre por la puerta lo vi acostado en el suelo soltando gritos ahogados y golpeado su pecho llame a uno de mis hermanos que estaban ahí para poder levantarlo y llevarlo al auto.
Con cada paso que daba mi padre sudaba y agonizaba, tenía miedo de que de un momento a otro dejara de respirar.
-Tú puedes aguantar solo un poco más (le decía mientras limpiaba el sudor de su frente)
El solo se limitaba a asentir tratando de ahorrar energías, al llegar al auto lo recosté en la parte trasera cerré la puerta y me dirigí al hospital más cercano, en esos momentos agradecía que no transitaran carro, ahora entiendo por que dicen que la adrenalina hace olvidar el tiempo y el espacio, no supe en que momento llegue al hospital baje del auto a toda prisa y entre al hospital.

-Por favor ayúdeme, mi padre se ciente demasiado mal y no puede respirar (dije muy preocupado)

Después de eso solo logre sentir como me empujaban los enfermeros, todo estaba en cámara lenta me sentí en una película de acción en donde el protagonista ve un accidente y este sonido blanco, mientras observa como los doctores reanimaban a mi padre, todo empezó a dar vueltas y por la cara de los doctores parecía que no resistiría por mucho tiempo pero lograron salvarlo.

Después de un largo rato de espera pudimos entrar a verlo mi madre lo abrazaba diciendo lo mucho que lo amaba cuando tome la mano de aquel señor sentí un escalofrió, aquella mano que me reprochaba todo que me negó su casa, su cariño, su afecto era la misma que me miraba con compacion, sus lavios querian pronunciar algo pero su debil corazon no, pudo pues un segundo infarto lo ataco sin piedad, de la nada aparecieron enfermeros y nos empujaban para salir de esa habitación yo aún tomaba su mano cuando la solté me moría de miedo pues no quería que el se fuera mire de reojo su cara susurro algo que no pude oir jamas y lo vi dar su último suspiro los doctores dejaron de salvarlo pues ya se había ido,al mirar a mi madre tan desconsolada y hecha un mar de lágrimas quisiste consolarla y entre de golpe a donde estaba aquel aquel señor que me enseñó qué la vida no era color de rosa y cómprense a presionar su corazón a la par que movías manos lágrimas brotaron de mis ojos, le reproche el por qué se fue y dejo a madre, a mis hermanos, a mis abuelos a mi.
Recuerdo que el día de su funeral no llore, no por que no quisiera, simplemente no podía por que se que el último suspiro qué lo vi dar fue mio y con ello su amor y la fuerza qué lo acompañaba me la dio a mi para superar su partida aunque jamas me mostró cariño yo supe que en el interior me amaba tanto como amo a mis hijos y los pocos o muchos recuerdos que me dio los llevo en el alma y esos son los más valiosos.
Un suspiro dice mas que mil palabras y lleva tantos sentimientos como cualquier otra acción, un suspiro reconforta y llena de esperanza, de amor, de nervios, de alegrías y también da paso a liberar tristeza, para algunas personas no es tan fácil expresar amor y cariño pero esas personas en ocasiones son las que te enseñan el amor mas puro qué puedes conocer.
Mil millones de disculpas por no actualizar no hay escusa, solo que sintió que lo que escribía no era suficientemente bueno y quería dejarlo así, pero es algo que a mi me apasiona y no importa si solo lo le una persona y me esforzare para hacer feliz a esa persona bueno eso es todo por hoy, sere mas cortante lo prometo.
Los quiero mucho ♡
ATT. YANDERECHAN • v •

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