XXXII

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Capítulo dedicado a La4pared

"No pueden ¿Verdad? Ellos... Ellos no pueden..."

Mi voz se oía ronca, entrecortada y rasposa, me dolía de tanto haber llorado y quizás gritado por el teléfono. Estaba seguro que fueron más de veinte veces las que llamé al número de Yuta, número con el cual me había comunicado con él esa misma mañana, antes de que
todo el tormento comenzara; y mismo número que ahora me repetía una y otra vez el mismo mensaje.

Seulgi se quedó incluso cuando ya no debía hacerlo, después de ayudarme a levantarme del suelo en el que caí rendido ante la voz repetitiva del teléfono, caminé hasta el sofá y me
dejé caer en este. Jisung se trepó por un costado, se sentó sobre mis piernas y apoyó su pequeña cabecita con rizos en mi pecho. Colocó su manito a la misma altura y frotó su rostro
contra mi remera. No tenía idea de dónde él había aprendido aquello, pero estaba feliz de que lo supiera, así sea por instinto propio, fue su suave y dulce aroma a bebé, a mi bebé, lo
que hizo que no me consumiera en un estúpido ataque de pánico.

Después de que se durmió, lo acosté y Seulgi se fue, dejándome estable, citando sus palabras, volví a llamar a Yuta al menos unas diez veces, todos los intentos fallaron. Traté de hacer lo mismo con Taeyong pero me decía que el usuario se encontraba fuera del área de servicio. Incluso pensé en llamar a mi madre, sentía que necesitaba a alguien diciéndome que todo iba a estar bien, alguien que calmara a mi asustado omega, que lo mantenga quieto y no siendo el causante de que mi corazón estuviera a poco de salirse de mi pecho.

Al final, llamé a Seunghee y solté un gemido de alivio cuando me contestó. Le conté todo, completamente todo y más de una vez la oí sisear enojada y triste, sin embargo, ella tampoco
podía hacer nada por ayudarme.

"Harry... No lo sé." Dijo, después de un largo silencio. "Si él lo ha consultado, quizás-"

"¡Seunghee!" Reclamé, deteniendo sus suaves palabras. Ella intentaba que del modo que fuera, su confirmación no me enloqueciera. "¡Estamos hablando de Jisung! Sungchan... Él, él nunca iba a ser un buen padre para Jisung, eso si es que me dejaba tenerlo siquiera."

"Lo sé, Mark, tú y yo sabemos eso." Continuó. "Pero la justicia no ¿Entiendes? Él es un alfa, quieras o no, sigue siendo tu alfa y es el padre de Jisung, porque lo es... Tiene su sangre. Sungchan puede explicar que le escondiste la existencia de su hijo y te tomarán por un omega con algún desorden mental. Además ¡Huiste!" Me reclamó. Iba a contestar, cuando siguió. "¡Claro que debías huir! ¡Pero eso el jodido mundo no lo entiende!"

"Seung." La detuve. Sentí como mi vista se humedecía de nuevo. Ella tenía razón, incluso Sungchan tenía razón. "No-No pue... Pueden quitármelo." Dije, sin darme cuenta que ya estaba sollozando de nuevo, encogiéndome en el rincón del sofá, con el celular en la mano. "No
pueden... Es mío. Ji es mío."

Ella me escuchó llorar en silencio, de vez en cuando, oía sus lejanos arrullos que no servían a través de una línea telefónica y sin embargo, tan triste como sonase, era lo único que tenía
en ese momento. No Yuta, no orgullo, no valor, nada... Solo el lamento de mi hermana mayor y el temor de perder lo único que evitaba que me suicidara.

"Mark, hermano." Dijo, después de un largo tiempo en el que no dejé de llorar en ningún momento. "¿Y si vas a buscar al padre de Yuta? Me dijiste que era un gran tipo, si Yuta y
Taeyong no contestan, quizás él pueda ayudar ¿No? Tiene influencias."

"Él es un omega, Seunghee." Suspiré, sorbiendo por la nariz, pasando mi antebrazo por mis ojos, tratando de detener las lágrimas que parecían no tener fin. Sentía el mal sabor en la
boca al expresarme de esa manera, más con mi mentalidad de que omegas y alfas somos iguales, sin embargo, así como iban las cosas, me di cuenta que el mundo no estaba listo para ese cambio, y que los omegas tampoco. "Y la madre de Yuta, debe estar feliz de que él y yo no podamos comunicarnos, no le permitirá hacer nada."

"Sabes que algo no anda bien. Yuta no te haría eso."

"No." Sollocé. "No. Algo no anda bien. Quizás le pasó algo. Seung, siento..." Llevé mi mano a mi pecho, justo sobre la zona del corazón, arrugando la tela entre mis dedos. "...Siento en mi
pecho que algo le pasó. Él no me abandonaría. Yuta no."

"Lo sé, pero... Mark." Ella se tomó su tiempo antes de continuar. "Sea lo que sea que ocurra, necesitas solucionar esto, si la amenaza de Sungchan iba en serio, él no necesita cargarte y
llevarte con él... No si puede dejarte solo en un centro mental y quitarte a Jisung."

"¡NO ESTOY LOCO!" Grité al teléfono, rompiendo en llanto nuevamente. "No estoy loco... No lo estoy, solo... Solo no quería más... De eso." Gemí. "No quería eso... Para Jisung ¡Él no se merece eso!" Golpee mi puño contra el apoyabrazos a mi lado, queriendo tanto morderme, hacerme daño, eliminar de algún modo el dolor de mi corazón o sustituirlo por otro menos
intenso. "Seunghee... No me lo puede quitar."

"Solo puedes continuar llamando a Yuta y pensar en lo de su padre. O irte ¿Quieres huir, hermanito? Puedo ir a buscarte e irnos, muy, muy lejos."

"No quiero arrastrarte conmigo en esto." Murmuré, aunque era la oferta más tentadora que había recibido en todo el día.

"No me arrastras." Ella dijo, bastante decidida. "Será solo hasta que Yuta vuelva y puedas resolver esto con él ¿Si? Nada malo pasará, ni nuestros papás tienen que enterarse."

Pensé por un instante si esa sería una buena idea, huir de los problemas jamás conseguiría solucionarlos, pero sabía, como omega que era y por tanto débil ante todos, que no tendría la fuerza para enfrentarme a la ley y a las acusaciones de Sungchan, así que no podía permitir que se llevaran a Jisung, incluso aunque eso causara que apareciera mi nombre en los diarios o en donde fuera. Temporalmente, solo hasta que Yuta vuelva, traté de tranquilizarme.

☆The Perfect Omega | YumarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora