Toda mi familia había muerto en la guerra, una guerra que por cierto ya había terminado hace ya 2 años. 2 años en los que me habían puesto el título de emperador. Yo soy el único que tiene sangre real corriendo por sus venas.
Y si, tenía todas las riquezas que uno puede desear y la mayoría no la puede lograr. Podría decir que todo era perfecto.
Pero... mi vida no era eterna, debía encontrar a una mujer que esté dispuesta a tener a un heredero para gobernar, sin embargo, ¿Cómo podía hallar a alguien si todo el maldito día estaba sentado en una silla cubierta de oro, esperando a que me den alguna clase de noticia de todo tipo? Ya sea para decidir el castigo de algún tipo de criminal hasta una guerra que se aproximaba, definitivamente prefería escuchar la primera opción.
- Emperador. - Uno de los guardias que inspeccionaba que todo ande bien en el pueblo, se acercó a mí y se arrodillo antes de informarme el porqué de su presencia. - Encontramos a una mujer robando comida de una de las tiendas. -
Inmediatamente uno de sus compañeros tiró bruscamente el cuerpo de una joven chica al suelo.
Pude apreciar sus prendas, el cual estaban en el peor estado posible, su piel estaba cubierta de polvo, rodillas con heridas que permitían ver algunas gotas de sangre y por último, un maltratado cabello negro y largo que no me permitía ver su rostro.
Aún mantenía mi típico semblante serio que mostraba desinterés a cualquier tema.
- Muéstrenme su rostro. - Hablé.
El mismo guardia que la había empujado, levantó sin ninguna delicadeza el largo cabello negro mientras su otra mano sujeto su mentón con la intensión de que pudiera observar mejor su rostro.
No podría explicar lo que me ocurrió en ese momento.
Y es que... Aunque su rostro estuviera repleto de arena y suciedad, vi una gran belleza en ella.
- Suéltala. -
Acató mis órdenes y retrocedió.
Hice un gesto con mi mano llamando a dos sirvientas que se encontraban a los lados.
- Quiero que la limpien y le den ropas decentes. -
Uno de los guardias abrió sus ojos con sorpresa, mientras que llevaban a la chica lejos.
- Pero mi señor, ella es una ladrona. -
- El pueblo sigue sufriendo por la guerra, es normal querer sobrevivir, ahora largo. -
- Si emperador. - Hizo una reverencia para después dar media vuelta junto con su compañero y salir por las grandes puertas del lugar.
(...)
- Mi amo, ya hicimos lo que nos pidió. - Informaron las dos sirvientas con la mirada hacia el suelo.
- Llévenla a mis aposentos, yo estaré esperando. -
- Como ordene. -
Me levanté con pesar y a travesé los largos pasillos, dirigiéndome a mi lugar de descanso.
Me senté en mi cama esperando a esa joven que causó en mi un inusual comportamiento.
Escuché las puertas ser tocadas.
- Pueden pasar. -
Estas se deslizaron hacia el lado izquierdo dejando ver a una hermosa chica.
Ahora la podía ver en su verdadera forma, teniendo una piel blanca, que parecía estar hecha de la más fina porcelana y al mismo tiempo daba la ilusión de ser tan frágil, cabello castaño que anteriormente había confundido con un color negro, labios carnosos y rosados, tenía un ligero tono marrón en sus parpados.
>> Era un ser tan perfecto <<
- ¿Cuál es tu nombre? -
Noté el miedo que le impedía hablar, sus ojos miraron al piso con temor.
- ¿Tienes hambre? - Pregunté nuevamente.
Su rostro se levantó casi al instante asintiendo con unos pequeños destellos en sus ojos.
Reí inconscientemente.
(...)
En poco tiempo habían traído platos de carne y arroz acompañado de un recipiente lleno de agua.
Pude ver sus días sin comer en la forma en que ingería el alimento.
- ¿Ahora me dirás tu nombre? -
Paró de masticar la comida y dirigió su mirada hacía mí.
- J- Jennie. - Murmuró con una voz suave que daba demasiada tranquilidad.
- Bien Jennie, Yo soy tu emperador. -
De alguna forma sus ojos atraparon a los míos, no tenía idea de cómo, pero se me era imposible dejar de apreciarlo.
No fue hasta que ella miró a otro lado de la habitación para que pudiera dejar de ver esos claros ojos marrones.
>> Era ella alguna clase de bruja <<
>> ¿O cuál es la razón de mis extrañas acciones? <<
Continuará...
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Ͳհɾօղҽ ʸᵒᵒⁿⁿⁱᵉ
RomanceElla sin duda era un ángel, conquistando a cualquiera que la mirara y el emperador no era la excepción...