Había pasado aproximadamente un mes desde que recibí a Jennie y recién hace dos días descubrí que mi extraño comportamiento hacía ella era causado por algo nombrado amor, un sentimiento que te puede hacer la persona más feliz de la tierra, pero también puede romperte, y eso lo consideraba aterrador, nunca experimente el amor, ni siquiera tuve la oportunidad de amar a mi propia familia.
Por esa razón, cuando fui informado de sus muertes, no sentí ni un poco de lastima.
Pero, debido a lecturas sobre tal sentimiento, me pude dar cuenta de que los que siento por Jennie es algo mucho más complejo de lo que creí.
En estos días, ella me ha mostrado más afecto de lo que mi familia pudo darme en 17 años, me abrazaba cada vez que me veía, siempre me ponía nervioso ante su presencia, sin embargo, pienso que no siente lo mismo.
Y aunque tengo muy en claro que tengo que desposar a alguien que tenga en su poder grandes territorios. Yo no me imaginaba compartir mi vida con alguien que no sea Jennie.
- ¡Yoongi! - Una castaña entró a la habitación y rápidamente saltó en la cama en donde aún me encontraba echado debajo de las sábanas. - Buenos días. -
Se acercó a mi para poder darme un abrazo.
- Buenos días Jennie. - Sonreí por la tierna acción. - ¿Ya has desayunado? -
Negó con la cabeza.
- ¿Qué te gustaría comer? - Pregunté
- Mm... He oído sobre la fermentación de vegetales cuando estaba en el pueblo, son muy conocidos por su sabor, dicen que son muy buenos. -
- Si... yo también escuché algo parecido, pediré que traigan para que puedas probarlos. -
Vi cómo se dibujaba una sonrisa en su rostro.
>> Eso era lo único que necesitaba ver. <<
- Bien, debo levantarme. -
- ¿Puedo acompañarte? - Preguntó animada.
Tenía dudas sobre si dejarla venir conmigo, me aterraba que un tipo de ladrón o asesino la viera al momento de darle su merecido castigo.
>> Por esa razón siempre tenía bastantes enemigos. <<
- Claro. - Dije con algo de duda.
Nos paramos y deslizamos las puertas de la habitación con la intención de poder salir.
Cuando estábamos caminando por los largos pasillos, mi mirada se fijó en uno de los sirvientes que pasaba por los mismos caminos.
-Jennie. - Ella volteó a mirarme en el momento en el que pronuncié su nombre. - Sigue recto por el corredor, espérame y te veré allí, voy en un momento. -
- Esta bien. - Dio media vuelta y se alejó.
- Hey. - Hablé.
El sirviente paró rápidamente.
- Emperador. - Hizo una reverencia mostrando respeto. - ¿Qué es lo que usted necesita? -
- ¿Has oído hablar de vegetales fermentados? -
- Claro, son muy populares. - Respondió.
- Quiero que los traigas. -
- Como ordene emperador. -
(...)
- ¿No estás incómoda en el piso? - Pregunté.
- Para nada, no te preocupes. -
Jennie se había sentado a un costado de la grande silla adornada de oro en donde yo me encontraba.
- Emperador. - Tres de los guardias del pueblo se habían acercado, sujetando a dos individuos. - Estos dos hombres han cometido varios asesinatos, arrebatándoles la vida a más de 60 personas, habían sido buscados por un largo tiempo, pero siempre lograban escapar. -
- Después decidiré su forma de muerte, mientras tanto enciérrenlos en una de las jaulas hasta nuevo aviso. - Ordené.
- Como diga mi señor. - Los tres guardias me reverenciaron y se empezaron a arrastrar a los dos hombres en mal estado.
- ¡Te mataré emperador! ¡A ti y a esa linda doncella! - Gritó desde lo lejos mientras que su compañero no paraba de reírse.
- ¡Espera! - Los tres guardias pararon y esperaron nuevas órdenes.
- Quiero que les cosan la boca con aguja e hilo antes de encerrarlos. - Dije
- Si emperador. -
Por inercia dirigí mi mirada hacia Jennie, la cual se notaba el terror en su rostro.
- No te asustes, no te podrás hacer nada. -
Ella volteó a verme y posó su rostro en mis piernas.
Acaricié su suave cabello castaño.
>> Era inevitable no hacerlo <<
Continuará...
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Ͳհɾօղҽ ʸᵒᵒⁿⁿⁱᵉ
RomanceElla sin duda era un ángel, conquistando a cualquiera que la mirara y el emperador no era la excepción...