Kyle
-No te preocupes, hay alguien que vino por ti.- dice James demasiado relajado mientras me quita los cinturones de cuero de las muñecas. Las veo mientras me incorporo y veo que ya tienen marcas rojas alrededor.
-Hola tarado.- me saluda la voz de mi mejor amigo, Rick.
-Gracias por eso.- le contesto con una ancha sonrisa y me levanto de aquella fría silla. No sé por qué he venido aquí, pero de haber sido más listo, habría traído una chamarra conmigo.
-Vamos a casa, allá te explico, hay muchas cosas que necesitas saber.- me dice con tono sombrío en la voz, el mismo tono con el que mi padre hablaba acerca de sus planes para invadir las tierras inferiores. Odio ese tono de voz.
Sin decir nada, tan sólo con un gesto de la mano, me despido del doctor y subo las escaleras, encontrándome con un ordenado y reluciente vestíbulo de color blanco con una gran foto de una píldora con la palabra “Hospital” escrita dentro.
Sinceramente no sé si el letrero es irónico o simplemente chistoso.
Al salir de ahí, siento el calor del sol cubrir mi piel, esto se siente demasiado bien después de estar bajo tierra con tan sólo la luz de una lámpara.
Hay un auto negro esperando en frente de aquel establecimiento, por lo que no tengo mucho tiempo para disfrutar del calor del día.
Rick entra primero y después me hace señas para que entre. Le dice algo al conductor y este avanza con rapidez.
-¿Qué demonios pensabas al pedirle a James que te infiltrara?- me pregunta con voz mordaz y ojos desorbitados.
El pequeño tatuaje en su muñeca izquierda comienza a tener un tono distinto y sus venas sobresaltan de su piel, como si fuese un mapa.
-No lo sé, por si no sabes, el que te infiltren hace que pierdas la memoria, por lo que no lograría recordar el por qué aunque me golpearas.
-Eres un bruto, primero lo de ayer en la fiesta y luego hoy con esto.
-¿Qué pasó en la fiesta?- pregunto mientras intento recordar algo, pero sólo veo imágenes borrosas de nuevo.
-Hablamos de eso en tu casa.- con eso cierra la conversación hasta que llegamos a mi casa, o más bien a mi prisión. Incluso la reja tenía forma de eso, de color negro con malla eléctrica en la orilla superior y un identificador de voz al costado izquierdo.
Me bajo sin decir ni mú y camino hasta la entrada, una gran puerta de madera con un vitral en el medio. Afuera está Yord en su traje elegante esperando a abrir la puerta.
-Hola joven Kyle.- me saluda mientras yo entro a la casa aun sin decir nada.
Estoy tan molesto, aunque ni siquiera sé por qué.
Subo las grandes escaleras en forma de caracol, pasando de largo el gran vestíbulo de color crema, que mi madre había decorado especialmente.
-Kyle, no hagas un berrinche.-escucho la voz de Rick detrás de mí pero no me importa. Subo a grandes zancadas hasta llegar al pasillo principal.
Camino hasta mi habitación y me encierro bajo llave.
-Kyle, deja de portarte como una princesa.- dice el chico malhumorado por detrás de la puerta. Hago caso omiso a sus alaridos y entro al baño dentro de mi habitación, enciendo la ducha con el agua caliente al máximo, me quito la ropa y me meto ahí sin más.
El agua caliente cae por mi cuerpo y comienzo a sentir como el enojo sin sentido sale de mi cabeza.
Intento seguir recordando cosas de anoche, pero simplemente son recuerdos borrosos. Quizá había hecho algo demasiado malo, quizá por eso quería olvidar.
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Nuevo comienzo
Short StoryEl mundo ha dejado de ser como solíamos conocerlo. La vida de Terlier, nunca ha sido fácil, desde la muerte de sus padres cuando era niña hasta sus 22 años en los que tendrá que tomar la decisión de seguir con los planes que tenía su padre o dejarl...