Capítulo 3

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Terlier

CAPÍTULO 4

Me despierto con un dolor de cabeza tremendo y mis pies helados. Una horrorosa música suena al otro lado de la puerta, por lo que comprendo que Ceena está despierta y de muy mal humor.

Ceena es una chica con la que he vivido desde que mis padres murieron, es alta, de piel morena y cabellos castaños. Sus ojos son afilados, como los de un gato y son de color negro como la noche. Cuando se molestaba conmigo, algo que pasa frecuentemente debido a que pongo “en riesgo” mi vida con las cosas que hago, según ella, pone su música a todo volumen y finge que no estoy frente a su dormitorio.

Al levantarme de mi cama siento como mi cabeza se vuelve cada vez más pesada, obligándome a acostarme de nuevo y taparme con las cobijas.

Se abre la puerta de golpe, rebotando contra la pared. La música se escucha tres veces más fuerte y en reacción pongo la almohada sobre mi cabeza para taparme los oídos.

Ceena jala de mi cobija y también de la almohada. Casi siento como, debido a mi falta de fuerza, la cobija deja mis manos y me siento casi desnuda.

-Terlier levántate ya.- dice la chica por encima de la música.

-¡NO!- le replico sin más, envolviéndome con la almohada y tapando con fuerza mi cabeza, casi puedo sentir como el aire se hace menos, y necesito salir a respirar.

-¿A qué hora llegaste anoche?-comienzo a sentir la sensación de que seré cuestionada por el FBI.- ¿Con quién estuviste? ¿A dónde fuiste?

-Ceena, por favor.- le suplico mientras me retuerzo en mi colchón.

-Nada de “Ceena, por favor” Estoy harta de tus juegos, estoy harta de estar preocupada por ti, a qué hora llegarás, si estarás bien…-se sienta a lado de mí, o al menos es lo que siento; ya que sigo tapando mi cabeza con la almohada.

Me muerdo la lengua para no decir nada, me destapo la cara y le doy un fuerte abrazo. Puedo sentir la pesadez de la tensión acumulada en sus hombros, que están más duros de lo usual.

Tomo su barbilla con mis dedos y hago que me mire fijamente, su rostro está demasiado cerca. La veo a los ojos y después fijo mi mirada en sus labios color carmín oscuro.

-Estoy…-ni puedo terminar la frase ya que Ceena se lanza contra mí y besa mis labios, casi puedo sentir el desgarramiento de mis muslos debido a su peso sobre de mí en esta posición.

Sus labios están tan desesperados, llenos de nerviosismo, llenos de un sentimiento que jamás había sentido: angustia.

Acomodo mejor mis piernas y ella se posa sobre de mí. Sus manos se detienen en mis caderas y las siento estrujar mi cuerpo delicadamente.

De repente sus manos juguetean por debajo de mi blusa y llega hasta mis senos. La hago a un lado con rapidez sin usar mucha fuerza. Ella me mira con la lujuria brillando en sus grandes ojos negros.

-Lo siento.- dice ella mientras roza sus labios con sus dedos.

Yo niego con la cabeza e intento recuperar el aire. Ella nunca se había comportado de esa manera. La verdad no me lo esperaba, pero no me da miedo; con el tiempo que hemos vivido juntas, esto parecía algo inevitable, claro que nunca pensé que ella también sintiera lo mismo.

-Terly, no me veas diferente.- me dice con preocupación en la voz. Yo sonrío ante sus palabras y vuelvo a negar. ¿Por qué carajo no puedo hablar? – Dime algo, ¿ahora no vas a hablarme?

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⏰ Última actualización: Feb 13, 2015 ⏰

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