Terlier
CAPÍTULO 4
Me despierto con un dolor de cabeza tremendo y mis pies helados. Una horrorosa música suena al otro lado de la puerta, por lo que comprendo que Ceena está despierta y de muy mal humor.
Ceena es una chica con la que he vivido desde que mis padres murieron, es alta, de piel morena y cabellos castaños. Sus ojos son afilados, como los de un gato y son de color negro como la noche. Cuando se molestaba conmigo, algo que pasa frecuentemente debido a que pongo “en riesgo” mi vida con las cosas que hago, según ella, pone su música a todo volumen y finge que no estoy frente a su dormitorio.
Al levantarme de mi cama siento como mi cabeza se vuelve cada vez más pesada, obligándome a acostarme de nuevo y taparme con las cobijas.
Se abre la puerta de golpe, rebotando contra la pared. La música se escucha tres veces más fuerte y en reacción pongo la almohada sobre mi cabeza para taparme los oídos.
Ceena jala de mi cobija y también de la almohada. Casi siento como, debido a mi falta de fuerza, la cobija deja mis manos y me siento casi desnuda.
-Terlier levántate ya.- dice la chica por encima de la música.
-¡NO!- le replico sin más, envolviéndome con la almohada y tapando con fuerza mi cabeza, casi puedo sentir como el aire se hace menos, y necesito salir a respirar.
-¿A qué hora llegaste anoche?-comienzo a sentir la sensación de que seré cuestionada por el FBI.- ¿Con quién estuviste? ¿A dónde fuiste?
-Ceena, por favor.- le suplico mientras me retuerzo en mi colchón.
-Nada de “Ceena, por favor” Estoy harta de tus juegos, estoy harta de estar preocupada por ti, a qué hora llegarás, si estarás bien…-se sienta a lado de mí, o al menos es lo que siento; ya que sigo tapando mi cabeza con la almohada.
Me muerdo la lengua para no decir nada, me destapo la cara y le doy un fuerte abrazo. Puedo sentir la pesadez de la tensión acumulada en sus hombros, que están más duros de lo usual.
Tomo su barbilla con mis dedos y hago que me mire fijamente, su rostro está demasiado cerca. La veo a los ojos y después fijo mi mirada en sus labios color carmín oscuro.
-Estoy…-ni puedo terminar la frase ya que Ceena se lanza contra mí y besa mis labios, casi puedo sentir el desgarramiento de mis muslos debido a su peso sobre de mí en esta posición.
Sus labios están tan desesperados, llenos de nerviosismo, llenos de un sentimiento que jamás había sentido: angustia.
Acomodo mejor mis piernas y ella se posa sobre de mí. Sus manos se detienen en mis caderas y las siento estrujar mi cuerpo delicadamente.
De repente sus manos juguetean por debajo de mi blusa y llega hasta mis senos. La hago a un lado con rapidez sin usar mucha fuerza. Ella me mira con la lujuria brillando en sus grandes ojos negros.
-Lo siento.- dice ella mientras roza sus labios con sus dedos.
Yo niego con la cabeza e intento recuperar el aire. Ella nunca se había comportado de esa manera. La verdad no me lo esperaba, pero no me da miedo; con el tiempo que hemos vivido juntas, esto parecía algo inevitable, claro que nunca pensé que ella también sintiera lo mismo.
-Terly, no me veas diferente.- me dice con preocupación en la voz. Yo sonrío ante sus palabras y vuelvo a negar. ¿Por qué carajo no puedo hablar? – Dime algo, ¿ahora no vas a hablarme?
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Nuevo comienzo
Short StoryEl mundo ha dejado de ser como solíamos conocerlo. La vida de Terlier, nunca ha sido fácil, desde la muerte de sus padres cuando era niña hasta sus 22 años en los que tendrá que tomar la decisión de seguir con los planes que tenía su padre o dejarl...