Old Horse

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Era temprano en la mañana cuando Ethan Noble tomaba su café y leía el periódico al lado de la ventana en el Old Horse.

- "El nuevo personal del Ejército inglés demuestra su eficacia en..." -leía Ethan- "personal", es increíble que ahora también la prensa intente humanizarlas -se quejaba.

Continuó leyendo hasta que notó que una bella chica de la barra no dejaba de mirarlo con interés, él le dedicó un sonrisa.

- No es algo temprano para buscar acompañante? -escuchó decir a alguien a su costado. Ethan volteó a verlo.

- Milton -reconoció al hombre rubio parado a su lado. Ethan dejó el periódico en la mesa y se levantó para saludar a su antiguo amigo- Toma asiento -le dijo Ethan mientras le señalaba la silla de en frente. Luego de que su amigo se pusiese cómodo le preguntó- Ahora me dirás porque me citaste hoy?

Luego de que la camarera tomase sus órdenes y de la habitual charla para ponerse al corriente el uno del otro. Milton tomó una largo trago de su café y comenzó a golpear la mesa con un dedo.

- Verás Ethan, el motivo porque el te pedí que vinieras es para hablarte de un caso de suma importancia -hizo una pausa- Qué tanto recuerdas de los Cubos Mentales?

La sonrisa de Ethan desapareció.

- Un poco más de los básico diría -contestó- Que contienen una gran cantidad de energía y que lo usan para construir armamento de forma humanoide que intentan hacer pasar por nuevas reclutas.

- Así es -dijo Milton luego de un suspiro- Conoces de algo a esta persona? -preguntó mientras le acercaba una fotografía.

Ethan negó con la cabeza.

- Es Amelia Court, posee una mansión en Cambridge y hasta hace unos meses fue una de las principales contribuidoras en el programa de los Cubos Mentales.

- Fue? -interrumpió Ethan a su amigo.

- Si, se separó del programa junto a toda su contribución luego de ver que no todos compartían sus ideas. No sin antes llevarse un par de cubos consigo. Creemos que piensa continuar las investigaciones por cuenta propia.

- Dos cubos no me parecen mucho -replicó Ethan.

- Parte del acuerdo de las naciones que se han dedicado a trabajar con ellos es que las investigaciones solo puedan estar a cargo del sector público. Cualquier fuga que ponga en riesgo este pacto es simplemente inaceptable -respondió Milton.

- Y yo qué tengo que ver en todo esto, Milton? -Ethan sabía a donde llegaba esta conversación, pero intentaba evadirlo.

- Amelia tiene amigos muy influyentes. No podemos simplemente allanar la masión, por lo que el plan es enviar a dos agentes de encubierto y recuperar los cubos robados -hizo una pausa y dirigió su palma hacia él- Esperaba que tú fueses uno de ellos.

- Sabes que ya no hago esos trabajos -respondió Ethan- Espionaje, investigaciones, todo lo dejé. Ahora solo soy escritor.

- Y no te va bien por lo que me han contado -dijo Milton antes de darle un sorbo a su café.

- Que idiota -dijo Ethan sonriendo de forma despreocupada mientras recogía sus cosas y se preparaba para irse.

- Escucha Ethan -se apresuró a decir- No te propondría esta misión si no creyese que eres perfecto para esta y si no pensase que saldrás bastante beneficiado de esta. Hablé con mis superiores y están dispuestos a reintegrarte al programa o reubicarte al puesto que desees si tienes éxito.

Milton permaneció en silencio mientras Ethan reconsideraba sus opciones. Luego de unos minutos, este último accedió.

- Y, cómo piensan infiltrarme en la mansión? -preguntó Ethan.

- Casualmente Lady Amelia es una entusiasta de las artes, suele acoger a distintos artistas en su mansión -respondió Milton ya más calmado, al notar el desconcierto de su amigo este continuó- Debe ser cosa de ricos, pero ese no es el punto. Gracias a nuestros contactos conseguimos que se interese en ti -Milton sacó un sobre de su maletín y se lo tendió a Ethan- Has sido invitado a la mansión Hampton Court. Así podrás buscar los cubos. No hemos tenido ningún indicio de que se hayan movido de allí.

Ethan abrió el sobre y examinó su contenido.

- Llegarás dentro de dos días -continuó Milton- Tu compañera ya se encuentra allí desde hace dos semanas, se hace pasar por una sirvienta -le alcanzó otra fotografía a Ethan- Es ella.

Ethan miró detenidamente la foto.

- Es bastante linda -comentó.

- Si, Ethan, verás -Milton hizo una pausa- Ella es... una Shipgirl -notó la sorpresa en el rostro de su amigo- Ya sé, ya sé, déjame explicarte. Hay varios como tú dentro de los altos mandos que aún no estan cien por ciento de acuerdo con el programa. Esta es una forma de demostrar que podemos trabajar en conjunto.

Su amigo permanecía callado. Milton levantó la mano.

- Mira, no te estoy pidiendo que cambies tu forma de pensar respecto a ellas, solo te pido que trabajes con ella -hizo una pausa- Aceptas?

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Ethan recordaba esta conversación mientras miraba por la ventanilla del auto, sostenía la foto que le había entregado Milton.

- Ella sabe que enviaremos a alguien más, pero no sabe como te ves. Así que cuando llegues tendrás que buscar un momento para decirle a que has ido a la mansión..

Se encontraba cerca a Hampton Court, desde el auto podía ver los grandes jardines que rodeaban el lugar. El chofer lo dejó en la entrada.

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Lady Amelia lo recibió en el vestíbulo. Era una mujer alta, tenía el cabello pardo recogido y vestía elegantemente de rojo.

- Es un placer tenerlo con nosotros señor Noble -dijo Amelia mientras se acercaba a Ethan- Espero encuentre en esta casa la tranquilidad que necesita para continuar con sus obras.

- El placer es mío, Lady Amelia. Por favor solo llámeme Ethan -respondió mientras besaba la mano de la anfitriona.

- Debe estar cansado por el viaje. Dentro de poco cenaremos y tendremos tiempo para hablar -llamó a una de sus sirvientas- Emily, por favor lleva al señor Noble, ejem, al señor Ethan a su habitación -volteó hacia Ethan y sonrió- Otra de mis chicas irá a avisarle cuando la cena esté lista.

Emily acompañó a Ethan hasta su cuarto. Luego de inspeccionar su habitación, empezó a desempacar. Escuchó que alguien que llamaba la puerta y él le dio permiso para entrar. Entonces reconoció a la chica de la foto. Una mujer con piel y cabello blanco, sin poder evitar notar su gran busto.

Ella entrelazó sus manos y se presentó con una voz dulce.

- Es un placer conocerlo, señor Noble. Mi nombre es Belfast.





Belfast x Comandante (Shikikan Series)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora