Belfast x Comandante (Shikikan Series)

Se ven bien juntos

Belfast y Ethan ingresaron a la boutique. Las paredes estaban decoradas con un tapiz rosado con adornos en blanco y a ambos lados del local, maniquíes modelaban vestidos. Al fondo de la sala se encontraba un espejo de tres caras al lado de un vestidor. Una mujer de cabello castaño y que llevaba gafas los recibió. Se presentó como Rose.

- Qué se les ofrece? -preguntó Rose mientras pasaban frente a los vestidos de la derecha.

- Buenos días, mi nombre es Ethan y mi compañera es Belfast. Buscamos un vestido de gala, para una reunión -respondió Ethan.

- En ese caso, tiene para elegir entre todos los vestidos de la fila izquierda señorita Belfast -Rose la acompañó al extremo de la fila más cercano a la ventana y le mostró uno de ellos- Qué le parece este?

Por su parte, Ethan se movió hasta el otro extremo de la fila. Pasó por delante de un vestido negro y uno rojo hasta que uno azul le llamó la atención. Se detuvo unos segundos para imaginar como se vería en ella, luego asintió.

- Belfast! -llamó- Qué opinas de este? -Ambas se acercaron, una más sonriente que la otra.

- Es bellísimo -respondió ella- Podría probármerlo, señorita Rose?

Rose la guió amablemente hasta el vestidor. Mientras esperaba, Ethan siguió paseando alrededor de la tienda. Al cabo de unos minutos la cabeza de Rose salió de entre las cortinas y lo llamó para que se acercase.
Belfast salió del vestidor y se detuvo frente al espejo. Se miró todos los lados del vestido, luego dio media vuelta para estar de cara a Ethan, le sonrió.

- Qué opina, señor Ethan? -preguntó.

Ethan se quedó en silencio, algo que pasaba muy a menudo desde que llegó a Hampton Court. El vestido azul noche le quedaba mejor de lo que había pensado.

- No tengo palabras -dijo finalmente- Estás bellísima -ella, ruborizada, giró rápidamente hacia el espejo.

- Una pregunta señor -Ethan giró a su derecha para ver a Rose- Vino por recomendación de alguien?

- Amelia Court -respondió luego de asentir- Podrá ajustarlo a su talla para este viernes, señorita Rose?

- Delo por hecho, señor Ethan. No puedo decepcionar a Lady Amelia -se inclinó un poco hacia él- Su novia es bastante linda.

- Linda le queda corto -hizo una pausa- Aunque no somos novios.

- Le pido mil disculpas -con una mano cubrió su boca- Parecen tan cercanos que pensé...

- No se preocupe -volveó la mirada a Belfast, quien seguía posando frente a los espejos.

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Luego de que Rose tomara las medidas de Belfast y acordaran pasar a recogerlo dentro de un día, salieron de la tienda. Fueron a comprar los demás accesorios, un par de tacones y pulseras. Habiendo terminado las tareas de ese día, pasaron el resto en un parque cerca de allí; esperando que llegase el chofer.

- Cuénteme algo de usted , señor Ethan -dijo Belfast mientras comía un helado- Tiene hermanos? Novia? Alguna mascota? -Ethan se extrañó por las preguntas.

- Una hermana menor, sin novia y gatos; pero ellos están en la casa de mis padres -respondió- Qué me dices de ti, Belfast? Sé que algunas de ustedes tienen cierta relación.

- No tengo hermanas, pero tengo varias compañeras que guardan alguna "relación" conmigo. Ya sabe, los trajes de sirvienta -dijo sonriendo. Ethan rió- Qué tiene pensado hacer luego de esta misión?

- Milton dijo que podría elegir lo que quisiera si completaba esta misión, pero el estilo de vida que tenía hasta hace poco no me disgustaba; así que no estoy seguro. Y tú?

- Tengo entendido que han comenzado a construir bases en distintos puertos e islas en el Océano Atlántico. Iré a alguna de ellas cuando las terminen -Belfast vio las luces del carro que los había traído- Parece que ya llegaron por nosotros.

Esta vez Ethan abrió y detuvo la puerta del auto para que subiese Belfast. Pudo solucionar el problema que se había montado el mismo el día anterior e incluso ahora se sentía más cercano a ella. Belfast se dispuso a entrar al carro, pero antes giró hacia él.

- Te lo agradezco, Ethan -dijo con una gran sonrisa.

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Ethan estaba pegado a la mesa de bocadillos, copa en mano. Habían pasado un par de horas desde que llegaron los invitados. Hasta entonces no había visto a Belfast.

- Cómo se la está pasando, señor Noble? -Isla se veía muy distinta cuando no usaba el traje de sirvienta.

- Mejor de lo que imaginé, pensé que no tendría cosas en común con estas personas y me equivoqué -tomó otro tanto de su copa- Has visto a Belfast por casualidad?

- Estuvimos juntas hace poco, dijo que iría a buscarle -Isla le tocó el brazo- El vestido le queda lindísimo. Usted se lo eligió, verdad? -dijo expectante- Oh mire, ahí viene.

- Señor Ethan, al fin lo encuentro -dijo Belfast cuando estuvo más cerca. Se posicionó al lado de él y entrelazó su brazo con el suyo.

- Los dejaré para que platiquen -se despidió Isla inclinando un poco la cabeza. Una vez ella se fue, Belfast lo guió a través de la sala.

- Cómo has estado? Disfrutas de la fiesta? -preguntó Belfast en complicidad.

- He conocido a mucha gente interesante -respondió él y guiñó un ojo.

- La he conseguido -hizo un sutil movimiento de la mano para denotar que hablaba de la llave- No deberíamos demorarnos.

Salieron por la puerta que daba a los jardines. Solo unas cuatro parejas paseaban por allí, ellos los evitaron y se adentraron en ese laberinto de setos que los separaba de su destino.
Al llegar al antiguo edificio, Belfast probó con varias llaves del manojo hasta dar con la correcta.

- Espérame aquí -dijo Ethan- Avísame si alguien se acerca -ella asintió.

Ethan sacó la pequeña linterna que tenía en el bolsillo y comenzó a investigar. Tal como dijo Belfast, no parecía haber nada fuera de lo normal en ese cuarto a simple vista. Aparte de las pinturas, fotos antiguas y las vitrinas; Ethan no encontró nada interesante.
Se acercó a un escritorio que se encontraba delante de un gran mapa de la isla de Gran Bretaña colgando de la pared. Se sentó para ver si algo llamaba su atención al estar desde la perpectiva de Amelia. En ello, sintió los pies fríos; se agachó para ver que lo provocaba; cogió la linterna; alumbró a las rendijas que dejaba el escritorio y notó un abertura del lado izquierdo. Cuando pasó su mano por allí, intentó tirar de ella hacia arriba y una parte del suelo cedió.

- E-Ethan Ethan! -la voz de Belfast lo sacó de su conmoción- Alguien viene.

En cuestión de segundos Ethan dejó las cosas como las había encontrado, salió del lugar y Belfast cuidadosamente cerró la puerta y echó llave.
Escucharon que los pasos se acercaban cada vez más. Otra vez Belfast actuó más rápido que él, lo cogió de la mano y tiró de él.
Cuando las personas llegaron a lugar, Belfast y Ethan se encontraban pegados a la cara izquierda del edificio.
Ambos estaban sentados dando la espalda a la pared. Ella lo rodeaba con un brazo y tapaba la boca de Ethan con la mano libre, aunque él tampoco pensaba mover un músculo.

- Escuchaste algo, Amelia? -oyeron decir a una voz de mujer.