Me equivoqué

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La mujer caminó hasta la esquina de donde vino el ruido, pero no encontró a nadie.

- Isabel, por favor -escucharon a Amelia a lo lejos- Quisiera terminar esta reunión lo más pronto posible.

La mujer, quien ahora sabían que se llamaba Isabel, rechinó los dientes e hizo caso a su acompañante. Ambos pegaron el oído a la pared y escucharon el sonido de muebles moviéndose y una tapa levantarse. Esperaron unos minutos y se alejaron del lugar.
Se separaron al regresar a la fiesta, Belfast fue a devolver el manojo de llaves aprovechando que Olivia se encontraba abstraída en su conversación con algunos invitados.
Luego de un par de horas casi todos los invitados se habían retirado y de las sirvientas de la mansión solo la ama de llaves se ocupaba de despedir a los invitados restantes.
Ethan subió las escaleras en dirección a su cuarto. Cuando llegó a la segunda planta vio que la puerta de la habitación del té estaba semiabierta, así que se acercó para ver quién la había dejado así ya que él pensaba que todas se habían ido a dormir. Al abrir la puerta vio a Lady Amelia sentada cerca a la ventana.

- Lady Amelia -Ethan entró a la habitación- No esperaba encontrarla despierta.

- Ethan -dijo lentamente sujetando su copa vacía- Hago esto cuando tengo cosas en que pensar...y vaya que las tengo -intentó alcanzar la botella de vino.

Ethan se acercó hacia ella para coger la botella y llenarle la copa.

- Gracias -dijo Amelia. Volveó la mirada a la ventana.

- En qué cosas piensa Lady Amelia? -Ethan terminó de servir y le alcanzó la copa- Si me permite saber.

- Trabajo -tomó un trago- Sabe, siempre me ha encantado la ciencia, todos los avances que hemos logrado con ella. Sin embargo, me decepciona que la gente la utilice para crear armas -hizo una pausa- O qué cree usted, señor Ethan?

Ethan lo pensó. El tiempo que había pasado en la mansión le sirvió para entender que Amelia no era una mujer de sangre fría como esperaba.

- Tampoco soy alguien que le agrade esa idea, pero no puedo decir que no sean necesarias, no en el mundo en que vivimos. Solo espero que las usemos por la razón correcta. Siempre y cuando haya algo o alguien por quién pelear -hizo una pausa- Disfrute su copa, Lady Amelia -se despidió y se marchó.

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- Jamás pensé que vendría a la playa cuando acepté la misión -le dijo Ethan a Belfast, ella rió.

- Lady Amelia quería complacer a su sobrina. Tengo entendido que lo hacen siempre que viene de visita -respondió ella. Ambos se habían quedado rezagados del resto pues cargaban varias cosas.

- El sol ni siquiera es tan fuerte -acomodó las valijas que llevaba- Y para qué tantas cosas?

- Deja de quejarte Ethan -dijo Belfast con tranquilidad- Primero, tú te ofreciste a cargarlas. Segundo, este es el clima que hay normalmente y aún así ellas quieren disfrutar del mar. No ves lo contenta que está la pequeña Sophie?

A unos metros delante de ellos Amelia caminaba junto a una niña de cabello rubio. Sophie corría y saltaba al rededor de su tía. Cuando volveó la mirada hacia ellos les sonrió y les hizo señas para que se apresurasen. Belfast le devolvió la sonrisa y luego lo hizo Ethan.
Luego de instalarse, Amelia junto a Sophie e Isla se dirigieron al mar. Todas habían recogido sus vestidos para entrar al agua. Las demás armaron un pequeño campamento para dejar sus cosas y servir la comida.
Ethan y Belfast pasaron la tarde con Sophie y al atardecer caminaron a la orilla del mar.

- En qué piensas, Belfast? Nos has dicho nada por varios minutos.

- Es solo que estar con Sophie me ha hecho replantearme varias cosas -giró la cabeza hacia él- Sigamos con lo nuestro -Ethan asintió.

Belfast x Comandante (Shikikan Series)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora