Sinopsis

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El día uno, fue uno normal y corriente era como si en realidad nada fuera a pasar, estaba en la universidad mirando como los autos iban de un lugar a otro, hasta que mi padre llego y montándome en el auto nos fuimos a casa.

El día dos, papa no estaba en casa, mama preocupada, ya era muy tarde, las 3:30 de la madrugada, yo estaba en mi habitación mirando que hacer, si salía en busca de papa o hablaba con mi madre.

Ya era el día 3 y papa nunca llego en su lugar llego alguien que nos dijo que papa nunca volvería. Mama lloraba a los pies de las escaleras, mientras yo solo miraba como todo a mí alrededor se destruía.

Día 4 y estaba en mi habitación vestida de negro preparándome para ver a cada persona o amiga que conoció a mi padre en sus años de vida llorar y pedir disculpas frente al cuerpo de mi padre reciente.

Día 23 estaba en los baños de la segundaria llorando y deseando que mi padre aun viviera, ya que después de su muerte mi vida ha sido de golpes y gritos que empezaban a lastimarme.

Perdiendo el conocimiento en aquellos baños, con mucho más dolores en la cabeza dándome ganas de morir y desaparecer así como lo hiso mi padre, pero preferí salir he ir directo a cualquier lugar que no sea mi casa.

Y sin rumbo tan solo desaparezco de la vista de mis compañeros y tomo rumbo por un lugar que desconocía pero no me importaba, no tenía razones para vivir solo quería volver hacer aquella niña que vivía con su padre y su madre que mantenían una vida feliz pero en tanto pensarlo no preste atención alguna al camino y termine perdiéndome, en el bosque pero no le tome importancia y gracias a mi ignorancia caí a un rio a 300metros de altura.

Al caer saque mi cabeza del agua pero a pesar de que luchaba por volver a la horilla nada funcionaba y termine ahogándome.

No había pasado mucho tiempo cuando volví a abrir los ojos pero no parecía estar en el lugar que esperaba al morir, estaba como en una clase de bosque que desconocía, era todo negro, la tierra que tocaba era negra, los arboles eran negros, todo era negro, hasta el cielo era negro, lo único que se distinguía en el cielo era la luna las estrellas y las nubes que mantenía un color rojo sangre.

Volví a cerrar los ojos esperando que todo lo que veía fuera tal solo una ilusión, pero al abrir los ojos todo era real, todo estaba igual lo único que distinguía era un cuerpo humano que estaba al frente de mí, al parecer era un hombre pero aun mi viste era borrosa, él me hablaba y yo no lo escuchaba, solo es cuchaba un pequeño silbido que resonaba una y otra vez en mi oído.

Estaba sorda y sin vista, solo distinguía los colores y las figuras ya que el resto era tal solo una imagen borrosa que trataba de distinguir.

No sentía mis piernas aunque las podía ver y mover era como si aquellas extremidades no fueran totalmente mías.

Mire a mi alrededor y por un momento empecé a escuchar, los gritos de niños que parecían jugar a lo lejos.

-¿ya ha pasado el suficiente tiempo?- escuche hablar a alguien pero el problema era que ninguna persona estaba lo suficiente cerca de mi como para escucharlo tan claro como lo estaba haciendo en ese momento.

-aún no se levanta, tienes que darle tiempo de que se acostumbre a su nuevo aspecto, su nueva manera de ser y su nuevo hogar también- dice al parecer alguien más que hablaba de mí.

De inmediato quise levantarme, el primer intento no logro nada, solo hiso que el dolor en mi pecho fuera más fuerte, haciendo que tosiera llamando la atención al mismo tiempo de los dos hombres que hablamos.

Aquellos hombres se acercaron a mi corriendo uno agarrándome la cabeza para que me sentara mientras mi tos seguía como si me estuviera ahogando en el mar, así yo lo sentía, como si aún estuviera en aquellas aguas luchando por volver a la orilla, tratando de que mi cabeza se mantuviera en la superficie para que llegará el aire a mi nariz y no ahogarme pero a pesar de que no es taba en las aguas de aquel rio.

Al terminar de toser escuche un quejido de parte de uno de los niños que jugaban sin fin y sin preocupación a mí alrededor.

-llévala a un lugar silencioso, donde solo pueda escuchar los pasos de ...- no pude terminan de escuchar cuando me desmaye tal vez esa era mi última muerte, el momento en el que volvería al bosque blanco que mi madre me hablaba cuando era una cría, en donde papa estaba, incluso ya estaba empezando a saborear el aire fresco y frio que nunca pensé que sentiría en lugar tan blanco y hay en mis pensamientos inconscientes me di cuenta que nada de lo que pensaba era cierto, seguía viva pero no en el lugar en donde pensaba, tal vez esta era la clase de infierno que merecía por querer morir y no superar la muerte de un padre que siempre quise y que sé que él siempre me quiso a mí.

Lagrimas de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora