Capítulo 1

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—¡Maldito autobús! ¿Por qué tardas tanto en llegar? —se quejaba una chica golpeando el pie en el suelo.

______ miró la hora por quinta vez desesperada. No podía llegar tarde al punto de encuentro porque eso significaría quedarse en Seúl todo el verano.

No... Ella no quería quedarse, no tenía ninguna razón para hacerlo.

Milagrosamente, un autobús se aproximó a lo lejos. Su cara se iluminó de tal manera que cualquiera hubiera pensado que vio al mismísimo Dios.

Se subió al autobús lo más rápido que pudo con su maleta y mochila pero, vaya... Estaba lleno de gente.

—¿Necesitas ayuda con eso? —escuchó ella y levantó la mirada de su maleta hacia el chico que le preguntó eso.

—Ah... Creo que sí —contestó ella algo avergonzada—. Muchas gracias.

El chico tomó su maleta y la acomodó de tal manera que no molestara a nadie en el autobús. Ella lo miró detalladamente aprovechando su distracción, pero rápidamente apartó la mirada cuando él le sonrió. Era bastante alto, podía sostenerse de la baranda del autobús que estaba en el techo con facilidad. Su cabello era color lila pálido, casi gris.

—Veo que vas al campamento Dark & Wild —comentó él mirando el colgante que caía por el cuello de ______.

—¿Eh? Ah, sí —recordó ella y jugó con el colgante nerviosa por la sonrisa del chico.

El colgante era más como una tarjeta de acceso, pero llevaba en sí el nombre de un campamento de verano lejos de la ciudad.

—¿Lo conoces? —preguntó ella con curiosidad.

—Claro, voy para allá también —contestó el chico con una encantadora sonrisa y le mostró su tarjeta, también colgando de su cuello. Soltó una risita al ver la expresión de sorpresa de la chica, que cada vez se sentía más avergonzada.

______ se sonrojó al instante, la presencia y amabilidad de aquel chico le hacían temblar las rodillas.

—¿Eres de Seúl? —preguntó él posicionándose cerca de la puerta del autobús.

La gente se estaba bajando muy rápidamente, dándoles más comodidad y espacio para charlar tranquilos.

—No, en realidad, yo soy de Angong. Pero hace más de tres años que vivo en Seúl —contestó _______ con una media sonrisa.

—¿Fue difícil? Me refiero a haberse mudado desde tan lejos —investigó él con curiosidad fingida, en realidad, solo estaba siendo educado.

—No lo sé, supongo que no —contestó ella incómoda por la pregunta. Él pareció haberse dado cuenta de su comportamiento porque borró la sonrisa de su rostro y negó varias veces con la cabeza.

—Lo siento, no quería parecer un entrometido —se disculpó mientras le mostraba una pequeña reverencia.

—No tienes porqué disculparte. No estoy acostumbrada a contar cosas sobre mí, es todo —le explicó ella con una sonrisa sincera.

—¿Eres más de escuchar?

Ella soltó una risita inocente.

—Sí, así es.

—Mira, ¿quieres sentarte? —le preguntó él cuando quedaron dos asientos libres casi al final.

Ella asintió con una sonrisa. Extrañamente, el chico dejó de ponerla nerviosa, ahora se sentía muy cómoda hablando con él.

𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐀𝐍𝐃  𝐖𝐈𝐋𝐃  ✦ TXT Y TÚ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora