CAPITULO XXXV: "YA NO PUEDE SER"

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(Últimos capítulos)

Un par de jóvenes estaban parados, tomados de la mano, en medio de un pasillo que estaba cerca de los servicios higiénicos de un prestigioso restaurante.


—¡Quédate! — decía uno de ellos, mientras tomaba las manos de una joven.

¿No comprendo? — respondió Dani, en tono intrigado.

—No aceptes esa propuesta, ¡quédate con nosotros! — pronunció con firmeza Mati, mirándola fijamente.

—No lo sé, no sé si sea correcto quedarme, yo tengo mis propias metas, mis propios sueños, me encantaría seguir con ustedes, pero ese proyecto es realmente bueno — respondió Dani con calma.

—¿Y tu tía?, ¿piensas nuevamente distanciarte de ella? — dijo Mati.

—A pesar de estar aquí, es como si estuviera distanciada de ella, al menos físicamente, ya que ella no está conmigo aquí — respondió Dani, con calma.

—Pero estas a solo horas de coger un bus o a minutos de irte en avión si deseas verla, en cambio si te vas de nuevo de país...— decía Mati.

—También podría venir en avión para verla, ya no soy la misma de antes, mi vida cambio, además a pesar de no tenerla físicamente a mi lado en los últimos años, nunca me sentí lejos de ella, pues siempre hemos mantenido la comunicación a través de la vía telefónica — respondió Dani, al tiempo que un joven se acercaba a ellos.

—Jefe, señorita Polak, el señor Logan ya se va y está preguntando por ustedes — decía un hombre de lentes.

—¡Gracias! ahora vamos — respondió Mati con calma, haciendo una pausa para agregar mirando a la joven — Continuaremos esta plática mañana.


Luego de ello él al igual que Dani y Mati regresaron a la mesa para despedirse de su jefe, minutos después ellos fueron quienes abandonaron el lugar, claro por separado.

Una vez que Dani se encontró en el lugar donde se alojaba, decidió servirse una taza de infusión relajante bien caliente, tras de ello con la taza y una pequeña cucharita en su mano camino hacia un sofá tomo asiento en el mismo, coloco la cuchara dentro de la taza, y empezó a remover la misma, mientras su mirada se posaba en su cartera que al llegar de la cena con su jefe había dejado sobre el sofá; la joven decidió dejar la taza con la cucharita sobre una pequeña mesa que estaba junto al sofá y tomo su cartera para sacar del mismo su celular y le marco a su tía para comentarle lo que había acontecido hace algunos minutos.


—Alo — escucho.

—Tía, soy yo Dani — pronunció la joven.

—¿Ya tienes una decisión hija? — escucho.

—No, aún no tía — añadió con cierta nostalgia Dani.

—Piénsalo con calma hija, yo apoyare la decisión que tomes — escuchó la joven.

—¡Gracias tía! — respondió Dani.

—Te noto algo extraña, ¿acaso hay algo más que no me hayas dicho? — escuchó.

—Bueno sí — dijo Dani en tono nostálgico.

—¿Qué hija? — escuchó.

—Hoy me enteré de algo que no esperaba — dijo Dani.

—¿De qué te enteraste hija? — escuchó.

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