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Una casa hecha de cartas, y nosotros dentro de ella
Incluso si ves el final, incluso si dices que colapsará
Una casa hecha de cartas, somos como idiotas dentro
Incluso si dices que es un sueño inútil, quédate así

House of cards - BTS





Cuando regresó a su casa, el corazón le latía con toda velocidad porque Jongin lo alteraba de las maneras inadecuadas. Se estaba apoderando de su pensamiento e inconscientemente también de su cuerpo.

Quería no pensar mucho en todo lo que le estaba ocasionando, pero Jongin, en sus sueños, se lo estaba haciendo terriblemente complicado. Cuando le hizo la última pregunta, él simplemente huyó del lugar, dejando a un Jongin sonriente ante tal reacción que, claro, esperaba del más bajo.




Jongin era un joven soñador, pero también era un joven muy leal a sus raíces. Él, como dictaba su comunidad, estudió hasta donde le fue permitido para dedicarse al trabajo. Su padre tenía una tienda de artesanías en un lugar de la ciudad muy concurrido, y Jongin soñaba mucho con una vida como la de los payos.

JongIn no se quería casar, pero al escuchar una conversación de sus padres acerca del delicado estado de salud de su abuela, se sintió comprometido a conseguir una novia y casarse de una vez por todas. Jovanka era la opción más viable, era su amiga, crecieron juntos, pero no la amaba.

Cuando estaba en la tienda, observaba a los payos pasear con sus parejas de la mano, compartiendo miradas cómplices y besos robados, sentía mariposas en el estómago al ver ese tipo de cosas, quería experimentar lo mismo en algún momento de su vida. Sin embargo, jamás sintió la necesidad de tomar la mano de su prometida, de decirle cuánto la amaba o de tal vez huir y hacer las cosas prohibidas que se suponía todos hacían antes de matrimonio. Jongin quería una vida normal, no la que se le estaba imponiendo. Su ropa no era antigua, pero tampoco era moderna, quería usar pantalones a la moda y, sobre todo, quería cumplir su más grande sueño, que era bailar en un ballet como esos que solían aparecer en los anuncios de los teatros.

En su comunidad habían muy pocos coreanos, algunos se adaptaron a ese estilo de vida y poco a poco fueron aceptados. Su mejor amigo estuvo ahí, pero ya no más. Minho se enamoró de un payo justo el día que llegó a la tienda a buscar una artesanía, el chico quedó embelesado de un chico llamado Taemin, porque era algo que jamás encontraría en su comunidad, y cuando Minho presentó formalmente a su pareja, ambos fueron exiliados de aquel lugar.

Al principio no comprendía cómo un hombre te podía volver loco al grado de dejar a tu familia, hasta que apareció Kyungsoo. Desde que lo vio la primera vez, no podía dejar de mirarlo siendo simplemente él. Sintió su corazón despertar y de repente empezó a soñar con los ojos abiertos. Recordó cuando Minho le explicó eso y solo se dedicó a sonreír por la alegría de su amigo; JongIn no creía que fuera un hijo del pecado o del diablo, él creía que el amor era hermoso. Esto le quedó claro cuando vio al joven reportero. Kyungsoo era lo más parecido a una artesanía hecha cuidadosamente, y quería acercarse lentamente, tocarlo lentamente, admirarlo desde lejos porque tenía miedo de romperlo o incluso de desaparecerlo por el miedo de que el hombre fuese un simple sueño. No tendría por qué estar sintiendo esto por otra persona cuando estaba a una semana de contraer nupcias, pero era inevitable.

Cuando llegó a su hogar no vio el carro de Kyungsoo y se entristeció un poco; cuando entró a su hogar su madre lo recibió con un beso como siempre. Quiso ayudarla con la limpieza de la casa, lo cual ella tomó como ofensa. Una mujer gitana estaba obligada a atender a los hombres de su familia, y si en algún momento el hombre ayudaba era porque el varón la consideraba inútil. Algo muy estúpido según Jongin.

Gypsy (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora