𝐖𝐇𝐀𝐓 𝐖𝐄 𝐂𝐀𝐍 𝐁𝐄 ² | Sᴀsᴜᴋᴇ ᴠs Nᴀʀᴜᴛᴏ

⁰¹ | ɴᴀᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏ

語り手
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La lluvia pesaba sobre las hojas del anaranjado otoño, tal cual lloro de un bebé que parecía nunca querer acabar, las personas del pequeño distrito Tsubaki iban de un lado a otro, intentando refugiarse de la lluvia. Al igual que Ryuu, la mayoría de gente de la gran mansión, se encontraban apresurados, la joven señora pronto daría a luz a su primer bebé, y nadie sabía su paradero exacto.

Un grito proveniente de una oscura habitación, a las afueras del distrito alertó los sentidos del peli rojo, la labor de parto de la joven señora finalmente daba inicio.

ㅡ ¡Agh! ㅡ

Los gritos dolosos de la mujer resonaban por las cuatro paredes de la habitación, la casua de su dolor, el pronto nacimiento de su bebé.

ㅡ Ryuu, no dejes que él la vea, no tendré fuerzas para defenderla, así que hazlo por mi. ㅡ Le pidió al de ojos onixis, antes de continuar aferrándose a las mantas de su cama. Fueron largos los minutos en los que siguió luchando por que su pequeño bebé saliese.

ㅡ Tranquila, solo un poco más. ㅡ Dijo la partera, quien sería la primera en darle la bienvenida a aquel pequeño ser al mundo exterior. ㅡ Eso es. ㅡ tomó el cordón umbilical y lo corto, finalmente su gran labor había concluido.

Después de aquel tiempo el alivio regreso a su ya cansado cuerpo, estaba aliviada de por fin verle con sus propios ojos.

ㅡ Es una niña, tan bella como tú, Hito . . . ㅡ

Aquel pronombre, no podía ser nadie más que él, aquel que había creído haber asesinado, de nueva cuenta se aparecía en lo que parecía ser su pacifica vida.

ㅡ ¿Cual será su nombre? ¿Hana, Aimi, Chihiro, Akiko . . . ? ¿Cual? Mi querida Hito. ㅡ

ㅡ ¡Basta! ㅡ Probando suerte de su fuerza se abalanzó fuera de la cama sobre la que descansaba, sus piernas temblaban por el dolor que aún sentía entre ellas, pero tenía que salvar a su pequeña de las mano de aquel repulsivo ser.ㅡ ¡Sueltala, déjala en paz Orochimaru! ㅡ

"Orochimaru."

Si no mal recordaba, su sensei le había hablado de aquel que estaba frente a él, Orochimaru era un hombre que daría cualquier cosa para verle sufrir, tanto o más que en el pasado.

ㅡ Sensei . . . ㅡ Se preocupó en cuanto le vio de pie, con las dos en peligro no podría movilizarse para hacer algo.

Finalmente la transformación de aquel hombre se desvaneció, su verdadera apariencia salía a relucir, sus ojos escalofriantes y sombríos le veían, el nerviosismo en su ser era un tanto evidente, pero nada la haría dar vuelta atrás, no podía darse el lujo de retractarse.

ㅡ ¿Crees que soy tan cruel como para dañarla? ㅡ

ㅡ Viniendo de ti, uno ya no sabe que esperar . . . ㅡ Se sostuvo de la orilla de su cama, definitivamente no podría causarle algún daño en su estado actual.

ㅡ Hitomi-sensei ¿Qué haremos . . . ? ㅡ

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ㅡ ¡Sigan buscando! ¡No pudo haber ido muy lejos! ㅡ Ordenó el hombre de cuerpo robusto, y el resto que le acompañaba, siguieron sus órdenes al pie de la letra, todo para dar con el paradero de la ahora Kagayaki.