Capitulo 6

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ATENCION: mención de abuso infantil (violencia infantil)



Cinco ha estado durante la última media hora leyendo y haciendo cuentas, Klaus apenas entiende las matemáticas básicas, por lo que las cuentas no son algo que les guste hacer. Mr Pennycumb —como Cinco ha llamado al cachorro— y Oswald —como Klaus ha llamado al gato— han estado acostados en su colcha mirando a Cinco con confusión, la verdad es que Número Cuatro haría lo mismo si no estuviera tan preocupado de conseguir comida y agua, aunque las matemáticas no fueran su fuerte él puede aprender, aprende muy rápido.
A pesar que este Cinco es más pequeño y menos poderoso que su Cinco, Cuatro admira el empeño y la inteligencia que posee, por algo ha llegado a este mundo, ha podido de cierta forma dominar el viaje en el tiempo hacia adelante, el problema es que viajar atrás es todo un desafío, no sabes nunca donde te vas a encontrar y Cuatro no está seguro si Cinco podrá viajar a su línea de tiempo original.

Las voces de los muertos comienzan a murmurar. Klaus giró hacia su derecha y vio una figura que poco a poco iba tomando cuerpo.

—¿Le vas a decir? —preguntó la voz, Klaus mordió su labio.

—No creo —susurró y bajó la mirada.

—Klaus, no debes guardarte las cosas para ti —indicó y lentamente el rostro de aquella persona tomó forma. Era Cinco, bueno, el Cinco que había muerto en estas tierras meses antes, estaba parado frente a él con un gran pesar en su mirada, tenía aun el anillo en su dedo a pesar que Klaus lo guardaba celosamente en su bolsillo, era como si incluso en la muerte, él estuviera unido con su propio Klaus.

—No quiero asustarlo.

—No lo asustarás —musitó, los ojos de ese Cinco adulto brillaron afectuosamente—. Haz sufrido tanto, han sufrido tanto, se deben un poco de felicidad—. No es fácil —masculló—. Pero debes decírselo, es importante —el adultos lo miró, luego giró su rostro hacia atrás, Klaus podía ver otra figura de sí mismo, tenía barba y el cabello enmarañado.

Klaus sabía que él era inmortal, pero también sabía que él podía decidir si permanecer muerto o no. Cuando no tienes a nadie esperándote en el mundo, simplemente quieres viajar. Ninguno de los Hargreeves puede descansar en paz y durante el viaje, Klaus ha visto a sus hermanos en varias ocasiones, ellos aparecen y desaparecen, a veces los alerta sobre alguna cosa que pasará más adelante y eso hace que Klaus se mantenga alerta y proteja al pequeño número Cinco.

—Cuéntale tu historia, Klaus.....le gustará saberlo —musitó—. Piénsalo.

—Lo haré —susurró.

.

—¡Cinco, Número Cinco! —la voz de Vanya hizo que Cinco levantara sus ojos del libro de Homero, giró hacia la izquierda donde la joven de cabello largo y castaño hizo su aparición.

Vanya era algo así como su mejor amiga, una de las personas que más quería y su confidente. Al igual que Ben, ambos eran buenos escuchando y dando algún consejo. Los demás no parecían ser la mejor opción cuando algo es importante. Detrás de ella apareció el mencionado, el pequeño Ben con ojos rasgados y mirada melancólica. Cinco se aferró a ellos —y a Klaus— porque sabía que eran los hermanos que más sufrían, que más padecían el dolor profundo en sus pechos. Vanya al no tener poderes se sentía inútil y era descartada por su padre constantemente; Ben era obligado a hacer cosas horribles con su poder destructivo, él era un ángel que lloraba todas las noches por tener que vivir cosas tan terribles por su poder, angustiado y decepcionado de sí mismo por ser tan fácilmente manipulable y Klaus, el joven Klaus que era torturado psicológicamente por su padre y por seres espirituales que no lo dejaban dormir, la sangre, los huesos y los cadáveres pudriéndose eran algo que ningún niño tendría que ver en su vida, pero esa es la habilidad de Klaus que lo lleva a asaltar la licorera de papá.

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