Nostalgic Memories

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Notas:

Bueno, disfruté mucho escribiendo algo de estos dos por primera vez. Me gustan ambos personajes y mientras escribía otra historia, la idea sobre ellos que rondaba mi cabeza como pareja secundaria necesitaba salir de algún modo, así que decidí dedicarles un one-shot.

La portada preciosa fue hecha por LCKiaffXan ¡Muchísimas gracias por esta belleza y todo el esfuerzo que pusiste en la edición, Horie! De todo corazón, no sabes cuánto te lo agradezco y lo feliz que me hizo.

***ADVERTENCIA: Referencias a violencia doméstica, maltrato infantil y trauma infantil.***


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ADVERTENCIA: Referencias a violencia doméstica, maltrato infantil y trauma infantil.


El día en que llegó a esa amplia casa de campo en las afueras de Teyvat, rodeada de un extenso viñedo que le habían hecho cruzar en auto junto a su madre, Kaeya lo recordaba lleno de variados contrastes.

Él nunca había siquiera entrado a un lugar de ese estilo antes en sus ocho años de vida, repleto de tantos lujos y de tanta gente cortés y amable. El último mes había dejado unas huellas físicas y mentales en él tan profundas que le costaba creer que algo así fuera real. ¿De verdad las personas podían hablar y no sólo gritar? ¿Y dedicarle inclinaciones de cabeza y sonrisas en vez de empujones o golpes? Un dolor punzante en la zona donde estaba su ojo derecho, cubierto por parches de gasa, le hizo estremecer y esconderse tras su madre apenas entraron al recibidor. Eso, más que una casa de campo, parecía una mansión en toda regla; una que a pesar del buen gusto que la mantenía limpia y decorada, le hacía sentir diminuto. Y aterrado.

La mayoría de los recuerdos estaban fragmentados, como escenas con cortes entre ellas, y algunos se veían más desenfocados que otros. Pero eran dos los que podía repasar con lujo de detalle siempre que pensaba en esa época oscura de su vida, como pequeños destellos que le entregaban un poco de luz. El primero, cuando una voz amable se dirigió a su madre y luego a él. Crepus Ragnvindr, fue el nombre con el que se presentó. Él había escuchado a su madre hablarle sobre ese sujeto durante los últimos días, quien les había ayudado unas semanas atrás y quien ahora les volvía a tender una mano en forma de un empleo y un lugar donde vivir.

―Adelinde los llevará a sus habitaciones, el equipaje ya está allí.

No era como si tuviesen demasiadas cosas, después de todo. Su padre se había encargado de dilapidar el poco dinero que tenían y de destrozar las pertenencias que contenía el pequeño hogar donde habían estado viviendo hasta hace poco. Aunque Kaeya no sabía si podía llamar hogar a un lugar lleno de violencia y experiencias amargas.

―Tú debes ser Kaeya. Tu madre tenía razón, eres todo un hombrecito valiente.

La mención de su nombre le sacó de aquellos recuerdos que hacían hormiguear cada una de las heridas y magulladuras de su cuerpo. Recordaba haberlas sentido durante mucho tiempo, incluso meses después de que se las hicieran, como heridas fantasma sobre la piel que se resentían en ciertas épocas del año y traían a su memoria esos momentos desagradables que no podía olvidar por más que se esforzara.

No había podido encontrar su voz para seguir aquellos modales inculcados por su madre y presentarse correctamente. Ella había tomado la palabra, intentando justificarlo, pero el hombre amable no se había molestado. Al contrario, le sonreía de forma cálida, y los colores de sus facciones, sobre todo de su cabello y perilla, lograron captar más su atención que las cosas que decía. Era rojo. El rojo podía ser muy malo, como cuando el rostro de su padre enrojecía por la furia o como la sangre que salía de las heridas que él les provocaba a su esposa e hijo. Pero, por primera vez, el rojo podía ser amable. Comprensivo.

Nostalgic Memories - [KaeLuc - Genshin Impact]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora