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Samantha

Luego de elegir mi vestido en compañía con Nadia me dirijo a la casa que comparto con Joel

-llegue amor-

-hola princesa - beso

- estoy cansada y todavía no decido que vestido quiero - dice sentándose en el sofá

- tranquila amor ya verás que e contratas el indicado y lucirás hermosa como siempre -

- obviamente, que si soy hermosa y eso nadie lo cambiara-

- lo sé Sammy , a propósito te llegó esto - me dió una caja

- que es Joel -

- te lo mando Erick -

- como- frunció el entrecejo

- así es el idiota de Mario me lo trajo -

- y que será , ese muerto de hambre no tiene ni para un regalo - maliciosa

- ábrelo y saldremos de dudas -

Abrí la caja y venían varias notas con pequeños textos que hablaban sobre lo que me gustaba


- Cuando le prepares el desayuno, trata de siempre tener demasiado café, a él le encanta -

- Cuando juegue con sus manos y lo veas morder el labio inferior, quiere decir que tiene  algo que decir pero le está costando-

- Si llega cansado del trabajo, preparale un baño para que se relaje -


- cuando no pueda dormir acariciale los rizos y dale pequeños besos en las mejillas -





Muchas otras más venian pero Samantha las rompió y empezó a reír , ahí fue cuando supe lo que había echo lastime a mi bebé de la peor manera, pudimos terminar nuestra relación de manera tranquila pero lo único que hice fue tratarlo mal y el apresar de eso trajo esa cajita para que ella supiera como tratarme



- que ridiculez -

- de que hablas -

- Joel es enserio lo que dice esto, porque yo no pienso hacer nada de eso -

- y porque no-

- porque sere tu esposa no tu esclava -


- no voy a discutir contigo lo mejor es que me vaya -

- a dónde vas-

- saldré a tomar aire -


Salí de aquella casa y empecé a analizar todo lo ocurrido, había cambiado a un pequeño bebé hermoso tan tierno y delicado por una aventura pero ya nada podía hacer porque mi Erick se había ido y ni siquiera sabía a dónde

Tal vez lo mejor fue dejarlo ir y tal vez así debe de ser .....

No soy el Aire Donde viven las historias. Descúbrelo ahora